Caminar despacio y seguro
Por Fernando Naranjo
Tratemos de crear un estado de ánimo que nos permita disfrutar el día a día; es lo único, con lo que ciertamente podemos contar. Los ayeres y lo por venir es otra historia.
Desarrollemos ejercicios sencillos pero eficaces, que estén al alcance de nuestra capacidad física y anímica. Nada mejor que movernos, muy recomendado caminar y hacer estiramientos, no necesitamos implementos mecánicos; con nuestra fuerza corporal de manos, brazos, pies y piernas, podemos lograr buenos resultados. Ejercitar la respiración consciente y la meditación plena, dejando de lado todos los inquietantes pensamientos negativos, impropios de nuestro momento de plenitud.
De Víctor Hugo, poeta y dramaturgo francés, anoto su aforismo: “La vejez no es la edad de oro, ni los años de plomo. Si en la mirada de los jóvenes se ve el fuego, en la de los viejos se ve la luz.”
Ejercitemos nuestra alegría y optimismo. Los años vividos nos otorgan experiencia, conocimiento y sabiduría para remontarnos a sitios impensados.
En este tiempo de desilusiones, saquemos fuerza y espacio para emocionarnos.
Saludos amigos. Caminar despacio y seguro.
El abrazo de Fernando.
GUAYAQUIL
Fernando H. Naranjo-Villacís
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