MIGRANTES ECUATORIANOS APORTAN A LA ECONOMÍA Y EL GOBIERNO QUÉ HACE
Por Holguer Mariano Jara
¿De dónde vienen y a dónde van los migrantes ecuatorianos?, es la interrogante que debe hacerse el gobierno del Presidente Daniel Noboa, ante la avalancha insostenible de jóvenes y adultos que cada día salen del país en busca de un futuro mejor, frente a la grave crisis económica, política, social, hambre y miseria que ofrece el Ecuador.
Los ecuatorianos engrosan los procesos migratorios, en las que se incluye a su familia directa e indirectamente, sin que ningún organismo del Estado, vuelva los ojos a la realidad. El Gobierno los mantiene en el olvido y hasta parece que le conviene que más ecuatorianos fuguen del país.
Debemos tener en cuenta, que este proceso no tiene que constituir una patología, sino la búsqueda de la plena integración en el país de acogida y que las embajadas o consulados, cumplan su rol específico y no solo se dediquen sus funcionarios hacer turismo político y leer aberrantes discursos de apoyo (entre cuatro paredes) a los migrantes ecuatorianos.
Los trabajadores migrantes contribuyen a la economía del país que es su nueva posada, mientras las remesas de dinero que envían a sus hogares o familias, más de 5 mil millones de dólares anuales, ayudan a desarrollar el Ecuador y una evidente estabilidad a los beneficiarios.
Miles de compatriotas «fugan» del país periódicamente, abandonan forzosamente sus hogares y la gran mayoría tiene como destino los Estados Unidos y para llegar a su destino final, deben sortear verdaderas vicisitudes, peligros, riesgos y muchos en el camino se han perdido, otros encontraron la muerte y todo su proyecto de una mejor vida, está hoy en el recuerdo.
El impacto económico y la inseguridad son el motor que impulsan su viaje; a medida que el conflicto entre grupos armados se enconó en el Ecuador, el actual gobierno se vio en la obligación de declarar la guerra al narco tráfico. Esta delicada situación empeoró y empujó con vientos huracanados, para que débiles familias adopten la decisión más difícil de su vida, migrar, escapar para poder vivir.
En medio de estos sucesos, traficantes y migrantes han impulsado campañas en las redes sociales, muchas de ellas contienen desinformación, lo que da lugar a un desplazamiento masivo y que hoy constituye una tormenta perfecta. El Tapón del Darién, una peligrosa zona selvática de 112 kilómetros, que conecta América central con América del sur, se convirtió en una ruta para hacer realidad tan anhelado viaje, los peligros no importan a la hora de cruzar. Pero de vez en cuando hay que mirarse al espejo, para ver la realidad en nuestros rostros y levantar nuestra voz, para que el gobierno de turno se interese en crear las bases, programas, proyectos y objetivos claros, se defienda los derechos humanos, a los migrantes en el exterior se los afilie al IESS, que se cree universidades a distancia, proyectos para el retorno de los migrantes, capacitación para invertir recursos, con leyes que acrediten su ejecución y respeto.
En gobiernos anteriores se creó la Senami, en realidad, nunca fue un soporte, sino más bien un ente burocrático, botín político, sede de maleantes y negociados. Este “proyecto” se creó con ideas obscuras y decisiones tenebrosas, el dinero se derrochó en farras e incluso se utilizó para tráfico de estupefaciente como la narco/valija.
Ofrecieron el Banco del Migrante, Plan Cucayo, entre otros y lo convirtieron en un elefante blanco, pero nunca salió de la incubadora del régimen dinosaurio correista. Todos los gobiernos reconocen y felicitan a los migrantes por el envío de las remesas económicas. Saben que esos recursos sostienen la dolarización, pero nunca hacen nada por ayudar a este gran conglomerado humano, a excepción del monumento al migrante en Azogues.
Sin soportes, proyectos o programas gubernamentales, los migrantes siguen a la deriva. Así se hace indispensable la unidad de este ejército de compatriotas que cada día, cada hora, cada segundo, trabajan por el bienestar de sus familias y el incremento del circulante en la economía ecuatoriana, para que formen su propia organización y tracen el camino que les permita circular por el sendero del éxito y desarrollo.
En varios países existen ecuatorianos que han formado asociaciones para organizarse y definir acciones a emprender y desarrollar en su país de origen. Solos no podrán llegar a ninguna parte, hay que insistir para que el Estado reconozca el sacrificio de los migrantes. Hay que proponer que los asambleístas de los migrantes cumplan con sus funciones o renuncien, porque no pueden permanecer calentando los asientos, sin presentar proyectos válidos, sostenibles y realizables.
Insisto en la obligación que tiene el colectivo de migrantes ecuatorianos de pensar en el presente, en su futuro y trabajar en objetivos claros como una Asociación General de migrantes en el mundo, la creación de una Cooperativa de Financiamiento, inversión y solidaridad, solo así podrán demostrar organización y fines comunes.
Pueden crear acuerdos con el gobierno, centros de recreación para niños y ancianos, fuentes de producción, industrias, fuentes de trabajo, incrementar su presencia en la vida activa del Ecuador, capacitar personas con formación multidisciplinaria, realizar convenios con el Consejo Provincial, Municipios u organismos internacionales, financiamiento de proyectos con las remesas colectivas. No hay nada más poderoso para la integración o reinserción de migrantes retornados, que un trabajo. Por ello es indispensable la unidad y la tranquilidad personal y familiar. Sí se puede.
OPINIÓN
Holguer Mariano Jara
Especial para Ecuador News
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