HAY QUE ECONOMIZAR DESACUERDOS POR EL BIEN DEL PAÍS
Por Mariano Jara
Sr. Presidente electo Daniel Noboa, todo comienza entre realidades escondidas, que sucumben en los rincones y gritan en silencio. Por ello es importante al asumir su mandato, que no le coquetee al diablo si no le gusta el infierno. (Si busca resultados distintos, no haga lo mismo que otros gobiernos).
De todo esto se desprende que necesitamos un Gobierno de verdad y no sólo un grupo de jóvenes profesionales “ilusionados de poder”. El tiempo es como el agua del río, lo tocas una sóla vez, ya se fué y nunca más volverá.
El enorme poder del nuevo liderazgo está directamente correlacionado con la enorme responsabilidad de no fallarle a los ecuatorianos, especialmente a los perdedores de siempre, que por primera vez, ven en alguien que verosimilmente los representa y tiene al parecer las riendas del país en las manos.
Está claro que la opción “antisistema” obtuvo los votos necesarios con un poder politico que se había configurado a partir de la alternancia democrática. Fue el profundo hartazgo, cansancio y decepción causado por un sistema político que no resolvió y más bien agudizó los problemas de fondo que seguimos padeciendo en carne propia, todos los ecuatorianos.
Por eso es clave que el nuevo gobierno no caiga en la trampa de los diagnósticos equivocados y las subsecuentes soluciones ineficaces, estamos demasiado mal para seguir en esa línea.
El nuevo presidente está directamente correlacionado con la enorme responsabilidad de no fallarle a los ecuatorianos, especialmente a los perdedores de siempre; indígenas, clases populares, ancianos, jóvenes, marginados, víctimas de la violencia, madres solteras, etc.
Porque más allá del voto de castigo a los corruptos, está la percepción, de que es alguien que en verdad busca ayudar a la gente, ya sea por su juventud, como por su pasado de honestidad.
El gobierno de Guillermo Lasso, debe ser reemplazado cuanto antes por uno de verdad, que afronte nuestra crisis económica, enderece leyes sociales, se ocupe de la seguridad ciudadana, restaure el país, que restablezca los valores de moral, familia, orden y libertad, que recupere la educación, salud, bienestar y la dignidad.
Pero, ¿ahora qué? La expectativa es tan alta como la inmensidad de los problemas de un país que se desangra, se pudre, se confunde, se agacha y se va de lado.
La alternativa del nuevo Gobierno está en el tejado de ADN, que ahora se ocupa en reunirse con todas las tiendas políticas, para establecer de cara a la galería el escaparate de que todo está en orden y que el desconcierto pasado es solo eso, pasado.
Yo deseo que se pongan de acuerdo y cumplan al menos las más elemenatales necesidades, superen la seria crisis que soportamos, se sienten las bases para construir un Ecuador de paz y progreso, que podamos confiar a plenitud y que nos saque de esta desgracia nacional que estamos viviendo.
Espero que elijan de una vez sus proyectos y a su líder en la Asamblea Nacional, para no ser dependientes de una oposición que odia al pueblo y solo busca sus interéses políticos, (amnistías) que manden a su casa a los que sobren y que cuando toda esta pesadilla haya pasado y con el tiempo nos recuperemos, volvamos a ser un pueblo de gente trabajadora, con principios, seguridad y sobre todo, vivir en paz.
Estoy desilusionado con los políticos, con aquellos que se han dedicado a robar, sabiendo que por las vigentes leyes se irán de “rositas” a sus casas, enriquecidos y delirantes de fortunas.
Mi desencanto será pasajero, pero temo la forma en que va a dejar de serlo. Hace falta mano dura, que con guante de terciopelo meta a todos en cintura.
Estoy decepcionado con aquellos que se enpeñan en separarse de la Patria a base de asesinatos, que piensan que por la decisión de cuatro jueces cobardes, quedarán impunes y hasta serán proclamados héroes de la liberación.
Esperemos que dentro de unos días la negra cara del destino se maquille con un poco de sol y de esperanza de luz para seguir caminando sin tantos tropezones.
Y a cuidarse amigos, que dentro de unos días habrá más… ¿de lo mismo?…
OPINIÓN
Mariano Jara
Especial para Ecuador News
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