PLAN FENIX O PLAN DE SEGURIDAD NACIONAL NO FUNCIONA O NO EXISTE
Por: Holguer Mariano Jara
El Plan Fénix, creado mediante decretos ejecutivos números 110 y 111, hasta la presente fecha no ha demostrado sus músculos de poder que dijeron tenía. Hay que mirarlo con lupa, no aparece por ningún lado. No se sabe quien o quienes son los responsables de su manejo.
Fue creado para dar certeros golpes al crimen organizado, terrorismo y al mismo tiempo robustecer la seguridad ciudadana de manera conjunta entre policías y militares. Hasta hoy sólo se conoce ciertos “golpecitos” o mejor “palmaditas” a los terroristas; no hay un sólo “pez gordo” tras las rejas, no conocemos una cifra cierta sobre los detenidos en esta declaratoria de guerra, ¿dónde están “hospedados” si lo existieran y cuál es el destino de quienes son detenidos y no pertenecen a las organizaciones del crimen organizado?
Con que equipo de élite trabaja el Plan Fénix y cuál es el presupuesto que tienen, se hizo todo al apuro, como ya es costumbre en nuestro país, pues los resultados no interesan, pero si el aplauso, aunque no hagan nada.
El fin de semana se repitió la historia; los reos de la “peni” del litoral hicieron de las suyas en las barbas de los militares, incendiaron, alarmaron e hirieron a algunos internos. Usaron a diestra y siniestra facebook, instagram, vídeos, servicios de Internet sin límites etc., sin que absolutamente nadie de una explicación. Recrudeció la ola de crímenes; las autoridades, incluido el Presidente de la República Daniel Noboa, parece que pusieron en sus oficinas el letrero, “en boca cerrada no entra mosco” y mantienen el silencio, pero no saben que “el que calla otorga”.
De igual manera el Presidente de la CONAIE, Leónidas Iza, tachó al Presidente de la República de “ignorante, estúpido y miserable”, mientras en tono delicado, con pinzas, Noboa desgrana las organizaciones campesinas para debilitar a su líder.
A esta delicada situación se suman los casos Metástasis y Purgas, que cada día abonan nuevos episodios de corrupción y que involucran a ex/gobernantes y sus colaboradores.
El gobierno y la asamblea, no se ha pronunciado sobre el inicio de una purga masiva de jueces que estén implicados en corrupción. Tampoco sobre la creación de juzgados especializados, reformas al Código Penal, creación la figura de “juez sin rostro”. El sistema judicial no ha cambiado su forma de trabajo, no ha reformado sus leyes y códigos para que los jueces tengan mejores posibilidades de trabajar.
Toda la estrategia de seguridad del gobierno no es color de rosa: la captura arbitraria o sin motivo ha sido la principal queja recibida por organismos de derechos humanos que cuestionan que el régimen de excepción ha violentado los derechos de menores e inocentes. Seguramente necesitamos una mejor solución para la seguridad que el régimen de excepción. Una que no encarcele a inocentes como margen de error y que atienda a las víctimas de los criminales.
La necesidad de formular nuevos paradigmas de seguridad que permitan sustentar estrategias de recuperación de la paz, prevención del delito, impartición de justicia, restablecimiento del Estado de derecho y reinserción de infractores es imperativo, para alinear la estrategia nacional de seguridad pública.
Hay que imponer orden en el gobierno, crear una Guardia Nacional. La autoridad que pretenda imponer la Ley por medios ilegales pierde rápidamente el respeto y la credibilidad. Cada atropello no sancionado y reparado fomenta la repetición y la expansión de la arbitrariedad, el abuso de autoridad y el rencor hacia las instituciones.
Se debe regenerar la ética en la sociedad. La crisis de valores y de convivencia que constituye uno de los componentes del estallido de violencia y criminalidad y se origina en buena medida, en el resentimiento social a causa de la pobreza, la marginación, la negación regular de derechos básicos y la falta de horizontes de realización.
Ante la imposibilidad de derrotar las diversas expresiones delictivas por medios policiales y militares, resulta imperativo hacer un alto para considerar adoptar modelos con una justicia de transición, que garanticen los derechos de las víctimas.
La creación de la Guardia Nacional, a través de reformas a la constitución de la República, como instrumento primordial del ejecutivo en la prevención del delito, preservación de la seguridad pública, el combate a la delincuencia organizada, terrorismo y narcotráfico en todo el país.
Sería una institución de carácter policial, lo que implica que realizará tareas de prevención e investigación de los delitos y tendrá un enfoque de proximidad con la ciudadanía y comunicación con la comunidad y estaría formado por la Policía, fuerza naval, aérea y militares.
El objetivo, es identificar si el nuevo gobierno está proponiendo cambios de fondo respecto a las estrategias anteriores, o bien, si se mantienen o profundizan algunas de las dinámicas históricas frente a los retos de inseguridad del país, lo que incluye la re/definición de la estrategia contra la delincuencia organizada y una re/estructuración del sector de seguridad.
Vaticinar su éxito o fracaso sería estéril. Lo cierto que se edificaría sobre las ruinas del fracaso de las estrategias emprendidas a lo largo de los últimos 45 años. El objetivo es conocer si estamos o no frente a la ruptura de paradigmas o si será más de lo mismo, lo cual podrá darnos claves sobre su futura eficacia.
Por el momento no hay el Plan Fénix, lo que existe es una tomadura de pelo al pueblo ecuatoriano, tampoco hay un Plan de Seguridad Nacional, lo que vemos es un proyecto ambicioso de amnistías para los corruptos y el aumento del IVA al 15%.
OPINIÓN
Holguer Mariano Jara
Especial para Ecuador News
Para ver más noticias, descarga la Edición