EMPLEO JUVENIL EN ECUADOR, UNA CATASTRÓFICA AUSENCIA
Por Mariano Jara Especial
Uno de los grandes problemas del Ecuador, es la falta de oportunidades de trabajo, pero particularmente para los jóvenes. El Presidente electo Daniel Noboa, enfatiza de manera reiterada, que en su gobierno se impulsará leyes y proyectos para generar empleo, pese al corto tiempo que podría estar en Carondelet.
Por desgracia, los gobiernos de turno han hecho poco o nada para obtener resultados satisfactorios en la creación de programas que impulsen el desarrollo. Los jóvenes son más vulnerables a las crisis económicas. Ha quedado más claro que los jóvenes son los «primeros en salir» y los «últimos en entrar» durante épocas de recesión económica. Si queremos un nuevo Ecuador, la demagogia, debe ser enterrada en el ataúd de la politiquería.
En estos momentos se pasea orondo el “empleo” denominado de la “economía criminal”, con la proliferación de actividades económicas que transgreden normas legales. (Lavado de dinero) y nadie hace, ni dice nada. Los jóvenes que “trabajan” en la economía criminal, son vendedores o transportistas de drogas, obtienen ingresos reducidos y siempre están cobijados con el peligro y constante miedo.
Dada la pobreza existente en sus lugares de origen, la cantidad que les pagan, desde su perspectiva, puede ser considerada alta. Pese a los ingresos bajos, la posibilidad de ejercer poder en un futuro cercano hace que se sientan con «poder» prematuramente y actúan con inusual violencia.
Además, son un instrumento del narcotráfico, que permite proteger a los delincuentes realmente importantes, que controlan un negocio ilícito. Es tal la situación en que se encuentran actualmente muchos jóvenes ecuatorianos, que prefieren unos años de aparente riqueza, a toda una vida de pobreza o miseria.
En Ecuador, también existe el trabajo informal, o economía paralela, invisible, negra, escondida, subterránea, popular, economía alternativa, etcétera. La tasa de informalidad media en nuestro país es del 60%.
Sólo dos de cada 10 jóvenes que concluyen su formación universitaria consiguen empleo en áreas vinculadas con su carrera y al menos 1 recibe un salario bajo. Pese los constantes anuncios del Ministerio de Trabajo, hasta hoy, no se ha logrado consolidar un vínculo permanente entre escuela, colegio, universidad-trabajo, que facilite la inserción de los jóvenes al mundo del trabajo.
Por ello, es imprescindible crear universidades técnicas, pero que cuenten con la infraestructura total para que los servicios beneficios, sean eficientes. Universidad para investigadores o científicos, serían un aporte fundamental al progreso y desarrollo tecnológico del país. Implementar políticas y programas integrales, con planes de acción caracterizados por la diversidad de necesidades de la pluralidad de jóvenes existente. Invertir en la calidad de la educación y la formación, resulta fundamental.
La legislación laboral relativa a la promoción del empleo de los jóvenes debería estar acompañada de una política de empleo que permita la inserción laboral de los jóvenes y dejar de lado el mañoso sistema “yo te ofrezco, busca quien te dé”
Estoy consciente, que el crecimiento del empleo no se va a dar solamente por la implementación de políticas públicas en materia de empleo juvenil, aprobación de nuevas leyes o programas llenos de buenas intenciones. Son necesarias también políticas financieras, fiscales, por ejemplo, evitar subsidios indebidos, pero al mismo tiempo, impulsar inversiones con alto coeficiente de empleo.
De otra manera, vamos a ver todos los días problemas lejos de su epicentro real y lo único que resultaría cierto, es que, todo este proyecto del electo Presidente Noboa, se postergaría y seguramente, no se hará realidad nunca.
El nuevo gobierno tiene la ineludible responsabilidad con 17 millones de ecuatorianos, de apostar a la creación de colegios, institutos y universidades técnicas, así se podrá aprovechar los enormes recursos de la juventud, salir de la crisis económica y de desocupación laboral que tiene el Ecuador. A ello se debe sumar, el control radical de la inseguridad, Trabajar de la mano en acuerdos comunes entre legislativo y ejecutivo.
No queremos más mentiras alzadas en una verdad oficial. Las mentiras ocultan los más profundos secretos, todo comienza entre realidades escondidas que sucumben en los rincones y gritan en silencio. Prefiero la decepción, que la incertidumbre.
Presidente Noboa, la espalda de los ecuatorianos ya no soportan más engaños, corrupción, inseguridad, desempleo, desgobierno, todavía no tenemos nada que decir de usted, pero por si acaso, le recuerdo que mis peores cicatrices no están en mi piel, sino en mi mente, en mi memoria y en la del pueblo.
Que los nudos ciegos de los asambleístas, no sean un obstáculo para trabajar en democracia a favor del país.
OPINIÓN
Mariano Jara Especial
para Ecuador News
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