Arrancó el Metro de Quito
Más de 273.000 personas viajaron en el Metro de Quito sus primeros tres días de operación completa, según indicó este lunes el alcalde de la capital de Ecuador, Pabel Muñoz, que valoró que la puesta en funcionamiento de este sistema de transporte «salió muy bien».
El Metro de Quito, construido por la empresa española Acciona con un coste de más de 2.000 millones de dólares, abrió definitivamente sus puertas el pasado viernes, diez años después del inicio de su construcción y luego de varias inauguraciones e intentos infructuosos por ponerlo en movimiento por parte de administraciones municipales anteriores.
Muñoz valoró positivamente el sistema de señalización de las estaciones y también el sistema de recaudación, en el que aún «se están puliendo algunos detalles», mientras que consideró que se puede mejorar la «cultura metro», en referencia al comportamiento de los usuarios y al cuidado de las instalaciones.
El sistema está pensado para trasladar de 130.000 a 400.000 personas al día, si bien la afluencia de público ha ido aumentando paulatinamente desde el inicio de la operación y muchos usuarios aprovecharon el fin de semana para familiarizarse con esta nueva forma de movilidad en Quito.
También facilitó que durante el fin de semana la llegada al centro histórico de la ciudad de Quito, donde se vio una mayor presencia de viandantes hasta entrada la noche, algo que en los últimos tiempos no era tan habitual.
Tardó diez años
Diez años después de haber iniciado su construcción y luego de un primer intento en mayo pasado para que entrara en funcionamiento, arrancará la operación plena del Metro de Quito. La primera línea del Metro de la capital de Ecuador tiene 18 trenes que circularán sobre 22 kilómetros, en un recorrido de 34 minutos, tramo que en un transporte público por superficie toma unos 90 minutos, en hora de congestión.
Cada tren tendrá 6 coches, con capacidad de 200 pasajeros cada uno, y el primer ciudadano que llegue a cada estación el 1 de diciembre, cortará la cinta de inauguración.
El sistema, que tiene 5 estaciones multimodales, funcionará diecisiete horas ininterrumpidas al día, desde las 05:00.
Las estaciones, antisísmicas y antiincendios, se construyeron con materiales que permiten que el sistema pueda funcionar en Quito, que se encuentra a 2.860 metros sobre el nivel del mar.
En marzo de 2010, durante la alcaldía de Augusto Barrera surgió la idea de construir «un sistema de movilidad que sea práctico, ágil y que no tenga, de algún modo, conexión con otros medios de transporte», relató al hablar de los orígenes del Metro de Quito.
En 2013 se adjudicó a Acciona la obra, que terminó costando 2.170 millones de dólares, incluida «la construcción, el material rodante, el gerenciamiento y la fiscalización de la obra», detalló.
En la financiación participaron el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Banco Mundial (BM) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI). «Parte del crédito ha sido financiado por el Gobierno central y otra parte es asumida por la administración (municipal)», agregó.
Se analizan quejas
La tarifa general para el Metro asciende a 0,45 dólares (0,41 euros), mientras que las personas con discapacidad pagarán 0,10 dólares y a los menores de 18 años y mayores de 65 les costará 0,22 dólares, con sistemas de pago a través de la cédula de ciudadanía, Tarjeta Ciudad, y código QR físico y electrónico.
En cada estación multimodal (El Labrador, Universidad Central, Magdalena, El Recreo y Quitumbe) confluye el transporte público en superficie, pero aún no habrá integración tarifaria.
Con unos 30 metros de profundidad (equivalente a un edificio de 10 pisos de altura en superficie), la estación San Francisco, situada en el centro histórico de Quito, declarado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco, fue la más complicada de construir.
Sacaron y enumeraron cada una de las piedras de la emblemática Plaza de San Francisco, para devolverlas luego a su lugar exacto, indicó al añadir que encontraron «ciertos materiales arqueológicos» que se exhibirán en la parte superior de la plataforma. Según Villacrés, han pasado «con éxito» las pruebas de terminación por parte del constructor y las vibraciones son «imperceptibles en superficie».
Al momento analizan quejas sobre daños en viviendas de una zona del sur de Quito, que los afectados denunciaron durante el proceso de construcción del Metro.
Operado por el consorcio formado por la francesa Transdev y la colombiana Metro de Medellín, el Metro de Quito iniciará su funcionamiento con el compromiso de la Empresa Eléctrica de considerarlo como un «lugar estratégico» (como los hospitales), para que no se vea afectado por racionamientos eléctricos que afectan al país desde finales de octubre, con apagones de varias horas al día. El Metro contará además desde el primer día de su puesta en marcha con 700 cámaras de vigilancia, personal de seguridad y botones de pánico en trenes y estaciones para alertar posibles casos de acoso.
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