Incremento al IVA, propuesta responsable para una necesidad común
Por Wilfrido Muñoz Cruz
La plática recurrente en estos días hace referencia a la pertinencia o no del incremento al Impuesto al Valor Agregado. Por ello es necesario entender la epistemología y alcance del IVA, así como conocer el ciclo económico de la producción. En una economía de mercado como la nuestra, se generan bienes y servicios para satisfacer las necesidades de consumo de la población. En este ciclo de oferta y demanda, quienes tienen la intención de revender, transformar, u ofrecer un nuevo producto o servicio, deben pagar ese impuesto.
Entiéndase que la obtención de un producto final, generalmente supone varias etapas (importación, producción, distribución, prestación, otras). En cada etapa de ese proceso, se genera valor. En este sentido, el valor agregado corresponde al valor del producto que se obtiene en cada etapa, menos el costo de los productos intermedios de etapas anteriores y es allí donde precisamente recae el génesis del impuesto (valor agregado). En consecuencia, se considera al IVA un impuesto regresivo que se va sumando a lo largo de las cadenas de producción y suministro hasta llegar al cliente final.
Cuando los consumidores compramos un producto o recibimos un servicio, el pago que entregamos a cambio incluye un tributo, mismo que aporta buena parte de los recursos que el Estado requiere para sostenerse. Es así que, gravámenes de naturaleza indirecta al consumo (porque se paga en el momento de las transacciones comerciales), como el IVA (piedra angular en el sistema tributario), encuentran poca resistencia por parte de los consumidores. Además, es el tributo de mayor y más rápida recaudación fiscal.
El crucial momento del Ecuador, que arrastra déficit, deuda; producto de ineficientes administraciones de las finanzas públicas, añadido a una avalancha de inseguridad, demanda del Gobierno, tomar medidas emergentes que regresen algo de liquidez para enfrentar la crisis; también el esfuerzo de la población pues es un tema colectivo y debemos hacerle frente todos. Por este motivo es pertinente la propuesta del Presidente Noboa, de elevar el IVA del 12 al 15%; que nos permitirá enfrentar el conflicto armado interno y la crisis económica – social.
Es evidente que una guerra como la actual, tiene un costo socioeconómico que se verá reflejado a mediano y a largo plazo, por ello la propuesta no debe ser temporal y excluye a los productos de la canasta básica (pan, leche, azúcar, carne, huevos), salud, medicamentos, educación, transporte, alquiler de vivienda, entre otros; que sirven para garantizar el bienestar de todos.
El incremento del IVA en Ecuador, proporcionaría los recursos para reforzar a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas, mejorar la infraestructura carcelaria y desarrollar estrategias sostenibles en el tiempo. No hubo etapa de contención y hoy la consecuencia es actuar, no hay tiempo que perder. Según el Servicio de Rentas Internas (SRI), se estima que la recaudación extra por este incremento sería de alrededor de los USD 1.300 millones, que no serán considerados como objeto de preasignación alguna; además, que las deducciones y exenciones tributarias aplicables al IVA se mantendrán vigentes.
Es una medida necesaria y favorable para nuestro país, que permitirá mejorar la situación económica, reducir el déficit fiscal y fortalecer la seguridad. Es la oportunidad de comprender y apoyar esta iniciativa que busca construir un país más seguro, próspero y justo para todos.
OPINIÓN
Wilfrido Muñoz Cruz
Columnista invitado
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