El chantaje político
Farith Simon
Avanza el proceso de posible enjuiciamiento político al presidente de la República. Sin sorpresas mayores, el informe de la comisión del llamado caso “Encuentro”, que quedará como una de las piezas centrales de nuestra galería de absurdos jurídicos, abre la puerta para el proceso de enjuiciamiento político; si bien faltan varios pasos, el escollo más difícil será que el pedido, como está, sea aprobado por la Corte Constitucional. Los ejecutores de la estrategia ya han advertido que de no recibir dictamen favorable probarán todos los medios para la destitución. Ha quedado claro -nuevamente- que para los de siempre, la juridicidad y los medios institucionales son usados solo cuando favorecen sus intereses, puntos de vista y reivindicaciones; que en caso contrario son despreciados y que pueden acudir a cualquier medio o forma para tratar de lograr su objetivo.
No queda duda que expresar el disenso, la inconformidad, el descontento, es esencial en una democracia; vivimos en sociedades marcadas por la pluralidad de intereses, visiones, perspectivas, y eso tiene como consecuencia la existencia de muchas discrepancias que se expresan por diferentes medios, en algunos casos institucionales, en otros por vías de hecho, como la protesta.
La legitimidad de intentar el juicio político y el derecho a la protesta para expresar el desacuerdo contra el régimen no está en debate; la discusión se centra en el forzamiento de las normas y en el uso abusivo del derecho a la protesta, sea porque, como hemos vivido en épocas recientes, se usan métodos violentos con los que se amenazan, o directamente se vulneran derechos de otros ciudadanos, y se busca imponer, gracias a la capacidad de movilización de un grupo de la sociedad, una agenda política por fuera de los arreglos institucionales, transformando a la movilización social, al uso de la fuerza y la violencia, en una forma de chantaje que deja al derecho, a la Constitución, como un maquillaje para cometer abusos en nombre del pueblo y la protesta.
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OPINIONES
Farith Simon
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