La media vuelta que cambió la historia
Por Rodolfo Bueno
El 24 de marzo de 1999, Evgueni Primakov, entonces primer ministro ruso, volaba a Estados Unidos a negociar un préstamo del FMI. Pero luego de que el vicepresidente Al Gore le informara que la OTAN comenzó a bombardear Yugoslavia, quedó tan conmovido que canceló la visita a EEUU y ordenó dar media vuelta al avión para retornar a Moscú. A pesar de los desesperados intentos de Al Gore por convencerlo de que cambie de decisión, Primakov se mantuvo inamovible. “Simplemente cumplí lo que cualquier otro primer ministro debería haber cumplido. (…) Si hubiera aceptado las condiciones de Al Gore, hubiera sido un auténtico traidor”, dijo.
La agresión de la OTAN contra Yugoslavia fue el punto de inflexión de las relaciones entre Moscú y Washington; el acto de Evgueni Primakov reflejaba el total desacuerdo de Rusia con las políticas de Estados Unidos de construir un mundo unipolar. Moscú comprendió que el desprecio de sus intereses por parte Washington debía ser superado mediante la creación de un mundo multipolar verdaderamente democrático. Lo que comenzó con poca bulla se ha convertido en algo muy peligroso: dos poderosas naciones nucleares se amenazan con la posibilidad de iniciar la Tercera Guerra Mundial.
La razón la explicó el 2023 el Presidente Putin en la televisión china: “La OTAN prometió en 1991 no expandirse hacia el este ni una sola pulgada, pero desde entonces se han producido cinco expansiones. Cada vez que expresábamos nuestras preocupaciones, nos decían: bueno, sí, os prometimos no ampliar la OTAN hacia el este, pero eran promesas verbales, es decir, ¿dónde hay un papel con nuestra firma? No existe tal papel, así que, adiós. Como ven, es muy difícil dialogar con gente así”.
El asunto tiene preámbulo. Cuando la Unión Soviética se desintegró, se formaron quince nuevas repúblicas, que debían ser pulverizadas más aún. Rusia, la más grande de todas, quedó en capilla. Desmembrarla, tal como habían hecho con la Unión Soviética, el Campo Socialista y Yugoslavia, fue el objetivo del sistema unipolar recientemente creado.
La desintegración de la Unión Soviética fue acompañada de la destrucción de sus fuerzas armadas, de su sistema de seguridad social, de la quiebra de su industria y la disminución del nivel de vida del que había gozado su población. En particular, la sociedad de Rusia se volvió paupérrima, su mortalidad creció tanto que en menos de diez años su población disminuyó en más de diez millones de habitantes. No sólo eso, sino que, de un día para otro, más de treinta millones de rusos se volvieron extranjeros en países de la exURSS, donde habían nacido o, por lo menos, vivido gran parte de sus vidas; extranjeros que, en adelante, fueron tratados como parias sin derechos, sin que ningún organismo internacional vele por sus vidas, ahora amenazadas. El mérito de Putin fue evitar que Rusia desapareciera en esa vorágine peor que la de la guerra mundial y lograr que emerja como Estado soberano.
El 31 de diciembre de 1999, Borís Yeltsin, entonces presidente ruso, anunció su dimisión y nombró a Vladímir Putin presidente interino de Rusia. El 26 de marzo de 2000, Putin ganó las elecciones presidenciales con el 51,96% de los votos y el 14 de marzo de 2004 fue electo con el 71,3%.
Durante ese periodo se dio en el Cáucaso Norte la segunda guerra chechena, un conflicto que enfrentó al Ejército Ruso contra grupos islamistas radicales. Entre 2002 y 2004 hubo en Rusia numerosos atentados terroristas: el secuestro de más de 900 personas en el teatro Dubrovka; el atentado en una estación del metro en Moscú; la toma de rehenes en una escuela de Beslán y otros más.
Desde mayo de 2008 hasta marzo de 2012, Putin fue primer ministro de Rusia. El 4 de marzo de 2012 volvió a ser electo presidente por un período de seis años, con el 63,6% de los votos. En ese período creó beneficios para las familias de numerosa prole, mejoró la sanidad y la educación. En 2014, la península de Crimea regresó a formar parte de Rusia, luego de un referéndum en el que el 96% de sus electores votó a favor de la reunificación. El 18 de marzo de 2018, Putin fue electo con el 76,69% de los votos.
El 24 de febrero de 2022, Putin dio inicio a la operación militar especial en Ucrania, para desmilitarizar y desnazificar ese país, por el pedido de ayuda de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, ante la agresión de Kiev. En marzo de 2024, Putin fue reelecto para un sexto mandato con el 87,28% de los votos.
