INSURGENCIA CRIMINAL DESESTABILIZA EL ESTADO
Por: Holguer Mariano Jara
La insurgencia criminal no tiene por objetivo apoderarse del poder para instrumentar un programa de gobierno, como ocurre con la- insurgencia clásica de carácter revolucionario-, sino que ataca al orden social y con ello a la gobernanza. Esta fase inicial de la insurgencia criminal en Ecuador, busca desestabilizar el Estado para asegurar el control territorial y hacer que sus mercados ilícitos, como el narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal, sean más eficientes.
Los carteles de la droga y bandas ecuatorianas suponen un desafío a la autoridad estatal. Esta lucha de poder-contrapoder- resta legitimidad y solvencia al Estado, a la vez que otorgan poder económico y político a los carteles y las bandas criminales.
En esta lucha, los carteles suministran bienes utilitarios y sociales, escriben narrativas de poder y rebelíón y actúan como “bandidos sociales post modernos”, para obtener apoyo y legitimidad dentro de sus propias organizaciones y las áreas geográficas que controlan en el país.
Los carteles no buscan unicamente silencio e impunidad, buscan influir en la percepción, utilizando la narco/propaganda. Es fundamental por lo tanto, dejar de pensar en el crímen unicamente como una actividad social aberrante que se debe suprimir tajantemente, sino pensar en el crimen como un competidor en la creación del Estado.
Sin duda las fuerzas de mercado están en auge y el marketing de narco/imagenes es un lucrativo negocio al tráfico de drogas y una manera viable de blanqueo de dinero y sostener el flujo financiero ilícito, pero el impacto clave es el político y social. Artefactos de violencia y poder impregnan y forman el narco/panorama. El resultado final, es la narco política.
El desarrollo de estos grupos en el istmo les ha permitido comenzar a asumir roles sociales e incluso a legitimarse en algunas comunidades y sectores sociales, al extremo que buscan influenciar las estructuras de poder. Por ello es que se trata de “insurgencia no política”.
Estos grupos de la delincuencia organizada transnacional tienen un comportamiento clasificado como insurgencia criminal, cuyos objetivos son atemorizar a la población y mandar el mensaje de que cualquier ataque a sus intereses va a tener una respuesta en donde le duele más al gobierno, o sea al pueblo.
En ecuador tenemos un conjunto de mini-organizaciones que actúan con relativa autonomía, pero obligados a vivir con las estructuras criminales del: Cartel del Golfo, Nueva Generación, Cartel de Sinaloa, los Zetas. Es decir, el crimen organizado, en su reconfiguración cualitativa, renunció a una estructura de poder extremadamente vertical y configuró un tipo de organización y operación en red, de tal manera que esto permite a organizaciones pequeñas y medianas, articularse como franquicias de los mexicanos.
El crecimiento de espacios urbanos en Ecuador impone una dinámica de concentración de la riqueza en ciudades grandes, por lo que se desbordó la capacidad para atender las demandas ciudadanas; esto aceleró la erosión de las facultades del Estado, lo cual es aprovechado por los grupos criminales para crear gobiernos paralelos en barrios y áreas periurbanas.
Ecuador ya ha superado de lejos los dos primeros estadios de la insurgencia. Chone Killers y Latin Kings se reparten 25 barrios de Durán, imponiendo normas de conducta y gobernanza criminal. Lobos y Tiguerones ejercen una doctrina y practican un ejercicio militar que incluye el combate directo con las Fuerzas del Estado.
Los constantes estados de excepción y toques de queda no son una solución integral y se corre el riesgo que se alcancen niveles de descontrol en territoros completos. Incluir al Distrito Metropolitano de Quito podría responder a cálculos políticos.
El crímen organizado ha recibido ultimamente golpes muy importantes, en algo que les duele muchísimo, que son los decomisos de cargamentos muy grandes. En consecuencia se genera una reacción con violencia y surge la insurgencia criminal, mientras el gobierno pierde espacios, credibilidad y posiblemente las elecciones.