El asesinato del Padre Enrique Fabián Arcos
Los criminales estuvieron con él desde antes de su secuestro y muerte
Cuatro días después de la desaparición del padre Enrique Fabián Arcos, de 53 años, en Ecuador, las autoridades encontraron su cuerpo el 3 de noviembre en un vertedero a unos 29 kilómetros al norte de Ambato, donde vivía.
Oficina de redacción de Ecuador News en Quito
El asesinato del religioso Fabián Arcos fue precedido por un robo en su casa. Imágenes de circuito cerrado de televisión de la zona mostraron que el sacerdote estaba acompañado por otros tres hombres ese día. La policía confirmó el 5 de noviembre que ha identificado plenamente a los autores.
Según la prensa local, los autores del delito entraron en la casa del sacerdote sin forzar las puertas, ataron a su madre, Rebeca Sevilla, de 93 años, y se llevaron algunas de sus pertenencias, entre ellas joyas.
Después intentaron sacar dinero de las cuentas bancarias del sacerdote, según la policía, y al no lograrlo decidieron matar a Arcos y se marcharon de la casa con él. Su madre logró liberarse y poco después pidió ayuda.
El cuerpo de Arcos fue encontrado en un estado preocupante, parcialmente comido por perros y roedores, lo que requirió de más pericias forenses, lo que llevó a las autoridades a enviarlo a la capital de Ecuador, Quito. Su coche fue encontrado en otro lugar, quemado hasta las cenizas.
Uno de los elementos clave de la investigación policial es que uno de los hombres vistos ese día con el sacerdote era un extranjero al que Arcos supuestamente conocía.
Según el padre Fabricio Dávila, portavoz de la Diócesis de Ambato, el término “extranjero” se utiliza como eufemismo para referirse a los venezolanos en Ecuador, dada la gran comunidad de inmigrantes y refugiados en el país andino formada por personas que abandonaron Venezuela en los últimos años.
“Nuestros hermanos venezolanos viven muchas veces en condiciones muy difíciles y ya enfrentan una xenofobia terrible”, dijo a la plataforma OSV News.
Arcos trabajaba regularmente en la parroquia San Roque de Huachi Chico, donde numerosos venezolanos reciben ayuda, especialmente kits de alimentos. Probablemente conoció allí a uno de los perpetradores.
“El padre Arcos enfrentó un problema neurológico hace años y tenía problemas para caminar y mover su brazo derecho. Por eso no era vicario (a cargo de una parroquia). Pero se dedicó a la comunidad de San Roque y a los indígenas”, dijo Dávila. Dijo que Arcos hablaba kichwa, una lengua indígena quechua en Ecuador, y por eso tenía una gran cercanía con los grupos nativos a los que ayudaba.
Dávila dijo que Arcos siempre fue visto como un «hombre de gran virtud y fe, muy cariñoso con la gente y muy alegre».
«Vivía en una gran austeridad. Al mismo tiempo, era tremendamente generoso», describió.
La madre del sacerdote, y testigo de su secuestro, es una líder católica muy conocida en la comunidad, dijo Dávila. Fueron él y el obispo local quienes le dieron la noticia de la muerte de su hijo, que recibió «con profunda tristeza y angustia».
«Solo esperamos que los investigadores esclarezcan todos los hechos y descubran lo que pasó. Y que los responsables sean juzgados según las leyes de Ecuador», dijo Dávila.
En su opinión, Arcos murió por la explotación injusta de su «virtud más hermosa», la generosidad. «Su bondad y solidaridad le hicieron confiar en esas personas», concluyó.
Ecuador enfrenta una crisis de violencia sin precedentes en los últimos años, con cárteles de la droga y bandas armadas, con una tasa de homicidios en el país sudamericano que alcanzó los 47,2 asesinatos por cada 100.000 personas en 2023.
Los conocía
Las autoridades policiales han establecido una “línea investigativa fuerte” que se centra no solo en la desaparición y el asesinato del religioso, sino también en el robo perpetrado en su domicilio el pasado 30 de octubre.
Según la Policía, Arcos Sevilla recogió en su vehículo a uno de los sospechosos, lo que permitió posteriormente su traslado a distintos domicilios en la ciudad de Ambato, situada en la región andina.
«Esto confirma que el sacerdote tenía un vínculo con quienes finalmente le quitaron la vida», señaló la Policía, subrayando que poseen grabaciones de cámaras de seguridad en las que se observa al religioso “caminando tranquilamente con estos individuos”.
La policía asegura tener “plenamente identificados” a los presuntos responsables y está a la espera de las órdenes judiciales necesarias para su captura. Las primeras investigaciones sugieren que el móvil del crimen fue el robo y descartan la hipótesis de que se tratara de un asalto fortuito. La Policía enfatiza que el sacerdote mantenía una relación de ‘confianza’ con al menos uno de los implicados, lo que facilitó el acceso a su domicilio y otras actividades privadas.
En este contexto, la Policía ha mencionado que uno de los implicados podría ser de nacionalidad extranjera (presumiblemente venezolano), lo cual añade un nuevo elemento a las indagaciones.
En el marco de las investigaciones, la Policía localizó el vehículo del sacerdote incinerado en el sur de Quito. En el lugar, peritos de Criminalística recopilaron evidencias que podrían ser clave para esclarecer los hechos y localizar a los responsables del asesinato. El vehículo ha sido trasladado a instalaciones policiales donde se procederá con nuevas inspecciones para ampliar la investigación.
Nota de pesar
Ante el asesinato del sacerdote Fabián Enrique Arcos Sevilla, la diócesis de Ambato, provincia de Tungurahua, Ecuador, expresó su más profunda consternación y aseguró que permanecerá unida “a la familia de nuestro hermano y amigo para acompañarlos en su sufrimiento”.
Del mismo modo, la diócesis pidió a los fieles que no se hagan eco de las especulaciones, “considerando el sufrimiento de la familia Arcos Sevilla con esperanza, debemos aguardar la versión oficial de los funcionarios encargados de las investigaciones”, a la vez en que reconocieron “la labor ejecutada por la Policía Nacional y la Fiscalía, y confiamos en que su profesionalismo permitirá revelar los hechos para que la justicia juzgue a todos los culpables”.
La comunidad católica y cientos de allegados al padre Fabián Arcos, se reunieron para darle el último adiós al sacerdote en la iglesia de Huachi Chico, a donde había sido asignado dos meses antes; en el templo se encontraban presentes los sacerdotes de la diócesis de Ambato, así como el arzobispo de Quito, Alberto Espinoza, quien acompañó a la familia y al pueblo en su dolor por la pérdida del religioso.
Exequias del padre Fabián. La diócesis de Ambato pidió a los fieles no hacerse eco de las especulaciones, “considerando el sufrimiento de la familia”.