Se llama María Branyas y es la madre más longeva del mundo
Maria Branyas, de 116 años de edad, se quedó como la persona y madre de mayor edad tras el fallecimiento de la monja francesa Lucile Randon (118 años).
Ella cuenta su secreto para haber tenido una larga y tranquila vida.
Su nombre es Maria Branyas, vive en Olot, ciudad de la provincia de Girona en España, y desde hace un año es la madre de mayor edad del mundo a sus 116 años.
Al mismo tiempo se convirtió en la persona más longeva del planeta, tras el fallecimiento de quien anteriormente ostentaba dicho honor: la monja francesa Lucile Randon, que ha dejó este mundo con 118 años. .
Automáticamente, la anciana nacida en California y quien está en España desde los 5 años, heredó el honroso título, de acuerdo con el recuento elaborado por el Grupo de Investigación Gerontológica, del grupo Guinness de los Récords.
María nació un 4 de marzo del año 1907 en San Francisco, en el seno de una familia de origen catalán. En su larga vida, cuenta con una extensa familia compuesta por tres hijos, once nietos y trece bisnietos.
Maria es hija de un periodista natural de Pamplona, responsable de la revista americana ‘Mercurio’, y de una barcelonesa. Por trabajo del padre, tras pasar un tiempo viviendo en México, terminó naciendo en California. Posteriormente, y antes de vivir en su actual residencia de Olot, vivió también en Nueva Orleans, Barcelona, Banyoles, Girona, Calonge i Sant Antoni y Palol de Revardit, en Francia.
Comparación de los siglos vividos
“La vida no es eterna para nadie… A mi edad, un año nuevo, es un regalo, una humilde celebración, una nueva aventura, un bello viaje, un instante de felicidad. Disfrutamos la vida juntos”, escribía recientemente en redes sociales para felicitar por un año nuevo.
Branyas afirmó al medio español “El Periódico”, que este último siglo ha habido un “cambio total, con muchos adelantos”, especialmente en la forma de comunicarse con las personas. “Antes era dificilísimo”, explica.
También, resalta el poder que actualmente tiene el dinero, que “todo lo domina y con él se consigue casi todo”. Algo que contrasta con sus primeros años de vida, a principios del siglo XX. “Se vivía más bien, más pacíficamente y más alegremente”.
Del mismo modo, en el año 2020 se convirtió en la persona de mayor edad del mundo en sobrevivir a la Covid, cuando contaba con 113 años.
A través de sus redes sociales la centenaria anciana cuenta su vida y anécdotas, como que el piano fue una de sus grandes pasiones. Lo tocó desde bien pequeñita y hasta hace apenas siete años, cuando la agilidad en sus manos ya no era la misma. El secreto de su longevidad, asegura, es una buena alimentación y una estilo de vida “ordenado, tranquilo y con buena conexión con la familia y amigos”.
Récord de edad máxima
Para alcanzar el récord de la máxima longevidad todavía tiene que esperar algunos años: es un honor que pertenece a la francesa Jranne Calment, quien en 1997 falleció cuando contaba con 122 años y 164 días de vida. Tras la estadounidense-española se encuentran la japonesa Fusa Tatsumi, nacida dos años más tarde, y otra estadounidense Edie Ceccarelli (con un año menos).
“Hay que alejarse de las personas tóxicas” agrega Branyas sobre las claves de su longevidad, según el sitio Guinness. “Creo que la longevidad también se trata de tener suerte y buena genética.”
Pero, Branyas ha soportado momentos decisivos en escalas grandes y pequeñas.
Su padre murió de tuberculosis pulmonar en el viaje por mar de Estados Unidos a España. La ruta era tortuosa porque la Primera Guerra Mundial hizo que el paso fuera traicionero, por lo que el barco tuvo que pasar por Cuba y las Azores, recordó una vez Branyas.
En 1918, la pandemia de gripe española comenzó a arrasar el mundo. Entonces, cuando Branyas tenía 29 años, estalló la guerra civil española, dejándola con lo que antes ha resumido como “muy malos recuerdos”. La segunda guerra mundial siguió poco después.
Branyas formó una familia con su marido, un médico catalán llamado Joan Moret, que le ha dado tres hijos, 11 nietos y 13 bisnietos.
El día de la boda de la pareja, después de horas de esperarlo, se enteraron de que su sacerdote había muerto inesperadamente. No había teléfono en la iglesia para llamar a otro capellán, por lo que la familia tuvo que subirse a un auto y buscar otro.
Branyas ha adoptado los avances tecnológicos desde entonces, adoptando las redes sociales y las comunicaciones digitales en particular. Branyas usa un dispositivo de voz a texto y Twitter para mantenerse en contacto con sus seres queridos.
“Disfrutemos la vida juntos”.
La residencia de ancianos de Branyas, Residència Santa María del Tura, emitió en su momento un comunicado diciendo que la reconocerían como la persona viva más anciana del mundo en un evento privado.
“Ella goza de buena salud y continúa sorprendida y agradecida por la atención que esto… ha generado”, dijo el hogar.
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