En los albores de su quinto mandato, el 10 de febrero de 2007, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Putin pronunció un discurso histórico. En él tildó la expansión de la OTAN hacia el este de grave provocación que reducía el nivel de confianza mutua y calificó el orden mundial unipolar de irreal e hipócrita; culpó a EEUU de ser el mayor desestabilizador del sistema internacional y de propugnar un proyecto hegemónico global, que el mundo rechazaba; defendió la multipolaridad, por ser el sistema internacional natural, e indicó que Rusia estaba en contra del proyecto unipolar y hegemónico de Estados Unidos, que empezó a desmoronarse con los fracasos de Washington en Irak y Afganistán, y advirtió a EEUU que debía cambiar de política, o se produciría una crisis profunda y habría un conflicto mundial, puesto que los demás países no tolerarán políticas que violen sus intereses nacionales. Lastimosamente, EEUU se mantuvo en sus trece, por eso se ha dado la crisis actual.
Putin tocó la cuestión de la ampliación de la OTAN y preguntó a los líderes de Occidente contra quién iba dirigida dicha expansión. “Resulta que la OTAN ha puesto en nuestras fronteras sus fuerzas de primera línea, y nosotros seguimos cumpliendo estrictamente las obligaciones del tratado y no reaccionamos en absoluto ante estas acciones. (…) Creo que es obvio que la expansión de la OTAN no tiene ninguna relación con la modernización de la propia alianza ni con garantizar la seguridad en Europa. Al contrario, representa una grave provocación que reduce el nivel de confianza mutua”, recalcó.
Posteriormente, en 2014 se dio el sangriento golpe de Estado en Ucrania, que contó con el apoyo de EEUU y la UE, que sustentaban el ingreso de Ucrania en la OTAN. Se armó al Ejército Ucraniano, se intensificaron las maniobras militares conjuntas y las amenazas del uso de fuerza contra Rusia, lo que representaba un grave peligro para su existencia.
Según Putin, Occidente no aborda las causas de la crisis porque “su política en años y décadas anteriores fue la que condujo a las actuales perturbaciones mundiales. Las élites occidentales intentan persistentemente castigar a Rusia, aislarla y debilitarla, y suministran dinero y armas a las autoridades de Kiev. Han impuesto casi 16.000 sanciones unilaterales ilegítimas contra nuestro país. Amenazan con desmembrar Rusia. Intentan malversar ilegalmente nuestros activos extranjeros. Hacen la vista gorda ante el resurgimiento del nazismo, ante la realización en nuestro territorio de actos terroristas por parte de Ucrania”.
Afirmó que las élites de Occidente tratan de preservar su dominio global y se han abrogado el derecho de indicar a otros países con quién pueden ser amigos y cooperar y con quién no, sin tener en consideración los intereses soberanos de estos pueblos. Pero Rusia y sus aliados no quieren tolerar esta situación. “Con nuestra participación activa, se ha creado y funcionan con éxito asociaciones y mecanismos multilaterales independientes de Occidente, cuya actividad se basa en los principios de igualdad, justicia, apertura, respeto y consideración mutua de los intereses de cada uno”.
Según sus palabras, la Organización de Cooperación de Shanghái y los BRICS se han establecido firmemente como pilares claves del emergente orden mundial multipolar, que atraen a los países del Sur y del Este Global, que los ven como “una plataforma en la que sus voces serán escuchadas y tomadas en cuenta”. Rusia y los países integrantes de estas organizaciones tienen posturas similares respecto a las cuestiones claves de la agenda internacional. “Abogamos por el imperio del derecho internacional, por una seguridad igualitaria, indivisible, integral y sostenible, tanto a nivel global como regional, bajo el papel central de la coordinación de la ONU. Y rechazamos los intentos de Occidente por imponer un orden basado en la mentira y la hipocresía y en reglas míticas inventadas por quién sabe quién”.
Es imposible imaginar los éxitos de Rusia sin Putin y su equipo. El meollo de su triunfo consiste en haber logrado el desarrollo sostenido de Rusia, tanto en lo político como en lo económico y social; en ser el portaestandarte de la ideología rusa, que restaura los más altos valores morales, filosóficos, religiosos, culturales y artísticos, que desde siempre han constituido esta civilización, y en haber fortificado a sus fuerzas armadas, para defender la soberanía y la libertad de Rusia y sus inmensas riquezas, poderío militar que no amenaza a nadie y existe sólo para garantizar la paz y será empleado únicamente en el caso de que sean agredidos su país o cualquiera de sus aliados.
OPINIÓN
Rodolfo Bueno
Corresponsal de Ecuador News en Quito
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