BOLIVIA, UN HERMOSO PAÍS ANDINO-AMAZÓNICO
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO
A propósito de las elecciones en Bolivia, cuando se anuncia que habrá una segunda vuelta electoral y se avizora un futuro diferente para este país, que ha vivido las últimas dos décadas gobiernos afines al denominado socialismo del siglo XXI, quiero recordar mis continuas visitas a ese hermoso país, invitada por las más grandes universidades bolivianas para dictar cursos y por supuesto, también para conocer un país que tiene tantas afinidades con el nuestro.
La Universidad Mayor de San Andrés en La Paz, la Universidad de San Simón en Cochabamba, la Universidad Gabriel René Moreno en Santa Cruz, fueron aquellas en las que fui acogida y a través de las cuales sentí el pulso de cada región, con sus contradicciones, con la belleza de sus paisajes y la amabilidad de su gente.
El Titicaca imponente, con la visita previa a Copacabana, la magia de Tiwanaco o Tiahuanaco, forman parte de los recuerdos maravillosos de mis continuas visitas durante los primeros años de este siglo, con los recorridos por La Paz y El Alto, contradictorios, ricos en tradiciones, que hay que comprender en su gran diversidad.
La belleza de su región amazónica a veces se ve empañada por los continuos incendios, con la quema de la vegetación que hace difícil la respiración y lagrimear a los ojos, con la cantidad de humo generado. Me encanta pensar en la visita a las misiones jesuíticas de la Chiquitania como Concepción y San Javier, y sentir el sabor de los deliciosos jugos de lima y los cuñapés, esos grandes panes de yuca que se deshacen en la boca.
Esa Bolivia mágica está ahora enfrentada a su destino de resurgir del caos en el que está sumida, acosada por la inflación, el precio de los bienes de primera necesidad, el alza y escasez de los combustibles, la división de su población.
Pero se ha encendido la esperanza luego de la primera vuelta electoral, con candidatos que aman a su país y que esperan conducirlo por un sendero diferente al que ha transitado los últimos años. Los finalistas necesitan mucha sabiduría, capacidad de convicción y de generar alianzas que les conduzcan no solamente al triunfo, sino al camino de servicio que requiere su pueblo.