Entre metástasis…
Por: Simón Valdivieso Vintimilla
Entre «metástasis» y «purga» se debate, metafóricamente hablando, la salud del país. Y es que la Fiscal General del Estado, desde hace un tiempo, se ha dado a utilizar la figura de la metáfora para etiquetar a cada uno de sus casos emblemáticos, que la han puesto en la vitrina del mundo, porque está sacudiendo las estructuras del viejo país que se refundó hace dieciséis años atrás, al amparo de una Constitución que lamentablemente no ha parido buenos hijos.
Y es que la Constitución de Montecristi, surgida al calor de una revolución de papel y afincada en un proceso dizque de izquierda, ha llevado a la desinstitucionalización del país, al archivar la ética como práctica ciudadana, a meter la mano en la justicia y al surgimiento del «sexto poder», ese poder fáctico que es el crimen organizado.
El crimen organizado al parecer se codea con la delincuencia de «cuello almidonado» porque con los casos «metástasis» y «purga» ha quedado en evidencia que las funciones del Estado están embarradas hasta no sé dónde, de tal manera que los guardianes de la seguridad ciudadana se convierten en prontuariados, como es el caso del exgeneral de la Policía Nacional, peón del «patrón» Norero y varios subordinados que estuvieron al servicio de ese poder; poder al que igualmente abrieron las puertas de la Función Judicial, en un primer momento, a través del Consejo de la Judicatura, encabezado por su presidente, el engominado ventrílocuo del poder político de turno y del sexto poder, así como uno de sus vocales que hoy están en la cárcel y que esperamos no estén recibiendo prebendas como el «patrón» y sus secuaces, además de aquellos funcionarios públicos que pernoctaban en presidios de cinco estrellas. Y claro, eso se puede ver en «metástasis», que en términos médicos significa que el cáncer se ha diseminado a una parte del cuerpo distinta de donde comenzó, sin saber hasta este momento en dónde empezó el tumor.
Y en cuanto a «purga», el novísimo caso que nos tiene absortos, nos encontramos con jueces, esos ciudadanos escogidos para administrar justicia en nombre del pueblo soberano, pero que se pasaron de bando y han estado al servicio del sexto poder; de ahí que bien traída la etiqueta «purga», que significa limpieza y pretende librar al cuerpo de sustancias nocivas. Tantas purgas hacen falta para sanear las instituciones de este Estado fallido.
Y para concluir, «metástasis» y «purga» traen a la luz a los actores alrededor del asesinato de Fernando Villavicencio, pues ahí están los que planificaron, los que lo persiguieron, los que lo amenazaron y claro, los que él denunció.