Nuestro compañero Félix Lam ha decidido acompañarla también en el cementerio
Celia Cruz se marchó para siempre hace 20 años
Cada vez que los amantes de su música tienen oportunidad de recordar a Celia Cruz lo hacen. Por ejemplo, el pasado 16 de julio cumplió tres décadas desde su muerte. Entre quienes estuvieron junto a su tumba, hay que nombrar al colaborador de Ecuador News, Félix Lam, quien anduvo con ella por todo el mundo. Nos acaba de contar que ya tiene previsto acompañarla también en el cementerio.
Félix Lam es conocido en los medios de información de NY y varios del mundo, no sólo por sus fotografías sino por haber acompañado durante cerca de 50 años a la recordada Celia Cruz en sus giras nacionales e internacionales. El “Chino”, como ella lo llamaba, era como una especie de amuleto, porque todas las cosas le salían bien. Por alguna razón poderosa cuando Lam no estaba a su lado, cualquier inconveniente se presentaba. Como gran seguidora de las ciencias espirituales, la Guarachera Cubana le pidió siempre que no la dejara sola.
Y él lo hará, inclusive después de muerta, porque ya ha adquirido un costoso panteón en el cementerio Woodlawn del Bronx, para estar a su lado.
“A mi parece que fue ayer cuando Celia se fue para siempre. Me llamaron para decirme que le iban a rendir un homenaje al cumplir 20 años de su muerte y no podía creer que hubiera transcurrido tanto tiempo”.
Quien habla es Félix Lam, nuestro compañero que anduvo con Celia Cruz por todas partes.
Ya mencionamos que quiere acompañarla también donde ella yace para siempre, junto a su amado esposo Pedro Knight.
Lam, hijo de chinos, pero nacido en Cuba igual que la gran artista, hace muchos años que tomó esa decisión de estar a su lado. Hoy, a los 84 años de edad, reafirma que ha sido la mejor inversión de su vida, adquirir una costosa tumba en un lugar que es atracción turística de Nueva York, por Celia Cruz e innumerables personajes que están allí.
“El destino ha querido que todavía no sea mi momento y por eso estoy hoy aquí en el homenaje que se le está brindado a Celia por el tiempo transcurrido desde que se fue”, señala el fotógrafo, uno de los pocos que guarda una copia de la llave del panteón donde está la cubana y su esposo.
La llamada también “Reina Rumba” murió el 16 de julio del 2013. Además de escuchar sus canciones que nunca dejan de sonar, se le recuerda gracias a una fundación creada por Omer Pardillo, quien fuera su último apoderado, cuya misión es recorrer el mundo exhibiendo todo aquello que fue el atuendo artístico de Celia Cruz, incluyendo sus legendarias pelucas.
“Los niños, muchos de ellos nacidos después del 2013, saben quién fue Celia y las razones por las que nunca regresó a Cuba. Y los que tuvieron la fortuna de verla actuar o conocerla, con las giras que yo organizo tienen la oportunidad de recordarla”, señala Pardillo.
Vale la pena señalar que ella nació el 21 de octubre de 1925, en La Habana, Cuba, y fue bautizada como Úrsula Hilaria Celia Caridad Cruz Alfonso. De familia muy pobre, fue una tía la que la motivó para que incursionara en el canto, al descubrir el enorme talento que poseía.
Su padre deseaba que fuera maestra y la inscribió en el Magisterio Cubano, aunque le permitió asistir esporádicamente al Conservatorio Nacional de Música. Por la época participaba en concursos que siempre ganaba y le permitía obtener algún dinero.
Anduvo en 1950 en un grupo llamado “Las Mulatas de Fuego”, de donde saltó a la famosísima “Sonora Matancera” para reemplazar a la cantante de planta, la puertorriqueña Mirta Silva, que decidió convertirse en solista.
Estuvo durante 15 años en el decano de los conjuntos cubanos. Además, conoció ahí a Pedro Knight, a la sazón trompetista, de quien jamás se separó.
Lo demás es una historia de éxitos de Celia, que hasta incursionó el cine en las películas “Amorcito corazón”, “Una gallega en La Habana” o “Rincón criollo”.
Falta anotar que, en Tenerife, España, donde normalmente era acompañada por Félix Lam, un 3 de marzo de 1987, acompañada del grupo venezolano “Billo’s Caracas Boys”, estableció un récord Guinnes, al lograr que 250.000 personas, al aire libre, la escucharan y bailaran.
Inmortalizada igualmente por una muñeca Barbie y en centenares de libros, documentales y ensayos, el ícono de los latinos murió a los 77 años de edad en su casa de Fort Lee, Nueva Jersey, al perder su batalla contra el cáncer.
Fue homenajeada en todo el mundo, en Miami y finalmente en Nueva York, donde paralizó la Quinta Avenida en su recorrido al Condado de la Salsa en donde se encuentra.
Celia sigue siendo Celia.
ENTRETENIMIENTO
Por Néstor Espinosa
Fotos por Félix Lam
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