DESPUÉS DE LA TEMPESTAD…
Por Rosalía Arteaga Serrano
Estas recientes elecciones llevadas a cabo en el Ecuador han revestido características diversas, tanto por reflejar la necesidad de elecciones anticipadas luego de la declaratoria de Muerte Cruzada decretada por el Presidente Lasso, como por la sumamente corta campaña electoral en la primera vuelta, con un hecho doloroso para el país y que empañó esa campaña por el asesinato del candidato Villavicencio.
Sin embargo, la jornada electoral transcurrió sin mayores sobresaltos, arrojando el triunfo del candidato Noboa por sobre la candidata del correísmo González, ahora se avecina seguramente, para el equipo ganador, un tiempo de preparación de conformación de cuadros para la diversas estructuras del estado en lo concerniente a las tareas del ejecutivo, así como también la estrategia del diálogo con la Asamblea Legislativa, imperioso desde todo punto de vista.
Por ello hablamos de la necesidad de que luego de la tempestad venga la calma. Tempestad marcada por la euforia de la campaña electoral, las previsiones, las elucubraciones, y que ahora debe venir acompañada por la calma de la preparación, de los sesudos análisis, de las determinaciones que seguramente marcarán el futuro del Ecuador.
La agenda del primer mandatario electo debe estar enmarcada en una política muy firme respecto del tema de seguridad, ya que el clamor más fuerte entre los ecuatorianos es poder vivir en un clima de paz, al que la mayoría estábamos acostumbrados antes de estos brotes de violencia inusual e inusitada que están dejando una secuela de temores y de medios.
Pero también la agenda del nuevo gobernante debe poner énfasis en los temas sociales que, no solamente son requeridos por la población, sino que realmente marcan o deben marcar el desarrollo del Ecuador. Nos referimos a tareas urgentes como las que demandan políticas adecuadas de salud, educación y generación de empleo.
Por otro lado, hay una agenda internacional que debe cumplirse en lo relativo a acuerdos que posibiliten el flujo de productos ecuatorianos a los mercados, en las mejores condiciones, con eliminación de aranceles y facilidades para los exportadores, tanto los pequeños como los grandes.
Tampoco podrá descuidar el Presidente Noboa el saneamiento de la economía nacional, la superación de inequidades de todo tipo, incluidas las de género, las generacionales, entre otras, que demandan acciones urgentes, simultáneas y eficientes.
La tarea es compleja, pero se la puede conseguir con claridad mental, liderazgo y equipos adecuados. Saludamos al nuevo Presidente y le deseamos éxito en sus funciones. Su éxito es el del Ecuador.
OPINIÓN
Rosalía Arteaga Serrano
Ex Presidenta Constitucional de la República del Ecuador
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