I HAVE A DREAM
Por Rosalía Arteaga Serrano
Hace 60 años, el inolvidable Martin Luther King Jr., ante una audiencia presente de más de 250.000 personas y una nación en vilo, y muchos más pendientes de la transmisión radial de lo que estaba ocurriendo en Washington, en las escaleras del Lincoln Memorial, pronunció un discurso inspirador que sería su legado para la historia, en la lucha por los derechos civiles y por el cese de toda forma de discriminación contra la raza negra al interior de los Estados Unidos de Norteamérica.
El “yo tengo un sueño” es un legado de optimismo, de inspiración para el fomento de las relaciones entre los seres humanos, la fe en la bondad de los otros, la posibilidad de acordar en base a las palabras.
A pesar de los años transcurridos, el legado del Dr. King permanece y debería encarnarse en todos, especialmente en quienes ejercen posiciones de liderazgo y tienen el compromiso de guiar a otros por el camino de la solución pacífica a los conflictos y por el desarrollo de los diferentes sectores de una sociedad.
Ojalá las palabras de Martin Luther King puedan tener un eco en la convulsionada sociedad ecuatoriana, cuando estamos a las puertas de un cambio de gobierno en situaciones difíciles, cuando la violencia golpea con fuerza en las diferentes ciudades del país, enlutando a muchos hogares, nos hace falta reflexionar en el poder movilizador de las palabras y en la necesidad de hacer un buen uso de ellas.
Martin Luther King tuvo un sueño, también los ecuatorianos lo tenemos, soñamos en un país equitativo, libre de violencia, que cree oportunidades para todos, que privilegie temas como educación, salud, generación de empleo y que proporcione seguridad para todos.
Hay que seguir soñando en un Ecuador mejor, es la única forma de empezar a construirlo.
OPINIÓN
Rosalía Arteaga Serrano
Ex Presidenta Constitucional de la República del Ecuador
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