¡MI LINDO ECUADOR HERIDO, PERO FUERTE!
Para aquellos que por alguna circunstancia tuvieron que emigrar o decidieron residir fuera de su país de origen, recordar su procedencia, es vivir la esencia neta de su ser; ya que este fue, es y será el lugar donde abrimos nuestros ojos, donde nacimos, la bendita tierra cual nos vio crecer; donde dimos nuestros primeros pasos, la escuela, el colegio, la universidad (quizás otros no), pero estuvimos junto con nuestros progenitores cuales se forjaron para hacernos lo que somos hoy en día. Por supuesto conlleva unir sentimientos encontrados, incluso, cuando vimos pasar nuestra juventud al convertirnos en adultos.
Ya en tierras extrañas y lejanas, a veces pensamos con mucha alegría, todas nuestras peripecias, los juegos infantiles, la camaradería con nuestros colegas, la familia; asimismo nos viene a la mente los altibajos no tan bonitos que digamos, fueron las inocentes peleas con vuestros hermanitos, las riñas con los vecinos. En otras ocasiones con mucha nostalgia, queremos volver a estar con nuestra gente, amigos, sentir ese calorcito humano, el olor de las verdes praderas, las infinidades matas de guineo (banano), el aroma de nuestro riquísimo cacao, la espesa neblina por la Cordillera de los Andes, toda nuestra serranía ecuatoriana.
También está la inconfundible selva amazónica, cual constituye el oriente ecuatoriano, donde podemos apreciar la biodiversidad en todo su esplendor, ¡llena de oro negro!. Y como olvidar nuestra costa ecuatoriana, lindas y refrescante playas de Puerto López, Salinas, la Isla de la Plata, las fascinantes Galápagos con sus variedades de animales exóticos, sin contar con la pluralidad de minería subterránea, todo perteneciente a nosotros; realmente conocer estas maravillas naturales, es volver a nacer.
Esto último, ojalá esto se mantenga intacto, aunque la historia dice la contrario, “porque mientras la naturaleza nos brinda la exuberante riqueza, los políticos de turno han saqueado y siguen robando a diestra y siniestra lo que está a su alcance”. ¡Estos no tienen reparo alguno de apoderarse de lo poco que queda!; como ejemplo, las toneladas de oro, cobre, diamantes, y más, han sido extraídos de nuestras minas; los billones de barriles de petróleo sacados de la selva amazonia, por las concesionarias dadas a empresas extranjeras; cuales arrancan y hieren a nuestro suelo patrio, dejando escombros por doquier, fauna, bosques y el medio ambiente destrozado. Los beneficiados directos han sido siempre los administrados políticos de turno. Solo ven el acomodo personal o grupo de poder, prometiendo cambios que nunca se dan. ¡Es irónico, pero real!, con tanta riqueza, mi Ecuador del alma sigue atrapada en manos de la nefasta corrupción.
Debemos parar esto, es tiempo que jóvenes y adultos participemos activamente en todos los eventos con fuerza y verdadero civismo, denunciar los actos de deshonestidad, como dije alguna vez, educando a nuestros niños a conciencia con verdaderos docentes en escuelas solo para estadistas.
Dr. Manuel Díaz Córdova
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