Aleksandr Pushkin, poeta revolucionario
Por Rodolfo Bueno
El 6 de junio de 1799 nació en Moscú el fundador de la moderna literatura rusa, Aleksandr Serguéyevich Pushkin. Su obra se enmarca en el movimiento romántico y es el poeta, novelista y dramaturgo que más influyó tanto en el arte ruso, como en la historia de su país. Pushkin tenía estilo propio y no escribía en el lenguaje ostentoso de los nobles, sino en el de la gente común. En sus narraciones, las situaciones complejas, dramáticas, románticas y satíricas eran explicadas con palabras sencillas de la lengua vernácula. Fue el pionero en este estilo literario e influyó notablemente en escritores posteriores. También describió situaciones humanas que los escritores de su época no se atrevieron tocar, como la lucha del oprimido contra el sistema opresor, las lacras sociales, las penas de los humildes y la obligación del individuo de cumplir el deber sobreponiéndose a cualquier deseo; todo esto mediante bellos poemas de amor, resaltando el abolengo cultural de Rusia. Pero además era joven y rebelde, mezcla peligrosa que le causó graves problemas en su vida.
Su poesía fluye por la imaginación como bálsamo milagroso que inspira a dar lo mejor de sí en pos de la libertad. Gógol, Tolstoy, Dostoyesky, Chaikovsky y todo intelectual ruso se embebió de Pushkin para realizar su creación, es que los rusos son adictos a la poesía, para ellos un poeta vale más que nadie. Durante la Segunda Guerra Mundial, un poema de Símonov destruía más enemigos que una división de Zhukov, porque inspiraba al soldado a dar la vida por su patria.
En pocas ocasiones, como en su caso, se cumple con tanta nitidez que el destino del hombre depende de insignificancias. Fue hijo de Serguéi Pushkin, miembro de la alta aristocracia rusa, lo que era común en casi todo intelectual de entonces. Por parte de madre era bisnieto de Abram Ganníbal, un príncipe etíope capturado de niño por esclavistas otomanos, que bien pudieron trasladarlo a nuestra América, pero que por azar fue a parar a Constantinopla, donde fue adquirido por un servidor de Pedro I, el Grande, a quien lo regaló. Pedro valoraba a la gente por sus destrezas y no por su linaje, lo que demostró luego de bautizarlo y darle su patronímico, Petróvich, y convertirlo en general de división, ingeniero militar y gobernador de Tallin, tema usado por Pushkin para escribir en 1827 El negro de Pedro el Grande.
Pedro I envió a Abram a París a estudiar ciencias y arte militar. Allá entabló amistad con Diderot, Montesquieu, D’Alambert, Voltaire y tomó el apellido del cartaginés, Aníbal, Ganníbal en ruso. A su retorno a Rusia se casó con una griega, a la que repudió luego descubrir que le era infiel, y posteriormente, con Cristina Siöberg, una sueca con la que tuvo diez hijos, uno de ellos, Ósip, abuelo de Pushkin.
El profundo amor que Aleksandr Pushkin sentía por los cuentos y la poesía popular rusa le fueron inculcados por su abuela materna y su aya, Arina Rodiónovna, se lo recalca, pues en su casa se hablaba francés, como era habitual en la aristocracia rusa. Por otra parte, Pushkin era un lector insaciable, que devoraba con pasión la biblioteca de su padre, formada por unos 3.000 volúmenes, casi todos en francés. También era hábil en imitar a Molière, Voltaire, Byron y Shakespeare. Era sobrino del Vasili Lvóvich Pushkin, hombre culto, alegre y vividor, de gran ingenio y labia amena, que en todo momento le animó y lo apoyó en épocas difíciles.
Pushkin estudió en el Liceo Imperial de Tsárskoye Seló, hoy Liceo Pushkin. Adoraba tanto la literatura, que no prestaba mucha atención a otros estudios no relacionados a este arte. Allí comenzó Ruslán y Liudmila, poema romántico basado en el folclore ruso, que echó por los suelos los cánones poéticos del neoclasicismo y desconcertó al mundo literario de ese entonces, aunque obtuvo un gran triunfo entre la juventud intelectual de San Petersburgo, que de inmediato le reconoció valía.
En 1820 comenzó a exponer sus ideas sobre la organización social y se involucró con los movimientos reformistas. A partir de que escribiera el poema Oda a la libertad, se convirtió en el portavoz de los literatos radicales. Su poesía, tan atractiva para el público, colmó la paciencia del zar Alejandro I, que lo quiso desterrar a Siberia, pero Pushkin tenía tantos admiradores, que solo fue desterrado a Yekaterinoslav, al servicio del general Ínzov, cuya familia se radicó en el Cáucaso y Crimea; allá, en 1821, compuso El prisionero del Cáucaso y en 1823, La fuente de Bajchisarái. También comenzó la que se considera la primera de las grandes novelas en ruso, Eugenio Oneguin. su obra cumbre.
