Impacto de una caída
Por Juan Carlos Jácome
Hace unas semanas atrás en una entrevista radial me preguntaban sobre cuál podría ser el impacto económico para el país de que un presidente de la república sea cesado de sus funciones mediante juicio político o de que este active una muerte cruzada y cese a la Asamblea Nacional de sus funciones.
Estos mecanismos constitucionales están vigentes en nuestro país desde el 2007 y desde ese entonces no han existido casos prácticos como para valorar sus impactos económicos. En otras palabras, no hay evidencia empírica directamente relacionada con la pregunta formulada.
Sin embargo, si se amplían un poco más las características del evento sujeto de análisis y consideramos como eventos similares a los derrocamientos de presidentes y/o disoluciones parlamentarias emanadas por el Ejecutivo, nos lleva a dos momentos históricos del país: La caída del presidente Lucio Gutierrez y la del presidente Jamil Mahuad.
La caída del presidente Mahuad estuvo acompañada de una grave crisis socioeconómica. Es más, podría decirse que su salida fue consecuencia del descalabro social generado por la profunda crisis económico-financiera que Ecuador atravesó en aquellos tiempos. Por su parte, la caída del Coronel fue diferente. No hubo tal conmoción social ni económica. Más bien, la economía estaba bastante estable en esos años. En este sentido, entre ambos momentos históricos, pensaría que el 2023 es más comparable con el 2005 del Coronel que con el 2000 de Mahuad.
¿Y qué pasó con la economía del país en esos días? Pues nada, Lucio cae en el mes de abril de 2005 y ese mismo año la economía creció al 5,3 % y el siguiente al 4,4 %. Este hecho induciría incluso a considerar que el Ecuador es inmune a este tipo de acontecimientos cuando la marcha del petróleo se mantiene estable, al igual que las exportaciones principales del país.
¿Es esto una fortaleza? ¿Es una debilidad? Muy difícil decirlo, pero sin duda alguna hay mucho que estudiar en lo económico sobre este tipo de eventos. Un solo dato no hace verano.
OPINIÓN
Juan Carlos Jácome
Especial para Ecuador News
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