HAY QUE REDUCIR EL ESTADO INFLADO DE BUROCRATAS
Por Holguer Mariano Jara
Para los ecuatorianos reconocer los males más perversos, como una burocracia que asfixia, se ha hecho común y pasó a ser parte de la vida cotidiana, sin que a ninguno le importe un comino su acelerada carrera contra la inestabilidad del Estado.
Existen miles de diagnósticos, leyes, resoluciones, planes y arengas, todos con un mismo patético resultado: cero posibilidades de solución, ningún aporte del Estado, obstrucción de la Asamblea y al parecer “felicidad” en los burócratas.
El Presidente Daniel Noboa, se propone refundar todo el modelo de relaciones sociales, políticas, económicas y jurídicas del país, pero en teoría; por ello digo, hay que refundar lo mencionado y condenar al gobierno, que no haya podido dar un paso contundente, presentando al menos un proyecto para eliminar estas lacras que el país sigue manteniendo, como pago político.
Es evidente una proliferación impresionante de parafernalias burocráticas en todos los niveles del Estado. Los hechos son sencillamente brutales: estos males expresamente identificados por el ciudadano Presidente de la República como “los principales enemigos de la modernización del estado”, se mantienen intocables y lo más grave, las plataformas y dispositivos con los que cuenta el gobierno hasta la fecha lucen completamente inútiles para erradicar este morbo.
No puede ser posible que exista con premeditación y alevosía en las instituciones públicas, familias enteras en los roles de pago y en muchas ocasiones solo firman o ni eso, solo cobran y pertenecen casi a un solo movimiento político.
Es imprescindible otra concepción de la gestión política, que rompa con el anacronismo de los movimientos políticos, los gremios y los sindicatos. Bochornoso, por decir lo menos, que todo gire alrededor del incremento de la burocracia como pago a los favores. Es urgente, un laborioso y sostenido proceso de regeneración administrativa estatal.
Un Estado inflado de burócratas, involucra muchos frentes, distintas formas de lucha, diferentes escenarios. Esta guerra, no se improvisa con gestos y buena voluntad, se necesita una nueva concepción sobre los conceptos tradicionales de “administración pública” Sr. Presidente.
La invasión de burócratas en las instituciones públicas, no se vence con espasmódicos sermones, golpes en el agua, ni con una simple mención retórica. Trátese de las “ratas de corbata” que no vacilan en rasparse la caja fuerte con el mayor desparpajo o de las refinadas prácticas del “favorcito”. La primera regla es una radical intolerancia frente a estas prácticas.
La interrogante es, si el gobierno está en condiciones de dar un giro importante en la comprensión de estos problemas, si tiene el talante ético- político para imponer drásticamente una línea de conducta de esa envergadura. Las preocupaciones expresadas reiteradamente por el ciudadano Presidente de la República no dejan lugar a dudas sobre la voluntad política para actuar en este terreno.
Pero está visto que ello no basta. ¿Entonces? Los costos políticos derivados de los devastadores efectos del burocratismo y la corrupción se sentirán más temprano que tarde. Lo peor que puede ocurrir—ya está ocurriendo—es que se “normalice” de tal modo este estado de cosas que ya sea demasiado tarde para revertir esta maldición.
Fracasar en este terreno es tanto como renunciar a construir la nueva sociedad que todos anhelamos. Subestimar el impacto de este fracaso puede significar un quiebre irreversible en el nexo vital entre la gente y su esperanza de cambio. En este punto está prohibido equivocarse. Allí no valen sutilezas ni comprensiones, solo reglas claras, manos duras, leyes implacables y cero politiquerías.
Las finanzas públicas ecuatorianas acumulan una deuda de casi 56.000 millones de dólares. El crecimiento real previsto para el 2024 será apenas del 0,5%. Las reformas prioritarias que debe aplicar Noboa son: el déficit, el gasto innecesario y el exceso de burocracia. Tendría que reducir mínimo 100.000 puestos de trabajo de burócratas innecesarios, equivalente a un 15% de los servidores públicos de todo el aparato estatal.
Eso es difícil y no se puede hacer de golpe, pero se debe realizar de forma gradual para no provocar que la gente que salga al desempleo genere políticamente un movimiento que vuelva a la década pasada.
Si Ecuador quiere ser un polo en la captación de inversiones, debe reducir la burocracia a través de la figura de la ventanilla única y de herramientas digitales e inteligencia artificial, que permitan reducir los engorrosos trámites.
Ecuador es un país demasiado complejo para el desarrollo corporativo debido a la excesiva e ineficiente burocracia. Requiere mejorar diversas áreas para disminuir las dificultades y ser más atractivo a la inversión extranjera.
El paquete económico para el 2.025 deberá contener un real ajuste al gasto público que se calcula entre 45.000 millones de dólares. El recorte del tamaño de gobierno debe efectuarse en gasto corriente, que es una medida efectiva y de largo plazo que contribuiría a la disciplina financiera y no tiene efecto en la inversión productiva.
Vamos con todo, sin miedo al éxito Sr. Presidente. Es ahora o nunca, primero está el país y luego los intereses políticos.
OPINIÓN
Holguer Mariano Jara
Especial para Ecuador News
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