LA JUSTICIA ES…
Por Simón Valdivieso Vintimilla
La justicia es relativa, “la justicia es para los de poncho”. Lo dijo el presidente de la Corte Suprema de Justicia de ese entonces, Dr. Gonzalo Karolys Martínez allá por los años de 1978 o 1979 cuando habíamos retornado a la democracia, lo cual causó revuelo en los sectores políticos de la época, incipientes, pero con bastante carga ideológica, a diferencia de los que hoy existen en el país que están detrás del poder y metiendo sus garras en la justicia, pues así mismo un ex presidente de la República dijo que quien quiere tener poder debe tener el poder judicial.
Y es que escuchar a un juez decir que la justicia es relativa era algo imperdonable, pero sin lugar a dudas el tiempo le ha dado la razón y la justicia sigue siendo relativa porque además el sistema penal es selectivo y la ley tiene sus condicionamientos de clase que en los últimos tiempos es signo del populismo penal del que se aprovechan los políticos, verbi gracia, el incremento indiscriminado de las penas.
Hoy “la justicia es relativa”, porque es para los de “poncho dorado”, para la “delincuencia de cuello almidonado”, para “los burócratas” y en eso ha habido una suerte de evolución en el sistema de justicia habiéndose inaugurado una nueva modalidad de justicia relativa, privilegiada.
Los casos Metástasis, Purga y Plaga, ha puesto de manifiesto la metida de mano en la justicia, la descomposición moral y ética en la que está sumida la Función Judicial y el foro de abogados; casos con los que la Fiscal General del Estado alcanza una alta aceptación desde lo personal, porque desde lo institucional ya vemos que nueve de cada diez ciudadanos no confían en fiscales y jueces, por lo que le queda debiendo al país, y al parecer es ella la que busca su propia luz al margen de lo que sucede en la institución que regenta.
Una de cal y otra de arena dice la conseja popular. La fiscal general del Estado al haber negociado una pena de nueve meses y nueve días con el ex vocal del Consejo de la Judicatura ha reeditado la sentencia del expresidente de la Corte Suprema de Justicia, “la justicia es relativa” porque un delincuente de cuello blanco consigue una pena ínfima en tanto que uno convencional por el arranche de un par de aretes se va a la cárcel entre cinco y siete años; amén que un juez que conoce de la detención de quince militares en delito flagrante, libera a catorce y se cura en sano dando prisión solo a uno de ellos. Ergo, la nueva justicia es relativa, es para los de cuello blanco, los de charretera, poncho dorado y burócratas.
OPINIÓN
Simón Valdivieso Vintimilla
Columnista invitado
Para ver más noticias, descarga la Edición