DANIEL NOBOA “ARMÓ EL DESPELOTE” A LOS CORREISTAS
Por Mariano Jara
Las filas con cientos de personas en los centros de votación, fueron una primera señal de lo que venía. Fue un momento inédito. Dos candidatos desconocidos, nerviosos, sin argumentos que se apoyen en verdaderos proyectos a favor del pueblo y esperanzas para el país, pero con una consigna precisa, ser Presidente del Ecuador.
Daniel, el candidato de “cartón”, se arrimó siempre en su poca experiencia, no quiso dar “ papaya”, no estuvo en sus planes perder nunca la oportunidad de su vida, ganar las elecciones y ser electo como Presidente de la República y el más joven en la historia del Ecuador. Su padre Alvaro Noboa, vaticinó su victoria y dijo con tono simple pero, muy seguro, “se armó el despelote”.
Luisa González, quiteña de nacimiento, canuteña de adopción, representante genuina de la revolución ciudadana y auspiciada por su “padre político” Rafael Correa, se dedicó a “demostrar” que está con la juventud, pero nunca logró convencer; su objetivo principal era la des/dolarización, no lo dijo, pero le llevó a la tumba política. Los insultos e inventos en contra de Noboa, parte de la estrategia de campaña, resultaron un fracaso; su máximo líder y ex/Presidente del Ecuador, llora la derrota.
¿Por qué es histórico el triunfo de Noboa en la elección presidencial ecuatoriana? La victoria pone fin a un modelo de gobierno que prevalecía por 15 años, digan lo que digan, incluso con Lasso, no dejaron de gobernar los correistas. Daniel, cara joven y nueva para un país con viejos problemas, tiene verdaderas ganas de hacer algo por el Ecuador. El nuevo Presidente de la República, recibirá un país de hondas desigualdades sociales, la población vive en la miseria, otro alto porcentaje en la pobreza y por/supuesto, como almohada la inseguridad galopante, desempleo, e inestabilidad política, apadrinados por un puñado de corruptos que destruyen la patria.
La victoria del benjamín de la política ecuatoriana, no fue un fenómeno aislado. No fue solo una elección, se decidió el rumbo del país. Noboa, nos devuelve el debate sobre la importancia de la edad para gobernar el Ecuador, la honestidad y transparencia con los dineros públicos, la objetividad y responsabilidad en la construcción de obras y la realidad de las promesas de campaña.
? Es más importante un líder sabio y con experiencia, que uno que sea consciente de las preocupaciones de los votantes más jóvenes ?. ¿Un mandatario viejo puede poner en peligro la democracia? ¿Un joven puede estar más cerca de la solución de los problemas de un país?.
Por hoy, están agitadas las aguas políticas en el Ecuador y el aluvión desatado por el correísmo luego de su derrota, anuncian el fin del populismo . El fin de la tele/serie de la transición como no se la esperaban. El “discurso de la solidez institucional de la democracia ecuatoriana, transparencia de nuestro sistema político y de las bondades del modelo económico inyectado por los socialistas del siglo XXI”, pone el sello a la crisis de un sistema de gobierno patentado por la corrupción.
El nuevo proyecto de nación buscará una auténtica democracia y no una democracia abierta ni encubierta. Los cambios serán profundos, pero con apego al orden legal, es lo que pensamos los ecuatorianos. Hoy, el escenario es distinto, las formas políticas marcan una historia distinta en el país.
Para evitar la debacle del sistema político, el poder económico socialista sacará seguramente del armario de la historia viejos caciques políticos, los maquillará y les dará cobertura sin igual en sus medios, para que entreguen alternativas, de cómo salir de la crisis política. Y no se trata de dar espacio a la sabiduría de la tribu, a los más viejos y su experiencia, sino que esta resurrección está delimitada, porque así pueden seguir siendo los dueños del país. En el armario quedan varios personajes de la vieja “política” de la Revolución ciudadana, ambiciosos de entrar a dar lecciones de orden constitucional y corrupción.
Una sociedad democrática tiene como punto de partida, la existencia en ella de desacuerdos y parte de ello consiste en generar acuerdos. Recordemos que no existe la verdad en política, existe la búsqueda conjunta de lo justo y lo conveniente. En consecuencia, hay que economizar desacuerdos y esforzarse para conseguir pactos y realizaciones con la oposición, todo por el bienestar de 18 millones de ecuatorianos.
Todo lo bárbaro e injustificable deben sucumbir en el proceso de acuerdos. La esperanza es la cura del mañana, para la decepción de hoy. Basta de hacer pagar a los pobres por una democracia que beneficia a los ricos y corruptos. A mí no me calla ni el silencio, el que perdona al lobo, sacrifica las ovejas.
OPINIÓN
Mariano Jara
Especial para Ecuador News
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