LOS VERDADEROS LÍDERES
Escribir sobre este tema en particular conlleva a pensar en dos parámetros muy distantes entre sí, por un lado, están los que lideran el bien, y por el otro lado los que lideran la cosa nostra (el mal). Y desde este punto de vista nace la inquietud, referente a nuestro carácter, personalidad, educación, etc. Ya que somos pocos los que podemos reconocer un auténtico líder positivo, ya sea para admirar o ser un fiel seguidor. Porque de hecho también se encuentran los lobos vestidos de oveja en diferentes escenarios, con la mira o el asecho de nuevos adeptos para sus fechorías.
Los líderes positivos tienen marcados sus rasgos propios, debido a sus pasos que dejaron huella en la historia en las diferentes áreas, como en los gobiernos, comunidades, pueblos, círculos personales, etc. No necesariamente tuvieron un título o puesto de poder, al contrario, fueron sus acciones y ejemplo a seguir para muchos. Ahí tenemos al más grande líder de todos los tiempos, Jesucristo, su mensaje se basó en el amor al prójimo, incluyendo a los pecadores, marginados y necesitados. Nelson Mandela, otro personaje inolvidable por su resiliencia en la lucha contra la segregación racial (apartheid). Martin Luther Kings Jr. conocido por su lucha contra la desigualdad y los derechos civiles de todo ser humano. Tampoco podemos dejar de mencionar el liderazgo de un padre en el hogar, cual a mi criterio es la esencia de la familia, pues este aparte de ser un guía es protector y ejemplo de continuidad, que combinado con el aporte del maestro (otro líder) surgen los nuevos hombres que seguirán la secuencia de la humanidad. Las características de liderazgo de este grupo están centradas en su integridad y su autenticidad, él no solo habla (bla, bla…), sino que actúa conforme predica, rechaza ofertas corruptas, acepta sus errores sin culpar a otros, comparte información de forma honesta fomentando la confianza a sus simpatizantes.
A diferencia de los líderes negativos, estos segregan la maldad hasta por los poros. Es decir, no se acoplan fácilmente con los lineamientos propios de la decencia, la moral, la ética; normas integradas de una sociedad justa como equitativa aceptada por la mayoría de la población. Sin embargo, en varias ocasiones hemos podido darnos cuenta del potencial inmerso de estas mentes, afirman los especialistas que poseen un coeficiente intelectual realmente asombrosa. Lastimosamente todo este recurso valioso es aprovechado para cometer un sinnúmero de acontecimientos destructivos. La característica principal de estos cerebros es su carisma para la manipulación en busca de controlar a los demás. Ejercen también el liderazgo coercitivo, cual se afianza en la intimidación o el miedo, y con ello tener el control absoluto, esto lo vemos en las pandillas de criminales, gobiernos de facto, o grupos mafiosos.
El liderazgo en términos generales cumple un papel fundamental en la sociedad, más aún cuando se combina con valores positivos y éticos, llevando a cabo verdaderas transformaciones a comunidades enteras como personales. Lo contrario, es cuando está mal dirigida, pudiendo llegar a generar tanto caos como sufrimientos a todos los involucrados; queda en nosotros el saber discernir al verdadero y autentico líder.
Por: Dr. Manuel Díaz Córdova