Los cabilderos se mueven: Ecuador se acerca definitivamente a Trump

Funcionarios ecuatorianos han comunicado a aliados del presidente estadounidense Donald Trump su interés en albergar una base militar estadounidense en el país sudamericano, según dos fuentes con conocimiento directo del asunto, citadas por la agencia de noticias Reuters.
Los funcionarios también manifestaron su interés en firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos, algo que se le ha escapado a la nación andina, a pesar de que sus vecinos Colombia y Perú mantienen acuerdos bilaterales con Estados Unidos desde hace más de una década, según las fuentes, que solicitaron el anonimato para poder describir conversaciones privadas.
Las manifestaciones de interés se entregaron en las últimas semanas a cabilderos republicanos en Washington cercanos a la administración Trump, según las fuentes. No está claro si la administración conoce o está interesada en las propuestas, y el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca no respondió a una solicitud de comentarios.
La propuesta de una base militar es el último plan poco convencional impulsado por el gobierno del presidente ecuatoriano Daniel Noboa, quien busca reducir la delincuencia y fortalecer los lazos con los allegados de Trump de cara a las reñidas elecciones de abril.
Noboa, de 37 años y heredero de una de las mayores fortunas empresariales del país, ha abogado públicamente por la instalación de bases militares extranjeras en Ecuador. La legislatura ecuatoriana se encuentra en las primeras etapas de un proceso legislativo que podría eliminar la prohibición constitucional de este tipo de instalaciones, instituida en 2008 con el apoyo del expresidente izquierdista Rafael Correa.
El gobierno de Estados Unidos contaba con una base militar en las ambientalmente sensibles Islas Galápagos durante la Segunda Guerra Mundial y una base separada utilizada principalmente para combatir el narcotráfico en el continente hasta 2009, momento en el que Correa obligó a Washington a abandonar el puesto.
Varias otras naciones pequeñas y medianas han estado explorando maneras no convencionales de fortalecer sus vínculos con Washington, algunas de las cuales parecen diseñadas para aprovechar los impulsos transaccionales de Trump en política exterior y su disposición a considerar ideas políticas no convencionales.
Funcionarios de la República Democrática del Congo, por ejemplo, han viajado a Washington en las últimas semanas para presentar a la administración Trump un acuerdo minero crucial entre ambos países. Funcionarios de El Salvador, gobernado por el presidente conservador Nayib Bukele, un destacado aliado de Trump, se han ofrecido a albergar a criminales deportados de Estados Unidos en cárceles salvadoreñas.
El gobierno de Ecuador seleccionó recientemente a Mercury Public Affairs, con sede en Washington, para representar sus intereses ante la administración Trump, según un documento presentado ante una división del Departamento de Justicia que supervisa las actividades de cabildeo en el extranjero. El documento que describe el contrato de cabildeo no incluye ninguna referencia a bases militares. Sí identifica «asuntos de migración, comercio y seguridad, incluyendo esfuerzos antiterroristas» como posibles áreas de colaboración.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador y Mercury Public Affairs no respondieron a las solicitudes de comentarios.