En Ecuador, los tatuajes de animales adquieren el peligroso estigma de las pandillas
En un Ecuador plagado de pandillas, las personas que lucen tatuajes de animales populares, como tigres o águilas, se ven cada vez más obligadas a ocultarlos, ya que esos símbolos han sido usurpados por grupos criminales.
La actual pesadilla del país por la mortífera violencia del narcotráfico ha llegado a manos de grupos como ‘Los Lobos’, ‘Las Águilas’, ‘Los Tiguerones’, cuya marca es el tigre, y los poderosos ‘Los Choneros’, que se identifican con el león. Imágenes de estos animales están pintadas en prisiones y barrios donde dominan las pandillas, y en los cuerpos de sus miembros.
En el puerto de Guayaquil, que ha sido el más afectado por la violencia del narcotráfico y el conflicto entre pandillas en Ecuador, tanto los delincuentes como la policía están atentos a las marcas. «Prefiero llevar siempre mi tatuaje debajo de la ropa debido a todos los problemas actuales del país», dijo a la agencia de noticias AFP un joven que pidió el anonimato.
Tenía un gran tigre tatuado en su espalda, sólo porque le gustaba, sin imaginar nunca que se convertiría en un símbolo peligroso. «Me parece absurdo porque te encasillan, te estigmatizan» como si estuvieras en una pandilla, añadió.
‘Muerte segura’
El fenómeno también ha puesto nerviosos a los tatuadores, que temen verse atrapados en rivalidades entre pandillas. «Lo que hago es revisar las redes sociales de la persona que me escribe» pidiendo un tatuaje, dijo Jean Paolo, un artista que usa sólo su nombre de pila. «Con tanto peligro… literalmente necesito ser como el FBI para investigar», añadió.
Agregó que, en algunos contextos, una marca asociada con una de las pandillas significaba «muerte segura» para quien la llevaba.
Durante las redadas policiales, agentes y soldados buscan debajo de la ropa de los sospechosos tatuajes que los vinculen con pandillas. También buscan esas marcas en las personas que se unen a las fuerzas de seguridad, para evitar la infiltración de las pandillas.
El coronel Roberto Santamaría, jefe de policía de Nueva Prosperina, la zona más violenta de Guayaquil dijo que los tatuajes eran una cuestión de identidad y lealtad de las pandillas. «La cultura de la droga conduce a la creación de doctrinas e historias, y ésta es una forma de reclutar a menores, introduciéndoles en la cabeza que forman parte de una estructura», explicó.
En su teléfono celular, Santamaría guarda imágenes de pandilleros y sus tatuajes, desde ametralladoras AK47 hasta lágrimas de tinta negra y tatuajes de animales. «Cada una de estas organizaciones tiene un tatuaje especial, por ejemplo, ‘Los Tiguerones’ se tatúan un tigre con boina y estrellas que representan la jerarquía» en la pandilla, dijo.
‘Contaminando el arte’
Un tatuaje puede significar vida o muerte en el violento sistema penitenciario del país, donde las batallas entre bandas rivales han dejado unos 460 muertos desde 2021, y sus cuerpos a menudo se encuentran desmembrados, decapitados o incinerados.
Antes de ingresar a prisión, los condenados «se identifican con los símbolos tatuados para que no los coloquen en un ala dirigida por otra pandilla, porque saben que en el momento en que entren a esa ala van a morir», dijo Santamaría.
Algunos tatuadores informan que les pidieron que cubrieran imágenes de animales con tinta nueva. Los clientes que pueden permitírselo acuden a las clínicas para que les eliminen el arte corporal con láser.
«Los tatuadores han sido asesinados. No por vínculos con pandillas, sino porque alguien descubrió que encubrieron un tatuaje» o trabajaron con un rival, dijo un artista que anteriormente perteneció a una pandilla, bajo condición de anonimato. «Están contaminando el arte», puntualizó.
Imágenes de estos animales están pintadas en prisiones y barrios donde dominan las pandillas, y en los cuerpos de sus miembros.
NOTICIA DE LA SEMANA
Para ver más noticias, descarga la Edición