Su vida disoluta, mezcla de juergas, pasión por los naipes y el juego, amoríos, dos duelos y su refugio durante dos meses en una tribu de gitanos, agotaron la paciencia de Ínzov, y Pushkin fue enviado a Odesa a las órdenes del general Mijaíl Vorontsov, a cuya hija empezó a galantear, algo que a ella no le disgustaba. El general Voronstov logró que Pushkin fuera confinado en Mijáilovskoye, en una de las propiedades de su padre. Allí, tras la reprimenda paterna y la buena acogida por su amada aya, compuso el drama histórico sobre la tragedia del zar Borís Godunov, el poema Los gitanos y terminó Eugenio Oneguin, también compuso los cuentos en verso.
Mientras tanto, en San Petersburgo se rebelaron los decembristas; se trataba de un grupo de poetas aristocráticos, originados en la sublevación del 14 de diciembre de 1825, bajo la inspiración de la ilegal Sociedad del Norte. Y aunque Pushkin no participó en la sublevación, sus primeros poemas políticos fueron encontrados en valijas de algunos insurgentes, por lo que Pushkin cayó bajo el estricto control de los censores del gobierno y se le prohibió viajar y publicar libremente.
A Pushkin afectó profundamente el duro castigo infligido a los decembristas, casi todos amigos suyos; eran adalides de las libertades personales y cívicas y fueron condenados al patíbulo, a trabajos forzados o deportados a Siberia. Todos marcharon rumbo a su cruel destino recitando la Oda a la Libertad de Pushkin.
El zar Nicolás I, heredero del trono de Rusia luego de la muerte de Alejandro I, le permitió regresar a Moscú en 1826, lo tomó bajo su protección y dejó que Pushkin escribiera con la condición de que toda su producción pasara por sus manos, para censurar lo que considerara necesario. Debido a los acontecimientos de diciembre de 1825, convenía más tenerlo donde pudiera ser vigilado de cerca sin que causara problemas. Para ese entonces, Pushkin cobraba por sus escritos honorarios sustanciosos, le llegaron a pagar la enorme suma de diez rublos por cada estrofa de Eugenio Oneguin. En 1829 regresó al Cáucaso y escribió Poltava, poema en el que glorificó el triunfo de Pedro el Grande en la batalla de Poltava, También escribió Los relatos de Belkin, en el que se describe la vida rusa.
Al volver a Moscú, en 1830, conoció a Natalia Nikolayevna Goncharova, una de las mujeres más bellas de esa época. Le propuso matrimonio, pero ella lo rechazó, porque no quería casarse con un escritor de ideas tan rebeldes, que podía fácilmente ser perseguido o desterrado nuevamente por el zar. Se retiró a la finca paterna, en Bóldino, donde escribió la Historia de la aldea Goriújino, Mozart y Salieri, El caballero avaro, El convidado de piedra, Banquete durante la peste, La casita en Kolomna, numerosas poesías líricas y ocho capítulos más de Eugenio Oneguin.
Natalia aceptó la propuesta de Puhskin en 1831 y se casaron el 18 de febrero de ese año. Pronto tuvieron cuatro hijos. Ese mismo año ingresó en la Cancillería de Relaciones Exteriores con un sueldo especial de 5000 rublos. También conoció a Nikolái Gógol, con quien entabló gran amistad. En 1836 fundó la revista El Contemporáneo, que llegaría a adquirir mucho prestigio en las letras rusas.
En la década de los treinta compuso El cuento del pope y su bracero Baldá, los cuentos El zar Saltán, La princesa muerta y los siete gigantes, El gallito de oro e inició la novela Dubrovski, que se desarrolla entre pequeños terratenientes de provincias. Escribió también la novela en prosa La hija del capitán, donde describe el levantamiento campesino acaudillado por Pugachov, el poema El caballero de bronce, dedicado al zar Pedro I. En 1833, Puskin fue electo miembro de la Academia Rusa, centro para el estudio de la lengua y literatura rusas.
El 27 de enero de 1837, Pushkin fue mortalmente herido en el pecho al tener un duelo con el militar francés Georges d’Anthès, que había coqueteado a su esposa en público. El arma de Pushkin fue manipulada para que no pudiera defenderse. El 10 de febrero de 1837 falleció. El gobierno ruso se opuso a una gran ceremonia religiosa y trasladó su cuerpo en secreto a Mijáilovskoye, donde fue sepultado en el Monasterio Svyatogorsky. El zar pagó todas sus deudas y dio pensiones a su familia. El joven poeta Mijaíl Lérmontov, que cuatro años después correría igual suerte que Pushkin, escribió en su honor La muerte del poeta. Pushkin vivió poco, pero su obra perdura en el espíritu no sólo de su pueblo, sino en el de todo hombre libre.
OPINIÓN
Por Rodolfo Bueno
Corresponsal de Ecuador News en Quito
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