“En esta zona está oliendo a cadáver”
El aumento de asesinatos y una mala administración del lugar inunda de hedor el Instituto Forense de Guayaquil
A pesar de los esfuerzos de las autoridades y el gobierno nacional, la inseguridad no disminuye. Son muchos los muertos y las morgues no dan abasto, en especial la de Guayaquil. El problema aumenta, aparentemente por una mala administración.
Docenas de cadáveres están amontonados en una morgue forense abarrotada en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, plagada de violencia relacionada con las drogas; el hedor a muerte se cierne sobre todo un barrio.
Y trabajadores con trajes de bioseguridad retiran bolsas negras de un contenedor en la sede forense de la ciudad, epicentro de la violencia vinculada al narco en Ecuador.
En un reciente despacho de la destacada agencia noticiosa ‘France Press’ (AFP), al consultar a alguien que estaba al interior de ese recinto, respondio: «Fumo para aliviar el olor». El hombre pide no ser identificado mientras avienta una bocanada de humo. Espera el cuerpo de un familiar en medio del insoportable calor en el principal puerto del país, donde aumentan cada vez más los cuerpos no identificados.
En el centro de la batalla
La ciudad portuaria de Guayaquil ha estado en el centro de una batalla cada vez más mortífera entre bandas de narcotraficantes ecuatorianos, y los cadáveres se están amontonando, muchos de ellos sin identificar.
Desde hace días, dicen los vecinos, el olor a cuerpos en descomposición flota sobre todo un barrio aledaño a la morgue, que recibe también los cadáveres de personas asesinadas violentamente de la vecina Durán para fines de investigación.
Vecinos y algunos familiares que se acercan a buscar los restos de sus seres queridos empezaron a sentir el olor a putrefacción hace unos días.
Sin datos oficiales, reportes de prensa señalan que, hasta el momento que los periodistas estuvimos allí, en el centro del Servicio Nacional de Medicina Legal hay más de 200 cadáveres sin identificar o cuyos familiares no han ido a retirar en meses.
Las autoridades reconocieron a comienzos de la semana anterior que «debido al incremento de la violencia criminal en el país, existe un mayor número de cadáveres NN», es decir no identificados, en los centros forenses de Guayaquil, donde operan las principales bandas aliadas con carteles del narcotráfico extranjeros.
Además del aumento en la cantidad de cuerpos, «dos contenedores refrigerados» de la morgue han sufrido daños, añadieron las propias autoridades.
En las imágenes obtenidas por la AFP, se puede ver a forenses moviendo cadáveres de un contenedor. Los introducen en ataúdes y los cargan en autos fúnebres.
Citando a funcionarios de la morgue bajo anonimato, la prensa asegura que pedazos de cuerpos humanos se habían salido de las bolsas. Medicina Legal se limitó a decir a la AFP que las autoridades estaban reunidas para analizar la situación.
Durante la semana pasada, los servicios forenses recogieron 40 cadáveres que fueron víctimas de la violencia en una ciudad que en 2023 registró un total de 3.762 muertes violentas, según cifras policiales. La mayoría de las muertes son consecuencia de enfrentamientos entre bandas que se disputan el territorio y las rutas de distribución de drogas, lo que ha creado niveles de violencia sin precedentes en esta ciudad portuaria de 2,72 millones de habitantes.
Se ha resuelto
La Gobernación de la provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil, aseguró que se había «logrado resolver» el «inconveniente suscitado» en los últimos días, sin especificar el problema.
Algunos familiares peregrinan un día tras otro intentando recuperar los restos de sus allegados. «Hay bastantes personas que necesitan sacar (los cuerpos), gente que viene de lejos» para buscarlos, dice un hombre de 57 años que pide ser llamado Mena.
A este centro forense llegan los cuerpos de las víctimas de muertes violentas de Guayaquil y la vecina Durán, ciudades sacudidas en los últimos años por las mafias que exportan, desde el puerto, cocaína hacia Norteamérica y Europa.
Ecuador alcanzó su récord de 47 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2023, frente a los 6 por cada 100.000 registrados en 2018.
En el país se reportaron alrededor de 1.900 homicidios en los primeros cuatro meses del año. Mientras que en todo 2023 fueron 8.004.
Ante la creciente violencia y la fuga de un peligroso criminal, el presidente Daniel Noboa declaró en enero un conflicto armado interno, lo que le permite desplegar a militares en calles y cárceles para mantener el orden.
No es la primera vez
Esto lleva así «unos tres o cuatro días», comenta un vendedor de ataúdes que se acercó al lugar.
No es la primera vez que la cantidad de cadáveres desborda la capacidad de la morgue. Durante la pandemia de covid-19, los muertos se apilaron incluso en contenedores de los que escurrían fluidos de los cuerpos en descomposición. En esa ocasión 216 cuerpos estuvieron sin identificación y perdidos por meses.
Esta vez la situación es igual de preocupante, pero a eso se suma el miedo que impera en la ciudad ante el nivel de violencia, que ha llegado a un punto tan alto que aparecen cuerpos acribillados, desmembrados o colgando de puentes.
El vendedor de ataúdes intenta evadir el fétido olor con una mascarilla. Afuera de la morgue, la demanda de tapabocas está disparada por los familiares y transeúntes que no pueden evitar hacer gestos de desagrado.
“No entiendo por qué no han enviado los cuerpos a una fosa común a tiempo, no los han donado a las universidades, ni por qué no los han entregado a los familiares, que están en la calle exigiendo los cuerpos», dijo el exjefe de medicina forense de la morgue de Guayaquil, Juan Montenegro.
“Los cuerpos son almacenados en contenedores sin tomar en cuenta su capacidad de enfriamiento, por lo que se acelera el proceso de descomposición, se propagan malos olores y se filtran líquidos putrefactos sin tratamiento por las tuberías”, agregó.
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Oficina de redacción de Ecuador News
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