Recordar lo vivido
La vida es un auténtico milagro
La etapa más hermosa de la vida, pienso que está en los primeros años, donde todo es nuevo: Aprendemos a dar los primeros pasos, decir las primeras palabras, con nuestros maestros de la niñez, las vocales, la escritura, muchas preguntas, muchos por qué y para qué. Increíble sentir y compartir el amor de nuestros padres, abuelos, tíos, hermanos y primos.
Gracias a Dios por la vida; diré con el poeta Neruda: “CONFIESO QUE HE VIVIDO”.
Mi primer maestro fue Vicente Jara (+) en el Jardín de Infantes del Colegio San José, el querido y recordado profesor Jarita.
Luego en la Escuela y Colegio Elizalde Vera, dirigido por un magnífico educador don Jorge Enrique Borja Fuller (+).
Tantos gratos compañeros que recuerdo con el afecto de aquella angelical infancia.
Añoro a mi natal MILAGRO, con tan linda gente, en la tranquilidad y bonanza de esos años irrepetibles, en esa incomparable “tierra dulce, ardorosa y fecunda”.
Su nombre me resulta emocionante, será que ha influenciado en mi ser espiritual, por lo vivido, pues todo me parece un auténtico MILAGRO.
Igual con nuestro patrono San Francisco de Asís, resido cerca de su templo, he crecido y me he fortalecido inspirado en su piadoso pensamiento misionero: “YO PARA VIVIR, NECESITO UN POCO Y DE ESE POCO, MUY POCO.”
Hago un punto y aparte, es mucha la emoción. Lo comparto con mis queridos familiares, amigos y conocidos, que no son pocos.
Fuerte abrazo de Fernando.
GUAYAQUIL
Por: Fernando Naranjo-Villacís
fnaranjo@gye.satnet.net
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