China y Rusia artífices del mundo multipolar
Por Rodolfo Bueno
El 20 de marzo, el Presidente Xi Jinping realizó una visita de Estado a Moscú y se encontró con su homólogo Vladímir Putin. Ambos mandatarios mantuvieron reuniones en las que trataron sobre la cooperación técnico-militar, problemas del espacio, de aviación, energéticos, económicos, comerciales, la interconexión del transporte, la innovación científica tecnológica y el comercio electrónico.
En la conferencia de prensa, Putin elogió el modelo económico y político de China, un sistema eficiente de desarrollo social y estatal, basado en la justicia y en los principios fundamentales del derecho internacional. Dijo que espera que los acuerdos alcanzados sirvan para fortalecer más aún la amistad de China y Rusia y contribuyan al bienestar y la prosperidad de sus pueblos.
Por su parte, Xi Jinping llamó a Putin querido amigo y dijo que era un placer llegar nuevamente a Rusia, país que eligió para su primera visita de Estado luego de ser reelecto para un tercer mandato el pasado 10 de marzo. Señaló que China y Rusia prestan mucha atención al desarrollo de las relaciones entre sus países, que, a pesar de las turbulencias mundiales surgidas a lo largo de más de setenta años, han resistido la prueba y han mantenido una hermandad imperecedera que tiene una importancia vital para el orden mundial, pues posee su propia lógica histórica, son vecinos y socios que promueven los intercambios humanos y exploran nuevos ámbitos de crecimiento. Que la solidaridad y la paz en un mundo sin divisiones y agitaciones son de interés común para todos los hombres. Su visita tiene por objetivo fortalecer la paz mundial.
Según datos de aduana, Pekín es el mayor socio comercial de Moscú. En 2022, el comercio bilateral alcanzó la cifra récord de 190.000 millones de dólares, lo que representa un incremento del 116% respecto a la pasada década y Xi Jinping fijó para el próximo año el volumen anual del comercio en 250.000 millones de dólares.
“Durante esta década los lazos chino-rusos han ido mucho más allá de las relaciones bilaterales y son un ejemplo de asociación y cooperación estratégica real e integral, que, entre otros objetivos, incrementa la cooperación inversora y el comercio, estrecha los lazos culturales y refuerza la coordinación política. Que el logro más significativo de esta cooperación estratégica será alcanzar el objetivo de garantizar la justicia, la igualdad y la prosperidad del mundo”. Calificó a sus naciones de socios estratégicos de un compromiso global: desarrollar sus relaciones impulsadas por los principios de no alineamiento, no confrontación y no ataques a terceros.
Advirtió que la hegemonía, el despotismo y la intimidación causan graves daños a la humanidad, que hay un largo camino por recorrer para reconstruir la economía mundial y que la comunidad internacional debería ser consciente de que ningún país es superior a otro, que no existe un modelo único de gobierno ni un orden mundial en el que un solo país tenga la última palabra.
Destacó que en sus aspiraciones ambos países tienen muchos y similares objetivos, que Rusia siempre trató a China positivamente y la apoyó, eso lo siente su población y le está agradecida; que en la cosmovisión sobre la actual problemática mundial coinciden o se aproximan y colaboran en la ONU, en los BRICS, en el G20 y en la Organización de Cooperación de Shanghái, donde han dado pasos efectivos para promover la constitución de un mundo multipolar, el respeto a los derechos humanos y el establecimiento de relaciones internacionales que hagan factible la paz, la democracia, el desarrollo, la cooperación y la globalización, tendencias históricas irrefrenables, pues la humanidad experimenta cambios profundos e irreversibles.
Rusia y China expresaron su preocupación por las implicaciones para la estabilidad estratégica en la zona del Asia-Pacífico, que se debe a la creación en septiembre de 2021 del AUKUS, alianza trilateral que nació bajo el pretexto de la ficticia amenaza china y está compuesta por Australia, EEUU y Gran Bretaña, y sus planes para armar a los australianos con submarinos de propulsión nuclear. Moscú y Pekín instaron a los miembros del AUKUS a cumplir el compromiso de no proliferación de armas de destrucción masiva, así como mantener la paz, la estabilidad y el desarrollo regional.
