¿DERECHOS HUMANOS O PRIVILEGIOS POR LA IZQUIERDA?
Por Mariano Jara
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, considera que: los delincuentes que matan, roban y están presos en una cárcel, tienen los mismos derechos que las personas que no lo hacen y están libres. Por eso, es difícil combatir y eliminar la delincuencia y el crimen organizado.
Una de las mayores virtudes de los Derechos Humanos es que no se merecen, sino que se tienen independientemente del comportamiento. No se otorgan, se conquistan y no dependen del capricho de nadie. A los delincuentes no se les protege, se les detiene, sanciona y a la cárcel. Se debe cuidar, proteger a quienes respetan las leyes, trabajan, estudian, luchan por su familia.
La Ley establece claramente acciones para detener y sancionar a los delincuentes de poncho y corbata. Sr. Presidente Noboa, no se puede cubrir y protegerlos; póngase del lado del pueblo honesto. Usted anunció sanciones severas para jueces, fiscales, abogados que apoyen al terrorismo dejando libres a personas involucradas en estas ilegalidades, pero hasta hoy no se ha hecho realidad esa “ cacareada y aplaudida idea”.
Los violadores de derechos humanos, no solo están en las calles y en las cárceles, también están en el poder y algunos son sus colaboradores y amigos y mientras no destruya esta mafia interna en la burocracia dorada y se elimine miles de pipones deshonestos y traidores a la patria, nada cambiará. Así, solo contribuyen a un clima de más impunidad, inseguridad y crímenes.
¿Guerra contra el terrorismo y cuándo guerra contra las pandillas ?, que no son otra cosa, que el brazo derecho de los narcos. Las pandillas no han hecho más que infligir miseria en la población, la gente vive con miedo a sufrir extorsiones, secuestros, violaciones, robos o asesinatos. Las autoridades han encarcelado en los últimos días más de mil personas, entre ellos 200 terroristas, pero a las pocas horas, algunos, ya están libres, con apoyo de los DD.HH.
En lugar de aniquilar los derechos humanos y la independencia judicial, las autoridades deben abordar las persistentes desigualdades que permiten que niños de las áreas rurales y de la ciudad sean vulnerables al reclutamiento de las pandillas o mafias. Las medidas de represión no cambian al pandillero, pero habría menos probabilidades, si tuvieran auténticas oportunidades educativas y de empleo.
La violencia inducida por las mafias, terroristas o pandillas, nos lleva al secuestro de la democracia. Este es un proceso, en el cual una élite política o económica, coopta las instituciones democráticas para conducir la generación de políticas disfuncionales que le permitan mantener su posición privilegiada en la sociedad. Este secuestro supone la perpetua acumulación de riqueza, ingresos y poder en manos de las élites, ( narco políticos ) mafias y la utilización del Estado para el beneficio de unos pocos.
Defiendan los derechos humanos de los presos sin condena, de los enfermos mentales, terminales, embarazadas, niños, que están en las cárceles. Obliguen a instalar escuelas, dispensarios médicos, guarderías, fuentes de entretenimiento, trabajo, bibliotecas, áreas deportivas y no se concentren en defender solo a los poderosos, a los mafiosos, a los delincuentes, a los asesinos, a quienes pagan con maletines llenos de dolares a los abogados, jueces, fiscales. Alcahuetes, defensores o cómplices de los “derechos humanos”?.
Quienes defienden los “derechos humanos” irregularmente, impiden que la lucha contra el crimen sea realmente eficaz. Si no se le otorga más libertad de acción a los órganos encargados de la lucha contra el crimen, será imposible abatir la delincuencia.
Los derechos procesales que nuestras leyes, supuestamente le otorgan a los delincuentes y que tantos criminales evitan ser aprehendidos o sujetos a proceso, son aquí el principal obstáculo. La delincuencia no surge de la nada, ni se debe tampoco, a un defecto genético o a una maldad propia del delincuente, Es el resultado directo e inevitable de ciertas condiciones sociales.
No solo la situación económica general del país, resulta determinante para el curso que sigue la criminalidad. Hay otros factores que ejercen una influencia semejante y el más claro es el desempleo. La pobreza por si sola no es criminógena. Lo que dispara la criminalidad , no es la pobreza por si sola, sino el roce entre ella y la riqueza.
Los “ derechos humanos” forman parte del orden jurídico positivo y es la Ley la que los otorga, no una hipotética “naturaleza humana” y por el otro lado, que su origen es histórico.
Las buenas intenciones de aquel 10 de diciembre de 1.948 no han sido suficientes para que el Día de los Derechos Humanos pueda considerarse una celebración y prefieren decir que solo es una “conmemoración”. No hay mayor negación de los derechos humanos que los estados de guerra, cuando los ciudadanos ni siquiera tienen derecho a la vida.
Para los Derechos humanos, la opinión de la mayoría no siempre es importante; es necesario que los Estados se comprometan al cumplimiento de este texto, que está considerado el documento base de la dignidad humana, para que su aplicación sea neutral, sólo así, la realidad adquiere sus formas. Es con menos política que pueden ser reales todos tus derechos.
OPINIÓN
Mariano Jara
Especial para Ecuador News
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