Ecuador despide con emotiva y sentida misa a los 11 militares asesinados en una emboscada

Los soldados de la patria caídos fueron identificados como:
•Teniente José Luis Iza Sánchez
•Teniente Jorge Alexander Andrade Bastidas
•Sargento segundo Héctor •Marcelo Mullo Bravo
•Cabo primero Walter •Willian Andrango Toa-panta
•Cabo segundo Diego •Orlando Lomas Ramírez
•Cabo segundo Víctor •Adrián Vera Minga
•Cabo segundo Anthony •Brayan González Canchig
•Cabo segundo Danilo •Javier Caiza Torres
•Cabo segundo Jefferson •Iván Alvarado Cerda
•Cabo segundo Georvi •David Vega Jiménez
•Soldado Marlon Rodrigo Guamushig Reysancho
Oficina de redacción de Ecuador News en Quito y agencias asociadas
Ecuador despidió este domingo con una emotiva misa a los once militares asesinados el viernes de la semana anterior, cuando fueron emboscados, presuntamente por un grupo disidente de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), mientras desplegaban un operativo contra la minería ilegal en la Amazonía.
La misa tuvo lugar ante los once ataúdes cubiertos con banderas ecuatorianas en una capilla ardiente levantada en el colegio militar Eloy Alfaro de Quito, hasta donde fueron trasladados el sábado vía aérea desde la Amazonía,
«Aquellos que hoy ofrendaron su vida, no son extraños a nosotros, son nuestros hermanos, son padres, son hijos y, sobre todo, son héroes que supieron siempre que, al estar en la primera línea de batalla, podían perder hasta lo más preciado», dijo el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo.
Reiteró que el ataque no fue solo contra los once militares sino contra los 18 millones de ecuatorianos. «Este -dijo- es un recordatorio para todos nosotros de que estamos en guerra, de que cuando hablamos de peligros y atentados en contra de las fuerzas del orden y autoridades, estamos diciendo la verdad».
Por mucho tiempo
En enero de 2024, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró el ‘conflicto armado interno’ contra los grupos criminales, vinculados -entre otros- al narcotráfico y minería ilegal, les declaró la «guerra» y pasó a llamarlos «terroristas».
En su discurso ante los féretros, Loffredo instó a la sociedad a preguntarse dónde están los derechos humanos de «la gente de bien, de los héroes, de los militares y de las familias que hoy sufren».
«No voy a negar que el dolor nos acompañará por mucho tiempo, pero también que serán sus once rostros los que nos inspirarán en esta etapa, en este segundo aliento en el que intensificaremos la guerra contra la maldad», dijo.
«Dios bendiga a las familias de nuestros héroes y a todas las familias de Ecuador», finalizó el ministro con la voz quebrada por la tristeza.
Según el Ejército, los militares fueron emboscados por los Comandos de la Frontera, grupo disidente de las FARC, que aparentemente niega estar detrás de esta matanza.
El enfrentamiento se registró en el sector llamado Alto Punino, una zona situada en la cuenca alta del río del mismo nombre, donde han proliferado en los últimos años los campamentos de mineros ilegales de oro que se encuentran en el límite provincial entre las amazónicas Napo y Orellana, separadas de Colombia por la provincia de Sucumbíos.
A varios puntos de este sector llegaron en helicópteros cuatro equipos de combate conformados por 80 militares de la Brigada de Selva 19 Napo, del Ejército ecuatoriano.
Uno de los equipos fue emboscado con explosivos, granadas y fusiles, lo que dejó once militares muertos y uno herido, así como un fallecido del grupo armado, según el Ejército.
Tienen alianzas
Henry Delgado, comandante General de Ejército, dijo que cuando los militares iban a destruir la maquinaria hallada en la zona de Alto Punino fueron «atacados por los Comandos de Frontera, quiénes tienen alianzas con los grupos armados organizados, denominados Los Lobos».
Entre los fallecidos están dos oficiales y nueve soldados de tropa, dijo al señalar que ya se ha reforzado el área, con dos unidades militares adicionales.
La Fiscalía abrió una investigación previa por «terrorismo» tras el asesinato de los once militares, mientras Ecuador cumplía desde el sábado un duelo nacional de tres días, decretado por Noboa, quien declaró, además, héroes nacionales a los fallecidos y apuntó que el crimen «no quedará impune».
En un mensaje divulgado por medios de Colombia, cuya autenticidad no ha sido confirmada, los Comandos de la Frontera aseguraron que no son los responsables de la matanza en Ecuador.
«La organización político-militar Comandos de la Frontera no tiene ninguna responsabilidad en los lamentables hechos que han ocurrido en territorio ecuatoriano», reza el mensaje atribuido a este grupo armado.

Colombia rechaza la agresión
El ministro de Defensa colombiano, Pedro Arnulfo Sánchez, rechazó el mismo viernes el «brutal ataque» en Ecuador de los Comandos de Frontera, una disidencia de las antiguas FARC, que dejó doce muertos, entre ellos once militares, y un herido.
«Rechazo el brutal ataque perpetrado por las disidencias de las FARC, cartel narcotraficante estructura: Comandos de la Frontera, que cobró la vida de 11 valientes militares ecuatorianos en el sector de Alto Punino», expresó Sánchez en la red social X.
