Paul Alexander jamás se dejó derrotar por el destino y su existencia es un ejemplo
El estadounidense contrajo polio a los seis años y quedó paralizado del cuello para abajo, por lo que pasó el resto de su vida en un enorme respirador mecánico.
Paul Alexander, un hombre que por las secuelas de la poliomielitis debió vivir por siete décadas dentro de una especie de cilindro conocido como “pulmón de acero”. Murió a los 78 años, el pasado 11 de marzo, donde también nació, informó su familia.
Alexander, que era conocido como “Polio Paul”, vivió siempre en Dallas, Texas, contrajo polio a los 6 años, en 1952, y quedó paralizado del cuello para abajo. Por ello debió vivir dentro de un respirador mecánico, que mantenía todo su cuerpo encapsulado, con un orificio solo para la salida de su cabeza.
Su testimonio
“La polio es una enfermedad horrible. No me puedo mover. Punto”, contó Paul en una entrevista con el sitio Gizmodo.
“Era un nene como cualquiera cuando contraje polio. Empecé a sentirme un poco mal. Cuando mi mamá me vio la cara, supo enseguida lo que pasaba. Me acostó en la cama. En los siguientes cinco días, perdí todo. No podía moverme, no podía caminar. Y finalmente, el último día, no podía respirar. Mi diafragma estaba destruido. Mis músculos estaban destruidos”, agregó.
Sus papás lo llevaron al hospital, que estaban colapsados por la epidemia de ese momento. “Me había quedado inmóvil; no creo que pudiera ni hablar, así que el personal del hospital me puso en una camilla en un largo pasillo con todos los demás niños que tenían polio. La mayoría de ellos estaban muertos”, recordó Paul sobre el día en que lo trajeron a al hospital, en una entrevista con HealthDay.
Un médico le practicó una traqueotomía de urgencia y le salvó la vida. Cuando Paul se despertó, tres días después, estaba en una sala llena de niños encerrados en pulmones de acero.
“Hasta donde podías ver, filas y filas de pulmones de hierro. Lleno de niños”, recordó en diálogo con The Guardian.
Los siguientes meses fueron una tortura. Paul no podía hablar por la traqueotomía y varias veces estuvo a punto de ahogarse. Se comunicaba con otros chicos haciendo muecas. “Cada vez que me hacía un amigo, se moría”, contó. En contra de todos los pronósticos médicos, Paul sobrevivió.
Pese a su confinamiento, fue una persona destacada en sus estudios. Se recibió de abogado, profesión que ejerció durante 30 años y escribió un libro sobre su historia y su enfermedad. También tenía una cuenta de TikTok (@ironlungman) en la que hablaba de su vida y contestaba preguntas de usuarios.
“Fue un honor ser parte de la vida de alguien tan admirado como él”, escribió en la madrugada del día que él falleció, su hermano Philip Alexander, en Facebook, al anunciar el deceso de Paul. “Conmovió e inspiró a millones de personas y eso no es una exageración”, agregó.
Influyó positivamente
De acuerdo con un obituario en línea, Paul Alexander murió el 11 de marzo, pero las noticias sobre su muerte comenzaron a difundirse una semana después.
Christopher Ulmer, un activista que apoya a personas con discapacidad y que dirige una recaudación de fondos para Alexander, también confirmó su muerte en una actualización de GoFundMe después de su muerte. “Su historia viajó muy lejos, influyendo positivamente en personas de todo el mundo. Paul fue un modelo increíble que seguirá siendo recordado”, dijo Ulmer.
“Estoy muy agradecido con todos los que donaron para la recaudación de fondos de mi hermano. Le permitió vivir sus últimos años sin estrés. También se pagará su funeral durante este momento difícil. Es absolutamente increíble leer todos los comentarios y saber que tantas personas se inspiraron en Paul. Estoy muy agradecido”, comentó Philip en la página de la colecta.
Una publicación de fines de febrero en la cuenta oficial de TikTok de Alexander decía que lo habían llevado de urgencia a la sala de emergencias después de contraer covid-19.
Qué es un pulmón de acero
Los pulmones de acero son cámaras selladas equipadas con bombas. Al aumentar y disminuir la presión dentro de la cámara, los pulmones del paciente se expanden y contraen, haciéndole respirar. Fueron inventadas en la década de 1920, pero su uso desapareció después de la invención de la vacuna contra la polio por Jonas Salk, que estuvo ampliamente disponible a partir de 1955 y ayudó a contener esta devastadora enfermedad que causaba parálisis.
Alexander ostentaba el récord mundial Guinness oficial por el tiempo que pasó dentro de un “pulmón”. Según reportes, Martha Lillard, de 75 años, de Oklahoma, es ahora la última persona sobreviviente en un pulmón de acero.
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