Más datos sobre la construcción que se derrunbó en Madrid con saldo trágico
Un ecuatoriano entre las víctimas
Corresponsalía de Ecuador News en Madrid y agencias asociadas
El pasado 7 de octubre, un edificio en obras en el centro de Madrid, destinado a convertirse en un hotel de lujo, se derrumbó, sepultando y matando a cuatro de sus trabajadores, entre ellos un ecuatoriano.
Entre los fallecidos se encontraban la jefa de obra, la española Laura Rodríguez, y tres trabajadores migrantes: Moussa Dembelé (de Mali), Jorge Velázquez (de Ecuador) y Diallo Mamadún Alpha (de Guinea).
Se habían recibido numerosas advertencias de antemano de que el edificio podría convertirse en una trampa mortal. Había recibido una inspección técnica desfavorable con fecha del 8 de marzo de 2022, relativa al estado general de fachadas, muros exteriores y medianeras, así como al mantenimiento de cubiertas y terrazas. No obstante, el Ayuntamiento de Madrid, había concedido el permiso para llevar a cabo las obras de reforma.
Reformado
Construido en 1965, el edificio contaba con 6 plantas y sótano. Su uso era terciario, de oficinas, y no albergaba viviendas. En el momento del siniestro el inmueble estaba siendo reformado para abrir allí un hotel de cuatro estrellas. Por el momento, las obras habían dejado sólo el esqueleto del edificio, retirando las paredes en la mayoría del inmueble salvo en su fachada principal.
El edificio era reformado por encargo de la sociedad de origen saudí RSR Singular Assets Europe Socimi, un inversor inmobiliario especializado en hoteles y apartamentos turísticos de alta gama en España y Portugal, gestionado por Caler Advisory and Asset Management, que adquirió el inmueble por 24,5 millones de euros. El proyecto contemplaba el cambio de la licencia de actividad de uso de oficinas a hospedaje, aprobado en diciembre de 2024, con la previsión de que abrirá al público dentro de dos años.
De acuerdo con datos del Catastro, el edificio contaba con 6.745 metros cuadrados construidos sobre una parcela de 1.070 metros cuadrados. Se trataba de un inmueble grande y complejo, con 92 estancias registradas, que combinaba usos hoteleros, de oficina y de garaje o almacén. En las plantas superiores predominaban pequeñas oficinas de entre 30 y 50 metros cuadrados, distribuidas en seis alturas.
La planta baja y el primer piso habían sido destinados anteriormente a uso hotelero: allí funcionó uno de los hoteles de la cadena One Shot, denominado One Shot Plaza Mayor por su cercanía con el lugar, con más de 1.000 metros cuadrados. En el subsuelo existían zonas de garaje y un almacén que sumaban más de 800 metros cuadrados, además de 1.147 metros cuadrados de elementos comunes.
Se han multiplicado
El nuevo proyecto hotelero que estaba ahora en marcha forma parte de la estrategia de RSR Singular Assets, propietaria también de varios hoteles de la cadena Vincci en Barcelona, Valencia y Oporto, así como de un edificio de apartamentos turísticos en el Paseo de Gracia de la ciudad condal. Esta firma saudí adquiere hoteles y edificios de apartamentos turísticos en ubicaciones “prime”, para crear una cartera inmobiliaria compuesta por “activos de alta calidad”. Este tipo de operaciones se han multiplicado en los últimos años, impulsadas por el interés del sector en reposicionar edificios antiguos de oficinas o residenciales en hoteles de gama media-alta.
En los resultados del ejercicio 2021, la compañía explicaba que contemplaba un nuevo proyecto a escasos metros de la Plaza Mayor de Madrid para la construcción de un hotel de cuatro estrellas superior con azotea y restaurante en la planta baja. RSR avanzaba que el proyecto contaría con un edificio “moderno” con una vegetación abundante, con el objetivo de crear un espacio verde en el centro de la capital “que lo diferenciará de otros hoteles ya ubicados en el área”. También estaba prevista la construcción de un aparcamiento.
Las obras comenzaron hace más de medio año y al frente del proyecto se encuentra el Grupo Rehbilita. En su página web describen el proyecto como una “rehabilitación integral para hotel de cuatro estrellas”, que incluye la reforma completa del edificio, con trabajos de consolidación estructural, reestructuración y rehabilitación de garajes, así como acabados específicos para un hotel de categoría superior.
Según fuentes policiales, el desplome se habría producido debido a la caída de un forjado cuando varios trabajadores se encontraban dentro llevando a cabo las labores de reforma. El colapso ha afectado al interior del edificio, que se ha hundido “hasta el sótano”, según ha detallado el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín.
La vicealcaldesa de Madrid, Inmaculada Sanz advertía a las pocas horas del suceso de que las tareas de desescombro “no serán breves” y podrían prolongarse varios días debido al volumen de restos y a la fragilidad de la estructura, que presenta “una fachada inestable” y riesgo de nuevos desprendimientos.
Otra oportunidad
Según el diario Primicias, a JorgeVelázquez le decían «el defensor del pueblo». Un obrero querido por sus compañeros, el migrante quiteño había salido de Ecuador nuevamente y ahora quería conseguir la nacionalidad española. Vivía con su esposa y su hija de 25 años en las periferias de Madrid.
Jorge trabajaba con la empresa de demoliciones Anka desde febrero y llevaba apenas 20 días en el edificio que se iba a convertir en un hotel, según la persona designada por la empresa para acompañar a los deudos, quien pide ocultar su nombre. La rehabilitación tomaría dos años y medio y hace solo seis meses había arrancado la fase de demolición. La prensa local ha insistido que tenía una inspección técnica «desfavorable», de 2022, relativa al «estado general» de «fachadas, exteriores y medianeras», así como de la «conservación de cubiertas y azoteas», según el Colegio de Arquitectos de Madrid.
Anka, por su lado, sostiene que se trató de un accidente y no de una negligencia. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, lanzó ante los medios una hipótesis que apunta al exceso de «material de obra apilado en la sexta planta», pero pidió prudencia hasta conocer la causa definitiva.
Jorge Velásquez estaba en la sexta planta, parado justo en el lugar donde se hundió un forjado, esa estructural horizontal que separa los pisos de un edificio, actuando como suelo o techo. En ese momento había unos 45 empleados que fueron testigos del colapso del edificio que aplastó a las otras víctimas que estaban en la planta primera y en el bajo: los dos obreros procedentes de África y la joven española arquitecta y encargada de la obra.
La familia del ecuatoriano se niega a cerrar el caso y buscará asesoría en el sindicato de Comisiones Obreras para apersonarse en la investigación que se lleva a cabo en un juzgado de Madrid.
Jorge había vuelto a migrar a España con la esperanza de conseguir la nacionalidad. “Ya la había presentado”, confirma su cuñado Julio Galarza.
Julio y su sobrina (hija del fallecido) fueron a la embajada de Ecuador en Madrid para pedir apoyo para las gestiones, como él es ecuatoriano, pero se llevaron un chasco, aunque su visita sirvió para que la misión diplomática haga un comunicado diciendo que están en “acompañamiento continuo”. “¿Usted los ve aquí? Yo no. Cuando fuimos allí nos atendieron dos señoritas y nos ofrecieron un listado de funerarias y dijeron que nos podían pasar el contacto de una asociación de migrantes”, dice Julio con una mezcla de cansancio y rabia.



