VIVIR LAS TRADICIONES
Por Rosalía Arteaga Serrano
Preservar las tradiciones es fundamental para estimular la cohesión social, para dar sentido de pertenencia a los individuos y a las familias, de ahí la pertinencia de mantenerlas, de jerarquizarlas desde lo público, sin interferir en ellas, lo que significa mantener un equilibrio a veces difícil de conseguir.
Ahora, en que nos aproximamos a la celebración de la Semana Santa, también conocida como Semana Mayor dentro del calendario de la iglesia católica, seguramente se aprontan las túnicas que vestirán quienes participan en la procesión del Viernes Santo, se definen los lugares en los que se ubicará el público para ver de mejor manera esta manifestación del espíritu de los creyentes, que ahora se tiñe también con el factor turístico de quienes, desde cerca o desde lejos, se aprestan para vivir esta experiencia.
Por supuesto, junto a las celebraciones y en muchos casos con bastante anticipación, también el paladar se deleita con la fanesca, platillo típico ecuatoriano, que refleja ese sincretismo entre las tradiciones indígenas y las coloniales que llegaron desde España y que se han afincado en los diferentes territorios del país, con sus particularidades de cada región, lo que hace que las variables abunden pero que la esencia se mantenga.
Pero, más allá de las muestras externas de lo que significan estas celebraciones y tradiciones, debería también presentarse ese espíritu de reflexión, de pensar en lo que ocurre con el país, en medio de los enfrentamientos diarios, de los crímenes que nos angustian, de las situaciones que nos conmueven.
Dentro de esas reflexiones debe primar ese principio de solidaridad, que en medio de las tragedias debe aflorar, las que tienen que ver con causales permanentes como la inequidad, la segregación, la falta de generación de empleo, pero también las que sobrevienen por causas como terremotos, inundaciones, deslaves, que están afectando a buena parte de los ciudadanos de nuestro país.
De ahí la necesidad de actuar de manera consciente y solidaria para encontrar los caminos que vayan definiendo nuestra capacidad de entrega hacia quienes más lo necesitan, hacia quienes requieren auxilio y acciones.
OPINIÓN
Por Rosalía Arteaga Serrano
Ex Presidenta Constitucional de la República del Ecuador
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