Discurso inaugural de Trump fue más sombrío
El discurso inaugural que pronunció el presidente Donald Trump el lunes fue incluso más sombrío que el discurso inaugural de 2017, en el que prometió poner fin a la “masacre estadounidense” y se comprometió a revivir a Estados Unidos a través de los principios del nacionalismo de derecha.
Las declaraciones de Trump fueron más siniestras que las de antes en gran medida debido a su oratoria menos contenida, según análisis del sitio MSNBC.com; su discurso se parecía más a un mitín de campaña, su afán por usar la fuerza bruta de nuevas maneras y un subtexto de venganza.
Además, ocho años después, lo entendemos mejor. La cuestión de si tomar en serio a Trump ha quedado resuelta: Trump no necesariamente perseguirá todas las ideas más extremas que propone, pero ciertamente es capaz de intentar cualquiera de ellas. La pregunta es principalmente dónde se esforzará y dónde podría triunfar.
En 2017, Trump esbozó los principios de MAGA (Make America Great Again – traducible como «Haz a los Estados Unidos grande otra vez»), pero habló con pinceladas amplias, incluso poéticas, y puso un énfasis inusual en hablar en nombre de “todos los estadounidenses”. El lunes sonó como el Trump que conocemos: agraviado, egocéntrico, conspirador.
Trump se jactó de su margen de victoria y de haber aumentado su apoyo entre los votantes negros y latinos. Reflexionó sobre cómo sobrevivió a un intento de asesinato y describió su regreso a la presidencia como la mejor historia de regreso jamás escrita. “Mucha gente pensó que era imposible para mí protagonizar un regreso político tan histórico. Pero, como ven hoy, aquí estoy. El pueblo estadounidense ha hablado”.
Sin embargo, más preocupante que sus típicas muestras de ego fue el lenguaje mordaz de Trump sobre su percepción de persecución y su promesa de contraatacar.
Enmarcó su elección, sigue analizando MSNBC.com, como un “mandato para revertir por completo una traición horrible” y advirtió que “nunca más se utilizará el inmenso poder del estado como arma para perseguir a los 11 oponentes políticos, algo de lo que sé algo”. Dado lo que sabemos sobre los planes de Trump y sus aliados para desmantelar la independencia del Departamento de Justicia e investigar y castigar a los adversarios políticos, su promesa de restauración sonó más bien a una amenaza.
Según los estándares de un discurso inaugural, Trump entró en un nivel inusual de detalles sobre las políticas que estaba interesado en promulgar, y fue una lista de políticas reaccionarias que no harán nada para restaurar el poder al “pueblo”.