El fantasma de Venezuela
Por Miguel Rivadeneira Vallejo
La definición presidencial del 15 de octubre próximo abre una incertidumbre y el fantasma de ir a la realidad venezolana. Las propias declaraciones en campaña de que Venezuela está en mejores condiciones que el Ecuador evidencian el interés de ir a un modelo revolucionario que le tiene sumido a ese país en la peor crisis de su historia reciente. Si no fuera así, ¿por qué han huido más de siete millones de personas?
Más allá de pretender aclarar las declaraciones, que más se enredaron, refleja la intención de que, de ganar las elecciones, se pretendería llevar a una realidad como la de ese país, que administra la revolución bolivariana desde hace 24 años, que le ha llevado a una situación de pobreza y miseria y que ha provocado la diáspora con la estampida de los venezolanos, que deambulan no solo por el Ecuador, sino por la región, y un número enorme que pretende llegar a EE. UU. y muchos han encontrado la muerte.
No se dimensiona el peligro que conlleva entrar en un camino sin retorno de ir al modelo dictatorial de Venezuela, sumidos en la miseria, debido a la ingenuidad y la ceguera de los electores, que cayeron atrapados en las garras de la demagogia y el populismo y la complicidad de la dirigencia política y las élites de los diferentes sectores, que no midieron las consecuencias de lo que sobrevendría, y luego se arrepienten, cuando era demasiado tarde.
Debieran valorarse los peligrosos anuncios de aquellos que pretenden volver al poder de entrar en un proceso que pondría en riesgo la dolarización con la propuesta de la ecuadolarización, que sería lo peor que le pudiera ocurrir a los ecuatorianos.
El modelo de la revolución bolivariana de Venezuela proclama la igualdad, y lo han logrado, pero todos iguales en la miseria, salvo los dirigentes del partido único que gobierna, que no quiere dejar el poder con cualquier trafasía y, por ello, manipulan los procesos electorales y así van 24 años en medio de la pobreza de su pueblo.
Ingenuos en Ecuador, con miopía política, que no piensan en el país, que necesita con urgencia resolver problemas prioritarios que el Gobierno saliente no pudo solucionar: inseguridad, violencia, corrupción; económicos, sociales, de desempleo y pobreza, entre otros.
Los electores deben abrir bien los ojos para ejercer un voto libre pero bien informado y responsable. No a ciegas, sin razonamiento, sin leer ni enterarse de los hechos, lo que pone en riesgo el presente y futuro de todos. Es una pena que ni siquiera deseen informarse bien, basados en hechos y pruebas que demuestran lo que hicieran desde el poder y que llevó a su procesamiento judicial, varios de los cuales merecieron sentencias condenatorias por corrupción y otros tienen cuentas pendientes con la justicia.
El fracaso total en Venezuela debiera servir como ejemplo para no repetir esa triste experiencia en América Latina. La dictadura le tiene sumido a ese pueblo en su peor desgracia, que dejó atrás a uno de los países más ricos de la región para transformarse en la nación con los peores indicadores en todos los órdenes: social, desarrollo humano, economía, inflación, DD. HH., libertades, inseguridad, criminalidad. ¿Ecuador quiere ir a ese modelo?
OPINIÓN
Miguel Rivadeneira Vallejo
Especial para Ecuador News
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