Una santa modelo de superación frente a la adversidad
El Papa canonizó el domingo a la primera santa argentina, ‘Mama Antula’, con la asistencia de Javier Milei
El Papa canonizó este domingo 11 de febrero en la Basílica de San Pedro a la beata argentina María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como ‘Mama Antula’, con la presencia del presidente argentino Javier Milei. Francisco I ha asegurado que ‘Mama Antula’ es un modelo de «superación» frente a la adversidad.
«Otro mensaje que nos da la beata en nuestro mundo de hoy es el de no rendirnos frente a la adversidad, no desistir en nuestros buenos propósitos de llevar el Evangelio a todos, a pesar de los desafíos que esto pueda representar», ha destacado el Pontífice al recibir en el Vaticano a un grupo de fieles que ha viajado desde Argentina para la celebración de la primera santa del país.
Estaba previsto que en la ceremonia del domingo participara el presidente de Argentina, Javier Milei, junto a una delegación de ministros argentinos y empresarios, aunque el Vaticano solo confirmó que el mandatario se reunió con Francisco en la biblioteca privada del Palacio Apostólico.
Repasando algunos aspectos de ‘Mama Antula’, el Papa ha detallado que una de sus principales preocupaciones cuando fue suprimida la Compañía de Jesús, fue la de «impartir ella misma los ejercicios espirituales, buscando así ayudar a todos a descubrir la belleza del seguimiento de Cristo».
Sin embargo, el Pontífice ha destacado que no fue una tarea «fácil», debido a la «aversión que se había propiciado contra los jesuitas» y ha recalcado que le llegaron a prohibir dar los ejercicios, de manera que decidió impartirlos «clandestinamente».
Del mismo modo, ha reivindicado la caridad de ‘Mama Antula’, sobre todo, «en el servicio a los más necesitados».
Un rasgo que para el Papa se impone con «gran fuerza», en medio de una sociedad que corre el riesgo de olvidar que el individualismo radical es el «virus» más difícil de vencer.
El Pontífice ha recordado que el camino de la santidad implica «confianza» y «abandono» como cuando la beata María Antonia «llegó sólo con un crucifijo y descalza a Buenos Aires, porque no había puesto su seguridad en sí misma, sino en Dios, confiaba en que su arduo apostolado era obra de Él». «Ella experimentó lo que Dios quiere de cada uno de nosotros, que podamos descubrir su llamada», ha asegurado.
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, ha señalado en una rueda de prensa en el Vaticano que para los argentinos es un hecho «importantísimo» tener la primera santa argentina y por eso se sienten muy felices, muy alegres y muy «desafiados» a vivir en la actualidadw las notas de la santidad de Mama Antula.
Por su parte, Vicente Bokalic, obispo de Santiago del Estero, diócesis donde la futura santa nació en 1730, ha recalcado que estos últimos años han vivido con expectativa y preparación este acontecimiento que les da «muchísima alegría y gratitud de corazón».
Además, ha detallado que Mama Antula es «una mujer que nació en un lugar muy humilde y muy pobre, pero que tiene un alcance universal».
Finalmente, Silvia Correale, abogada italoargentina y primera mujer postuladora en el Vaticano, ha manifestado que, aunque «a lo largo de los años» ha llevado adelante varias causas de beatificación, se siente «felicísima» por promover la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa. Así, ha concretado que además de «un modelo de vida importante», en Argentina se la considera «la madre de la patria».
El secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina y obispo auxiliar de La Plata, Alberto Bochatey, ha asegurado que este tiempo de una Iglesia sinodal, laical, de «investigación sobre la mujer» y en el año de oración en preparación del Jubileo 2025 es un «contexto eclesial maravilloso» para subrayar la vida de esta mujer. Bochatey ha recordado camino que la futura santa emprendió tras la expulsión de los jesuitas del país en 1767, recorriendo 4.000 kilómetros dando a conocer su espiritualidad. Finalmente, fundó en Buenos Aires en 1795 la Santa Casa de Ejercicios Espirituales. En ocho años, consiguió que 70.000 personas hicieran ejercicios espirituales.
El primer milagro atribuido a ‘Mama Antula’ fue la curación de la hermana religiosa Vanina Rosa en 1905. El segundo es la recuperación de un hombre de un accidente cerebrovascular atribuido también a su intercesión.
REPORTAJE
EUROPA PRESS
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