EL FÚTBOL Y LA POLÍTICA APASIONAN AL PUEBLO
Por: Holguer Mariano Jara
Ni siquiera los cimientos del Estadio Metropolitano “Roberto Meléndez” de Barranquilla, dejaron de temblar cuando el “terremoto” Ener Valencia ingresó en territorio colombiano como el hombre increíble y con un cañonazo rompió las redes del arco contrario, dejando ciegos, sordos y mudos a 52 millones de paisas.
El fútbol es una trituradora, nadie sabe que pasó, porque en medio de la obscuridad del Ecuador, 18 millones de ecuatorianos gritaron a todo pulmón el gol que rompió con el mito colombiano y dejó por los suelos el orgullo que mantenían.
Los dirigidos por el técnico Néstor Lorenzo se quedaron hasta sin lágrimas, ha pasado una semana y todavía están soñando con ese golazo. Lo cierto es que no olvidarán el luctuoso anochecer del 19 de noviembre, triste día para ellos. En Ecuador, hoy chispea todo de alegría, mañana puede ser una terrible crisis, debemos tener calma y humildad.
La victoria es el broche de sentimientos de pertenencia, pero jamás su esencia. Las lágrimas de 52 millones de colombianos se miran a plena luz, mientras la algarabía de 18 millones de ecuatorianos por el triunfo de la tricolor brilla en plena obscuridad.
El fútbol es un refugio para niños y adolescentes, el gobierno debe crear escuelas para evitar que las organizaciones del crimen organizado los involucren en sus atrocidades. Los pandilleros han ocupado las canchas deportivas, el futbol no tiene memoria, pero el Estado, si puede hacer mucho.
El fútbol es capaz de crear en ti infinidad de sentimientos alocados, donde la ilusión suele ser la protagonista. Porque el fútbol es eso, ilusión por ver a su equipo conseguir la victoria, euforia compartida con otros aficionados y pasión, si algo le sobra es pasión.
El fútbol, entretenimiento que es capaz de sacar sonrisas y crear amistades. De los pocos que consigue unir a la gente en una sola dirección. El único que en circunstancias complicadas como las que atraviesa Ecuador por la inseguridad, desocupación, pobreza y obscuridad, es capaz de hacer olvidar los problemas por un par de horas y abrasarse entre enemigos.
El fútbol es para algunos solamente un juego y para otros una forma de vida, lo usan como negocio o lo siguen como ideología; es considerado una pasión. Unos pocos lo utilizan como instrumento de poder. Un poder para hacer dinero, controlar y manipular.
El fútbol se ha convertido en negocio, era el deporte del pueblo y las competiciones sobrepasaron lo puramente deportivo. La sociedad de masas lo convirtió en un verdadero fenómeno social y de ahí derivó el instrumento de poder, que actualmente sirve a los intereses de unos pocos.
El fútbol y la política pueden ser perfectos opuestos: la Política es un mecanismo para conciliar conflictos verdaderos, el fútbol consiste precisamente en crear conflictos falsos y mantenerlos a perpetuidad. Por eso la política importa y debe tomarse en serio, mientras que el fútbol es intrascendente y debe tomarse más en serio aún.