VERDE FUE MI SELVA
Por: ROSALÍA ARTEAGA SERRANO
La infinita capacidad que tiene la creatividad humana de referirse a situaciones que surgen o nacen de la realidad de una determinada geografía, se pone una vez más a prueba en el libro “Verde fue mi selva”, de la prolífica autora ecuatoriana Edna Iturralde, quien recrea historias maravillosas ocurridas en espacios diversos de las comunidades originarias del Ecuador, y que, en algunos casos penetran también en la realidad fronteriza que comparten estos pueblos con los de comunidades de las mismas etnias de Perú y Colombia.
Los protagonistas son niños y niñas que entran en la adolescencia y ponen de relieve las costumbres, los hábitos, las tradiciones de los diferentes pueblos de las regiones del Ecuador.
Así, narra bellas historias en las que resaltan las virtudes como la solidaridad, la curiosidad, la sabiduría de los shamanes de los diversos pueblos, que se extiende hasta las nuevas generaciones.
Edna se basa en los estudios que ha hecho sobre los pueblos que son los protagonistas de sus historias, así tenemos a los achuares, los shuar, los huaorani, los secoya, los quichuas del oriente, los cofán. Todos ellos pueblan las selvas amazónicas, y conservan sus tradiciones en mayor o menor grado.
La autora se vale de los recursos narrativos para poner por delante la realidad de pueblos que, en muchos casos, corren el riesgo de extinguirse, por efectos del avance “civilizatorio” de los colonos, pero también nos habla de las especies animales y vegetales que pueblan esta tan rica región del planeta.
El bioma amazónico es referencia en los múltiples estudios científicos, se ha ponderado su importancia para el clima del planeta, pero poco se habla sobre los grupos humanos que allí viven, de ahí se desprende la valía de estos hermosos cuentos de la autora Edna Iturralde, que contribuye de significativa manera no solo al conocimiento por parte de niños y jóvenes de esta zona, sino también a amar esta región tan agredida.