Porte de armas
Por Farith Simon
Existe información disponible que muestra como limitadas las miradas sobre la inseguridad ciudadana, que privilegian como respuestas al incremento del delito el endurecimiento de penas, la autodefensa con el libre porte de armas o el fácil acceso a ellas o que, desde una enmascarada xenofobia, culpan a los extranjeros del incremento de los delitos más violentos.
Sobre las armas, los datos de Estados Unidos, provenientes de investigaciones independientes, dan cuenta con cifras duras que el libre porte de armas de fuego no incrementa la seguridad, mientras que las investigaciones que promueven su uso generalmente han recibido financiamiento de grupos de interés como la National Rifle Association of America. En Gran Bretaña, Japón y Australia, al contrario, se reportó una reducción importante de los delitos violentos luego de que se limitó el porte de armas. El incremento de armas en la sociedad añade problemas cuando no existen estructuras institucionales fuertes; solo recuerden que existiendo prácticamente una prohibición en el país, miles y miles de armas son usadas en los delitos.
Es claro que el Ecuador no ha tenido, y no tiene, una política integral de seguridad ciudadana que, de acuerdo a la experiencia comparada, demanda de medidas complejas, usualmente centradas en la prevención, en la información para identificar sitios sensibles, en el ataque a los mercados de venta de productos robados, en la reducción de acceso a recursos por parte de la delincuencia organizada, en el valor de la convivencia social; todo esto sin perder de vista que en el contexto actual es indispensable enfrentar la impunidad derivada del uso ingenuo o tramposo de las garantías, de la corrupción, la incompetencia y el miedo.
Aumentar las armas en la sociedad es tan desatinado como medida en las circunstancias actuales, que incluso el principal asesor en materia de seguridad de Bukele, el modelo autoritario al que muchos regresan a ver, ha dicho claramente que armar a la sociedad sin fortalecer las respuestas institucionales, entre ellas fortalecer a la policía, es un error.
OPINIÓN
Farith Simon
Especial para Ecuador News
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