Millennials buscan el poder en Ecuador
Por Mariano Jara
Cerca de 4 millones de Millennials acudirán a las urnas en la segunda vuelta electoral, para elegir al Presidente de los ecuatorianos por menos de dos años. Sin voz, invisibilizados y olvidados, sin oportunidades y mal llamados » ninis», son parte del grueso ejército de votantes que están dispuestos a la reivindicación y desarrollo del país, ante el fracaso de los gobiernos de turno.
El principal objetivo de los candidatos finalistas María Luisa González 46 años y Daniel Noboa 35 años, serán los votantes Millennials, que representa el 37,5 por ciento del padrón electoral.
En política no tienen ideología los Millenials y ellos, así como fueron testigos del sistema tecnológico, que amplió el horizonte de sus propias vidas y de la humanidad en general a una velocidad sin precedentes, buscan cambiar el mundo desde la política. Ambos candidatos intentan convencer a millones de jóvenes para obtener el triunfo.
El voto de los llamados Millennials podría ser decisivo, no solo para estas elecciones, sino también en la elección presidencial del 2025. Los demografos ubican a los Millenials a principios de la década de 1980 y algunos la terminan a mediados de la década del 2000. La generación está conformada por personas que actualmente estarían entre los 22 y 42 años de edad, son hijos de los llamados baby boomers y de la generación X. Ellos son testigos de la llegada del internet a sus hogares y la expansión de su uso, así como de la aparición de tecnología como celulares, laptop y tablets.
Si se produce el triunfo de Daniel Noboa 35 años de edad, un Millennials; se dice que podría tener posturas más igualitarias, especialmente con la juventud. El costo de la vida es su principal preocupación social y en ese sentido la propuesta de Daniel Noboa, de generar empleo, fortalecer el comercio e industria, impulsar la economía, poner mano dura a la inseguridad, podría ser determinante en las urnas.
El candidato Presidencial es un MILLENNIALS a tiempo completo y un centennial, que entiende y convive las mismas inquietudes y viscisitudes. Los jóvenes al parecer, no están dispuestos a seguir sacrificando y postergando una aspiración válida, vivir con dignidad.
Queda en duda, obviamente, si el mandato de un Millennials por primera vez en Ecuador puede resignificar la función pública. Sus propuestas en realidad no son nuevas, pero si, reales, indispensables e impostergables. Creación de empleo, especialmente para los jóvenes es prioritario, atacar con fuerza y decisión necesaria la inseguridad, para devolvernos la paz y desarrollo que tanto anhela el país.
Ante el actual panorama que vive el país, Noboa debe dejar a un lado el debate, sobre si una generación va a cambiar o no la política ecuatoriana y enfocar o entablar la comunicación con otras generaciones también, para entender que buscan y que no.
Los ecuatorianos necesitamos que nos hablen un lenguaje llano, preciso, coherente, objetivo y real, de lo contrario, van hacer una política vacía y en esa virtud deben entender y reconocer que todas las personas somos seres racionales y no nos pueden seguir utilizando, solo para satisfacer sus protervos intereses.
La formula de comunicación para los Millenials y centennial tiene la necesidad y obligación de entender la política como servicio al pueblo y no para servirse del pueblo. Cómo pueden empoderarse y entenderla, pero hasta el momento nadie ha entendido está forma de ser y actuar.
María Luisa González, que no es una Millenials, pero su discurso en la segunda vuelta parece enfocarse con esta generación o pierden las elecciones. Aunque no es una persona vieja, ya es un cartucho quemado, además que no tiene un perfil creíble de acercamiento a los jóvenes, mismo con el que si cumple, Daniel Noboa.
La pregunta es, que pasará con toda una generación de jóvenes arrastrados por la ola de violencia, inseguridad, desempleo, hambre, corrupción y los privilegios que se otorgan en las barbas del pueblo a los criminales, corruptos y destructores del país, si no alcanzan el triunfo?.
Para algunos el resultado es que vivimos y viviremos vidas más limitadas. Ecuador no tiene mañana. Su futuro fue desaparecido violentamente en esta última década y lo sepultaron ante la mirada de los miserables de las mafias políticas y del gobierno que ha convertido al Ecuador en Estado fallido.
Otras huellas son la desigualdad, la crisis de las décadas anteriores se institucionalizaron en recortes permanentes, pensiones congeladas, disminución de empleos, inseguridad y lo más evidente la corrupción en el poder ejecutivo, legislativo y judicial.
Estamos llegando al final de la historia; el «triunfo» en la primera vuelta electoral de María González y la sorpresiva llegada de Daniel Noboa, no son sólo un presagio, sino una hermosa realidad. Ambos candidatos deben pensar en función de país; los jóvenes viven un presente de incertidumbre, violencia, desempleo, excluyente y corrupto, con un horizonte que es a la vez más amplio, pero más estrecho.
Debemos pensar que país queremos. Una nación de libertad y derechos para todos, conuna política de honestidad o un país para un grupo de mafiosos, politiqueros y esclavos de de un sistema socialista que solo ha demostrado fracasos?.
Los políticos ecuatorianos se han concentrado en sus clientelas tradicionales y olvidan a esta generación. Ojalá recapaciten, para María Luisa González de la revolución ciudadana y Daniel Noboa de Alianza Democrática Nacional, la ventaja de no tener futuro ni esperanza es que la espera a perdido sentido. Cualquier reformismo parsimonioso resulta ya absurdo. No se puede aguardar más.
La transformación debe suceder ahora. No será fácil convencer a los votantes Millenials, especialmente porque al despecho generalizado del elector ecuatoriano, se suma la crisis de los partidos y movimientos políticos, así como de sus «líderes». La ausencia de una cultura política en el Ecuador, hace que al momento de sufragar, muchas veces no exista coherencia ideológica entre el candidato, sus propuestas, su partido y sus electores.
La segunda vuelta electoral enfrenta a un Millennials heredero de la dinastía Noboa y una populista, hija política de Rafael Correa. La clave para llegar al poder será conocer cómo van desarrollando sus propuestas, como se conectan con el electorado.
A González no le bastará el voto «duro» del correismo y repetir «ya lo hicimos y lo volveremos hacer» o los insultos a su contrincante en las urnas. Debe abandonar la apología del odio y la venganza que su líder pregona. Presentar un verdadero plan de trabajo, realizable.
Noboa, por su parte debe inyectarse una dosis de empatía, abandonar la frialdad y seriedad total que podría ser su peor enemigo, porque eso demuestra arrogancia y desprecio. Debe abrirse a los movimientos para que una fuerzas, tender puentes y reunificar planes de gobierno objetivos.
Este recambio generacional en una población mayoritariamente joven, debe ser explotado al máximo nivel. Ecuatorianos, queda en nuestras manos el presente y futuro del Ecuador, no hay más dónde escoger, los jóvenes, que tienen mucho que demostrar o los viejos que ya han demostrado e incluso han fracasado
OPINIÓN
Mariano Jara
Columnista Invitado
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