COTACACHI: EL EPICENTRO DEL INTI RAYMI
A pesar de que los conquistadores españoles a su arribo a América suprimieron todas las expresiones culturales de nuestros antepasados por considerarles paganas, todas éstas perviven por la convicción de los indígenas de defender sus tradiciones, como agradecer a la Pachamama (Madre Tierra), por su fecundidad expresada en las cosechas y al Inti Taita (Sol,) por la energía que brinda para que los frutos germinen, crezcan y maduren.
Esto se evidencia en Cotacachi, provincia de Imbabura, con ocasión del Inti Raymi o Fiesta Sagrada del Sol. La festividad más importante de la sociedad indígena. Ritual que se remonta a los inicios del imperio de los incas y que marca el cambio estacionario o ciclo agrícola, a partir del 21 de junio hasta la primera semana de agosto.
Con profundo respeto observé que el misticismo y la espiritualidad son parte esencial de estas festividades. No faltan los rituales de purificación o limpias con hierbas especiales para curar los males del espíritu y el cuerpo, en lugares sagrados: cascadas, vertientes de agua, arroyos, riachuelos, etc. Particularmente, en Tunibamba, comunidad de Cotacachi existe el “ojo de agua”, una vertiente que proviene de la mama Cotacachi, lugar en el que antes del jolgorio, los indígenas se bañan para tomar energía.
Tras esta ceremonia, los indígenas en grupos se dirigen a “tomarse” la Plaza Cotacachi ataviados con sus mejores vestimentas, con bailes expresados en el famoso “zapateo”, acompañados con música, cánticos y coplas, comida abundante y bebidas, entre ellas, las famosas chichas de jora o de maíz.
Al ingresar a la plaza los indígenas llevan una rama con 12 gallos colgados, que simbolizan los doce meses del año. Los hombres lucen zamarros y ponchos coloridos, en la cintura de los zamarros se colocan campanillas pequeñas que producen sonidos muy atractivos. Acompañan a los danzantes los músicos que con gran solvencia tocan flautas, guitarras, requintos, rondines y violines.
Además, lo llamativo son los largos sombreros que utilizan los hombres de esta zona.
La celebración es una excelente oportunidad para entonar la música ancestral, en la que se utilizan instrumentos autóctonos. Al ritmo de ella se “zapatea”, una forma de despertar a la tierra para que reconozca su fuerza y riqueza que tiene. De los 365 días del año de duros trabajos agrícolas y artesanales, el Inti Raymi constituye un espacio mágico, esperado durante todo el año por estos pueblos.
Inti Raymi de las Warmis (mujeres)
Asistí al Inti Raymi de las Warmis. En la que la energía y libertad, de ellas, se hacen presentes. Poco les importa que les apoden carishinas (mujer que le gusta hacer activades de hombres). Lo deseable es dejar sentada su identidad de seres de coraje, trabajo y perseverancia. Aspiran las warmis “el equilibrio justo de las energías masculina y femenina para que, desde nuestra identidad, podamos contribuir al bienestar y a la felicidad de todo el Pueblo Kutakachi”, afirma Carmelina Morán.
En esta dinámica, las warmis se tomaron los cuatro puntos de la plaza, igual que los hombres. Toma de la plaza que tiene varios significados, como es el hecho de evocar la toma de parte de los conquistadores de las plazas y, hoy en día, constituye una especie de revancha simbólica. También se afirma que es una visita a los espíritus de los antepasados, cuyos restos estaban en tolas, sobre las cuales se construyeron templos cristianos.
“Apropiarse de la plaza, es también apropiarse de la iglesia que está en la plaza, sede del poder político”, sostiene Pablo Dávalos.
Ya en la plaza no faltó la presencia de los campanilleros, aricuchicos, diablo humas, chinucas, payasos, chagras, priostes, y numerosos grupos musicales originarios de diferentes lugares de la provincia.
Definitivamente, una fiesta de unidad, en la que la alegría desbordante es su signo. Un lugar de reencuentro, aquí se funden las diversas expresiones culturales del país.
Recordemos que el Inti Raymi es una antigua celebración andina que data de 1430. Instaurada por el inca Pachacútec para honrar al Sol.
En el país se festeja con intensidad en Cotacachi, Tabacundo, Cayambe, Cochasquí, Pujilí, Riobamba y la provincia de Cañar.
A nivel regional, esta festividad es celebrada por las comunidades indígenas de Bolivia, Colombia, Chile, Perú y el norte de Argentina.
Sobre estos patrimonios culturales, me queda claro que la identidad de un pueblo no puede ser mutilada o fracturada por prejuicios de clase y de raza. Por ello, es importante conocer, reconocer, preservar y difundir nuestro patrimonio cultural y natural, toda vez que impulsa sentimientos de afirmación y pertenencia.
Al respecto, el venezolano Fernando Báez dice “el patrimonio es lo que recuerda al padre, por lo que su devastación produce una orfandad contundente”.
CELEBRACIÓN
Por Lic. Eva Rocío Villacís
Especial para Ecuador News
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