Para quiénes no vale la Fiscal
Por Miguel Rivadeneira Vallejo
Delincuentes, abusadores sexuales, abogados y otros defensores de sentenciados cuestionan la labor de la Fiscal General. Critican su tesis, 20 años después de su aprobación a cargo de académicos respetables, y la forma cómo llegó al cargo, luego de un proceso transparente que presidiera un reconocido jurista, profesional honesto, sin tacha de ladrón, al que luego quisieron deslegitimar.
Seguramente añoran al Contralor corrupto de los 10 años de la década perdida, que sacó 100 sobre 100 en su concurso de designación en el Cpccs y el país sabe que fue sentenciado a seis años por concusión, que facilitó tanto atraco en esos 10 años y que está procesado con cinco cargos por lavado de activos en una corte de EE.UU.
La Fiscal por su actuación valiente en contra de protagonistas de hechos de corrupción, ha recibido el respaldo internacional, de miembros del Cuerpo Diplomático, de organizaciones y gremios de profesionales, y lo más importante de la gente buena y honesta del país, que es la mayoría.
Se trata de la autoridad que resiste estoicamente frente al embate de los que buscan impunidad a toda costa. Primero desde esa Asamblea golpista y desestabilizadora, luego se tomaron el Cpccs, el Consejo de la Judicatura, el órgano administrativo y disciplinario de la Función Judicial, en donde están pasando hechos vergonzosos, con dos de sus miembros procesados penalmente por tráfico de influencias, con audios y pruebas contundentes de sus irregulares actuaciones, que reflejan reparto y la metida de mano en la justicia, queriendo nombrar con opacidad conjueces temporales para la Corte Nacional. Otro por presunto lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Hay cuestionamientos graves a la dirección de la institución. Una vergüenza que represente a una función respetable del Estado (Judicial). No es posible que el país esté cercado por gente que solo busca el mal y la destrucción, en su afán de facilitar la toma del poder para lograr impunidad, con la anuencia de autoridades y a vista y paciencia de la ciudadanía.
OPINIÓN
Miguel Rivadeneira Vallejo
Especial para Ecuador News
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