¡EL HAMBRE!
Todo ser humano desde su inicio o desde que da sus primeros gritos, luego de salir del vientre materno, empieza con el clamor continuo de alimento, casi desesperado, su instinto de supervivencia lo lleva a buscar afanosamente el pezón de su madre. Para posteriormente convertirse en una sucesión de comidas, una tras otra hasta valerse por sí mismo. Y a futuro seguir alimentándose hasta su vejez o cuando nuestro Hacedor Supremo, lo llame. Es tan importante este gesto de nuestro Creador al permitir se desarrolle la vida en todas sus etapas, con el alimento de por medio, partiendo desde la concepción, pues la madre debe alimentarse y tomar todos los nutrientes necesarios para el mejor desarrollo del feto; luego ya recién nacido tiene que ir adaptándose al medio, como aprender a comer solo. La infancia, hermosa por cierto, de mucho aprendizaje; seguidamente la preciosa juventud, inigualable como única, donde centramos la esencia de vivir; para después sellar con broche de oro la bendita vejez; y en todos estos momentos habidos y por haber, quienes han podido llevar un sustento a su organismo para su desarrollo, ¡bendito sean!.
Pero para quienes, por A o B circunstancias, sus progenitores, factores externos como ejemplo disturbios políticos de un país, así también la extrema pobreza, las malditas guerras por la perpetuidad del poder, el asunto el hambre es una cosa muy seria. Vemos a diario, en los medios de comunicación actuales las condiciones de seres humanos cuales viven a la intemperie, descalzos, desnutridos, solo el pellejo y sus caritas cadavéricas se mueven cual gusano se desliza por la árida tierra. Realmente este tema en particular se nos parte el alma al conocer la realidad del asunto. En países desarrollados algo se logra suplir esta vital necesidad; comparados con países en vías desarrollo la situación cada vez se torna más crítica. El hambre sigue siendo un enorme problema universal, por donde lo miremos, la desnutrición la vemos a diario quizás aquí poco, pero como dijimos anteriormente en otros lugares del mundo por falta de una simple taza de arroz un niño muere; según la Fundación Recover en África por falta de alimentos mueren 8200 niños diariamente, es alarmante la situación, imaginar tal magnitud, y en otras partes los restaurantes tiran a la basura cuando no logran vender la comida del día. Ahora bien, si lo miramos desde otro punto de vista, en este país africano tan rico por sus minas de oro, platino, diamantes, rodio (metal más caro del universo), entre otros. Nace la gran pregunta, el ¿Por qué tanta desigualdad humana? tanto odio entre nosotros, tanta maldad del hombre por el hombre, por el vil dinero y poder.
El hambre es un problema prácticamente de todos, quienes debemos accionar en conjunto con los gobiernos de turno, organizaciones de toda clase, nacional e internacional. Conocemos que la humanidad produce suficiente comida para llenar los estómagos vacíos, pero sinceramente la distribución, el desperdicio y las ansias de enriquecerse a costa de esta necesidad, impiden que llegue para quien lo necesita. Ojala nos volvamos algo más humanos y contribuyamos en aumentar la producción, como a cambiar los sistemas de acceso y distribución.
Por: Dr. Manuel Díaz Córdova