China es un país soberano que tiene su propia posición en asuntos internacionales, en particular, en la cuestión de Taiwán y su pertenencia a China; en este problema no sucumbirá ante ninguna amenaza ni presión de fuerzas externas. Las tensiones en torno a Taiwán aumentaron a partir de agosto de 2022, luego de la visita a la isla de Nancy Pelosi, entonces presidente de la Cámara de Representantes de EEUU. Al respecto, Putin expresó: “Rusia reafirma su compromiso con el principio de ‘una sola China’, reconoce que Taiwán es parte integrante de China, se opone a la independencia de Taiwán en cualquier forma y apoya firmemente las acciones de China para proteger su soberanía estatal e integridad territorial”.
El comunicado final de este encuentro expone: “Hay una responsabilidad especial en el mantenimiento de la paz y la estabilidad mundial y se debe evitar al máximo los conflictos entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. China y Rusia promueven la idea de formar un frente mundial de lucha contra el terrorismo, bajo la coordinación de la ONU. En este contexto, ambos países están a favor de que se realice una investigación objetiva, imparcial y profesional de las explosiones de los gasoductos Nord Stream”.
Vladímir Putin y Xi Jinping aseguraron: “Rusia y China continuarán con la práctica de celebrar consultas sobre los temas relacionados con América Latina, prestarán atención al fortalecimiento de los contactos y el mutuo diálogo, mientras desarrollan las relaciones bilaterales con Latinoamérica y el Caribe, y seguirán promoviendo la estabilidad y la prosperidad en la región”. Asimismo, aplauden la normalización de las relaciones entre Arabia Saudita e Irán, lograda mediante el diálogo, y expresaron su apoyo a la soberanía, independencia e integridad territorial de Siria y Libia.
Al referirse al plan de paz para Ucrania, presentado por Pekín, China y Rusia reiteraron que “el diálogo es la mejor manera de resolver la crisis ucraniana, que es necesario respetar las preocupaciones legítimas de todos los países en el ámbito de seguridad y prevenir la formación de enfrentamiento entre bloques”, así como poner fin a las acciones que contribuyen al agravamiento del conflicto Ucraniano e hicieron un llamado al Reino Unido de no suministrar a Ucrania municiones con uranio empobrecido, que sería un paso grave en la escalada del conflicto, y a largo plazo causan impactos mortales en las personas, los animales y los cultivos agrícolas.
Los anglosajones ven la situación a su manera y se han embarcado en una cruzada belicista contra Moscú y Pekín, que podría desencadenar una guerra nuclear. Lloyd Austin, secretario de Defensa de EEUU, dijo que la visita del Presidente Xi Jinping a Rusia y su permanencia allí durante un par de días se debe considerar como un asunto de grave preocupación para Washington, porque envía un mensaje de apoyo a Moscú.
Es que a la Casa Blanca llegaron políticos como Biden, Blinken, Nuland, Sullivan, y otros tecnócratas neoconservadores, quienes consideran que China y Rusia son para EEUU la amenaza existencial más peligrosa desde el nazismo y la Segunda Guerra Mundial, mayor amenaza de la que fue la URSS, cuyas influencias, particularmente entre los gobiernos y movimientos políticos de Occidente, sobrepasan todo lo que los soviéticos lograron durante su existencia, por lo que ven la guerra como la única opción para mantener su dominio mundial, para lo cual planifican destruir primero a Rusia y luego derrotar a China.
¿Podrían realmente ganar la guerra o son solo sueños de perro? El Presidente Putin mostró en 2018 los sorprendentes progresos de la industria bélica de Rusia. ¿Correrán el riesgo los dirigentes de Occidente de desatar una guerra contra un país que dispone de armas tan avanzadas y sofisticadas? ¿Están dispuestos a repetir la leyenda bíblica: ¿Aquí mueren Sansón y los que no son? Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, sostuvo que no ve ningún sentido en escoger cuál ejército, entre el estadounidense y el ruso, es el más poderoso del mundo, pues no habría un vencedor en una hipotética guerra entre ellos.
Serguéi Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, duda de la idoneidad de los que amenazan a Moscú y Pekín. “Los modales de nuestros colegas occidentales cedieron mucho, y hace tiempo que dejaron de lado la diplomacia y solo se dedican al chantaje y a las amenazas”. Parecería que hay un grupo de países de Occidente, sobre todo EEUU, que, para mantener sus privilegios, intentan que la situación del mundo sea la peor posible, y han superado todos los límites de la decencia: los diplomáticos, los éticos y todos los demás. Llegó la hora de que se les recuerde: “Los que no aprenden de los que saben, no llegan a viejos”.
OPINIÓN
Por Rodolfo Bueno
Corresponsal de Ecuador News en Quito
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