¿Podrá Macron sustituir a Nuland?
Por: Rodolfo Bueno
La presencia no oculta de militares de la OTAN en Ucrania, que dizque asesoran a las Fuerzas Armadas Ucranianas, comprueba la inmadurez de la elite política de Occidente. En este sentido, fue oportuno que Margarita Simonián, jefe de redacción de RT, publicara el 1 de marzo de 2024 el texto y el audio de una plática entre cuatro altos oficiales de la Fuerza Aérea alemana, Luftwaffe, que tuvo lugar el 19 de febrero de 2024, en la que discutieron un posible ataque con misiles alemanes Taurus a objetivos rusos, como el puente de Crimea, que une a esta península con la parte continental de Rusia.
Uno de los militares propuso enviar a Ucrania cien misiles Taurus, que en ocho meses estarían listos para su uso. También hablaron de proporcionar a Kiev las coordenadas de objetivos rusos, con una precisión de tres metros, y que para coordinar dichos ataques solicitar la asistencia de sus colegas estadounidenses y británicos, que desde hace mucho tiempo están implicados en el conflicto ucraniano. DPA, Agencia de Noticias Alemana, informó que el audio y la conversación eran auténticas y el Ministerio de Defensa alemán confirmó su autenticidad.
El Canciller Olaf Scholz quedó malparado, pues si conocía de lo que hablaban sus subordinados, sería cómplice del delito de provocar la guerra contra Rusia y sería peor si desconocía que sus subordinados, sin su conocimiento, tramaban un acto de guerra contra Rusia. Preguntas: ¿El Canciller Scholz controla la Luftwaffe? ¿En Alemania mandan los civiles? ¿Lo que pasó es la política estatal de Berlín? Las respuestas negativas en los tres casos son malas, porque demuestran que los civiles no mandan en Alemania. No hay que olvidar que mientras el Parlamento Alemán y el Canciller Scholz habían afirmado que Alemania no proporcionará misiles Taurus a Ucrania, Boris Pistorius, ministro de Defensa Alemán, junto con oficiales de la Luftwaffe, elaboraban planes para usar estas armas y causar el mayor daño a Rusia. En cualquier caso, Alemania le debe disculpas a Rusia, algo que no va a hacer, por prepotencia.
El Presidente Putin, en su discurso anual en la Asamblea Federal de Rusia, del 29 de febrero, dijo que Occidente elige objetivos para sus ataques contra Rusia y habla de enviar sus fuerzas armadas a Ucrania, al mismo tiempo que especula sobre presuntos planes rusos de agredir a Europa. Les recordó cuál fue el destino de los que enviaron sus contingentes a Rusia y les advirtió que hoy las consecuencias serán mucho más trágicas, porque Rusia tiene ahora armas que pueden alcanzar objetivos en esos países agresores, por lo que, de concretarse las amenazas de Occidente, se corre el riesgo de terminar en un conflicto nuclear y, por lo tanto, en la destrucción de la civilización. Subrayó que Moscú es consciente de que a los occidentales “les gustaría hacerle a Rusia lo mismo que hicieron en muchas regiones del mundo, incluida Ucrania: traer discordia a nuestro hogar y debilitarnos desde dentro. Calcularon mal, al día de hoy eso es algo absolutamente obvio”.
No es casual que su mensaje coincidiera con la publicación del texto y el audio de la conversación de los oficiales de la Luftwaffe. Lo importante es que esta información profundizó más aún las divergencias entre los líderes de Occidente, en particular, entre demócratas y republicanos de EEUU, sobre el suministro de ayuda militar a Ucrania y la intervención directa en el conflicto ucraniano.
Incluso, los más firmes aliados del régimen de Kiev, como Donald Tusk, primer ministro polaco, Petr Fiala, el primer ministro checo, Jens Stoltenberg, Secretario General de la OTAN, y otros más declararon que no van a enviar tropas a Ucrania. Tal vez, el Presidente Biden enviaría tropas de EEUU a Ucrania de ser reelecto, con lo que iniciaría la Tercera Guerra Mundial. Por algo, Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, sostuvo que “Biden es un individuo loco y con discapacidad mental, que se propuso arrastrar a la humanidad al infierno”.
Por lo pronto, y sin que se conozca la concatenación directa entre estos eventos, se produjo la renuncia de Victoria Nuland, subsecretaria de Estado de EEUU para Asuntos Políticos, represente permanente de EEUU ante la OTAN, portavoz del Departamento de Estado y subsecretaria de Estado para Asuntos europeos y Euroasiáticos. Se trata de un personaje que estas últimas tres décadas ha conducido gran parte de la política exterior de su país en los gobiernos de George W. Bush, Barak Obama y Joe Biden, pero no en el de Donald Trump; este detalle es importante, porque explica las profundas diferencias entre este político y los demócratas y de algunos sectores republicanos.