El alto funcionario colombiano agregó que «estos hechos enlutan a toda la región y evidencian, una vez más, la amenaza que representan los grupos armados organizados que delinquen en zonas fronterizas, que no conocen de límites ni humanidad».
«Reafirmamos nuestro compromiso con el trabajo articulado y sostenido con Ecuador para garantizar la seguridad en la frontera común. No permitiremos que el crimen organizado transnacional fracture la unión o la tranquilidad de nuestros pueblos hermanos», manifestó Sánchez.
Los once militares y otra persona murieron en un enfrentamiento entre el Ejército ecuatoriano y los Comandos de la Frontera durante un operativo militar contra la minería ilegal en la Amazonía, en el sector de Alto Punino.
Esta es una zona donde han proliferado en los últimos años los campamentos de mineros ilegales de oro y que se encuentra en el límite provincial entre Napo y Orellana, una región fronteriza con Colombia.
Las víctimas pertenecen a la Brigada de Selva 19 Napo, del Ejército ecuatoriano, quienes «habrían sido atacados por el grupo delincuencial organizado Comandos de la Frontera durante una operación reservada de control minero que el Ejército ejecutaba en la zona», según las primeras indagaciones realizadas por el Ministerio Público.
El Gobierno colombiano y la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, grupo que surgió tras la fragmentación de la Segunda Marquetalia y del que hacen parte los Comandos de Frontera, retomaron el mes pasado los diálogos de paz que estaban en crisis por la detención en febrero en Bogotá del negociador Andrés Rojas, alias ‘Araña’, solicitado en extradición por EE.UU. por narcotráfico.
A finales de 2024, el Gobierno colombiano y la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano acordaron una agenda de negociación que tiene que ver con transformaciones territoriales; seguridad en territorios y para comunidades; medidas y rutas de seguridad jurídica para integrantes de estructuras guerrilleras, y participación política.
Santuario del crimen
Los disidentes que rechazaron el histórico acuerdo de paz de 2016 del gobierno colombiano con el grueso de las FARC se dedican al narcotráfico y otros delitos en la región transfronteriza de la Amazonía y varios departamentos del sur de Colombia.
La Fiscalía ecuatoriana señaló en su cuentavde X que se adelantaron «las diligencias de levantamiento de cadáveres y fijación de indicios» en el lugar del ataque, en la zona del Alto Punino. «El sector es un santuario del crimen organizado» donde operan grupos colombianos, ecuatorianos y brasileños, dijo a la agencia de noticias AFP el coronel retirado Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia del Ejército.
Además de los Comandos de la Frontera, las bandas ecuatorianas de Los Choneros, Los Lobos, Los Tiguerosnes y la brasileña Comando Vermelho imponen su ley, agregó.
El Ejército ecuatoriano realiza permanentes operativos contra la minería ilegal y el narcotráfico, lucrativos negocios de las organizaciones que se multiplican en Ecuador.
Vinculadas con carteles de México y Colombia, las bandas se enfrentan entre sí por el control de las rutas. «No descansaremos hasta que los responsables sean juzgados ante la ley y rindan cuentas de este crimen», dijo el Ejército.
El ministerio de Gobierno de Ecuador tildó de «cobarde» el asesinato.
La violencia se recrudece en Ecuador, donde en la que va de año se registró un asesinato cada hora. A pesar de la política de mano dura contra el crimen del presidente Daniel Noboa, el país tiene la tasa de homicidios más alta de Latinoamérica.
Territorios olvidados
Del lado de Colombia, el conflicto armado tampoco cede a pesar de las iniciativas de paz de su presidente Gustavo Petro.
Los Comandos de la Frontera dialogan con el gobierno sin alcanzar mayores acuerdos. A finales de mayo está previsto su quinto ciclo de negociaciones en Colombia. Su líder Andrés Rojas, alias Araña, fue capturado en febrero cuando sostenía un encuentro con delegados de Petro en un hotel de Bogotá. Según la Fiscalía colombiana, está involucrado en el envío reciente de cocaína a Estados Unidos y es solicitado en extradición por una corte del Distrito Sur de California por cargos relacionados con narcotráfico.
En abril de 2024, el gobierno ecuatoriano incluyó a Rojas en su lista de «objetivos militares», al igual que a capos del cartel mexicano de Sinaloa que operan en el país.
Tras la desmovilización de las FARC en 2017, los Coman-dos de la Frontera «lograron rearmarse más o menos en año y medio» y su expansión «ha sido acelerada», según Laura Bonilla, investigadora de la Fundación Paz y Reconciliación.
«El Estado colombiano ni el ecuatoriano ha sido capaces de garantizar que haya presencia estatal que brinde seguridad, justicia o que blinde el territorio de la presencia de armados», añadió.
Desde que llegó al poder en 2022, Petro intenta extinguir el prolongado conflicto por medio de negociaciones de paz, pero estas no progresaron con los grupos más poderosos: el grueso de la guerrilla ELN; el Clan del Golfo, la mayor banda narco del país; ni el Estado Mayor Central, la mayor disidencia de las FARC que lidera «Iván Mordisco», el criminal más buscado.
De acuerdo con Noboa, en Ecuador hay 40.000 miembros de bandas, casi el doble de los 22.000 narcos y rebeldes que existen en Colombia, según cifras oficiales.