Para entender cabalmente la importancia de su renuncia, se recuerda que desde el fatídico 9/11 el mundo cambió para mal, el poder en EEUU fue tomado por un sector elitista y prepotente, los neocon, que aspira al dominio mundial y está instalado en lo más profundo del poder estadounidense. Los neocon postulan que, para que EEUU mantenga su supremacía, deben primero destruir a Rusia y luego a China; usan a Ucrania como campo de batalla de un conflicto de mayor envergadura, de cuyo resultado depende la reorganización del mundo y su futura evolución.
Paul Wolfowitz, político neocon, que fue subsecretario del Departamento de Defensa de EEUU, en un encuentro organizado por los nacionalistas ucranianos el año 2000, prometió respaldar a una Ucrania independiente, provocar que Rusia entre en guerra contra Ucrania y financiar la destrucción de Rusia.
En noviembre de 2013, los neocon organizaron el sangriento golpe de Estado de Ucrania. Victoria Nuland fue a Kiev para respaldar a los nazis del Sector de Derecha, que, entre noviembre de 2013 y febrero de 2014, derrocaron al legítimo Presidente Yanukóvich. ¡Qué insensatez! ¿Cómo creer que Victoria Nuland, nieta de inmigrantes judíos que huyeron a EEUU para escapar de los pogromos de la Rusia zarista, en la plaza Maidan distribuyera galletas a los matones de Svoboda y Pravy Sektor, nacionalistas ucranianos que veneran a Adolfo Hitler? Y además son quienes sacan buena tajada de los 5000 millones de dólares que EEUU destinó para, según Nuland, apoyar las aspiraciones del pueblo ucraniano para tener un gobierno fuerte y democrático que represente sus intereses, en palabras más veraces, en la preparación de insurgentes, el pago a la quinta columna y la siembra de odio a Rusia en los medios de información.
Antony Blinken, Secretario de Estado de EEUU, agradeció a Victoria Nuland por su servicio y por la huella duradera que ha dejado en esta institución y el mundo. “Sus esfuerzos han sido indispensables para poder organizar una coalición global destinada a infligir un fracaso estratégico a Rusia, así como ayudar a Ucrania a trabajar para llegar al día en que pueda valerse por sí misma”. Lo real es que la injerencia norteamericana generó asesinatos de políticos opositores, periodistas, escritores, intelectuales, sacerdotes, violencia infinita e indiscriminada contra los pueblos del sureste ucraniano y contra cualquier tipo de oposición. Según María Zajárova, portavoz de la Cancillería de Rusia, “la causa de su renuncia es simple: el fracaso del curso antirruso de la Administración de Biden. La rusofobia, promovida por Victoria Nuland, en calidad de principal concepto de política exterior de Estados Unidos, arrastra a los demócratas hacia el fondo”.
Según Brzezinski, Eurasia es el supercontinente axial del mundo y la potencia que lo domine ejercerá una influencia decisiva sobre Europa Occidental y el Este de Asia, dos de las tres regiones más productivas del mundo. Una mirada al mapa indica que el país que domine Eurasia controlará el Medio Oriente y África. En otros términos, se debe controlar Eurasia si se quiere dirigir el mundo. Lo que suceda con la distribución de poder en el continente eurasiático será de importancia decisiva para la primacía global y el legado histórico de EEUU. O sea, para EEUU detener a China es el gran desafío, para lo que buscará fortalecer el AUKUS. Por mucho que EEUU odie a Rusia, odia más a China.
Por eso, EEUU va a aplicar su poderío para controlar Eurasia, y como Victoria Nuland fracasó en el intento de acabar con Rusia, le agradecen su trabajo y entregan la posta al Presidente Macron, para que cree una alianza militar de países dispuestos a enviar soldados a Ucrania. Esto se deduce de que el 26 de febrero, en París, durante la cumbre especial sobre el conflicto ucraniano, Macron dijo: “Hoy no hay consenso para enviar tropas sobre el terreno de manera oficial, asumida y avalada. Pero en términos dinámicos, no hay que descartar nada”. Ni siquiera la ola de críticas contra sus palabras lo calmó, sino que, por el contrario, las defendió y afirmó que fueron sopesadas, pensadas y medidas, declaración que abre la posibilidad de que soldados de la OTAN intervengan en el conflicto ucraniano. Pero si Victoria Nuland no pudo derrotar a Rusia, pese a que contó con el apoyo del país capitalista más poderoso, no se espera milagros del debilucho Macron, al que casi todos rehúsan ayudar.