Busca replicar en Ecuador el «modelo Bukele» Recibe primeros presos cárcel de Daniel Noboa
Corresponsalía de Ecuador News en Quito y despachos combinados
Ubicada en un paraje aislado de la provincia costera de Santa Elena, la nueva cárcel de máxima seguridad de Ecuador -una de las grandes infraestructuras prometidas por el presidente Daniel Noboa, que aspira a replicar el ‘modelo Bukele’- recibió este lunes a los primeros 300 presos, un grupo calificado de alta peligrosidad, entre los que se encuentra el ex vicepresidente correísta Jorge Glas.
El traslado de prisioneros a la llamada “Cárcel del Encuentro’, se produjo apenas un día después de que 31 presos fueran asesinados en un enfrentamiento entre integrantes de dos bandas criminales rivales dentro de la cárcel de Machala. El Gobierno atribuyó a la masacre el traslado de los prisioneps, afirmación que estos rechazaron.
La llegada de presos a “El Encuentro” se dio además en el inicio de la decisiva semana donde Daniel Noboa se juega su capital político con un referéndum que ha convocado para establecer una Asamblea Constituyente que redacte una nueva constitución, entre otras reformas como la instauración de bases militares extranjeras.
Este recinto penitenciario, con capacidad para 736 reclusos, era una de las grandes promesas de Noboa al llegar al poder en 2023, junto a otra de similares características que no llegó todavía a cristalizar.
La construcción comenzó en junio de 2024 con un presupuesto de 52 millones de dólares y las obras estuvieron a cargo de la empresa Puentes y Calzadas Infraestructuras, subsidiaria del español Grupo Puentes, que controla la empresa estatal China Road and Bridge Corporation.
Bautizada por Noboa como la “Cárcel del Encuentro”, en referencia al lema del Gobierno del expresidente Guillermo Lasso (2021-2023), al que reemplazó el actual mandatario, se encuentra en un paraje inhóspito de la provincia costera de Santa Elena, una de las más afectadas por la criminalidad y violencia que asola al país desde hace años.
«bienvenida» a Glas
Horas después de que se anunciara el traslado de reos, el presidente confirmó la presencia del ex vicepresidente correísta en las nuevas instalaciones a pesar de las últimas medidas cautelares dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que solicitaban al Estado ecuatoriano garantizar la salud física y mental del expolítico.
«Bienvenido al nuevo hogar. Pronto llegarán otros criminales», escribió Noboa en redes sociales junto a unas fotografías de Glas, que hasta ahora se encontraba en la cárcel de La Roca, vestido con los habituales trajes naranjas de los reos.
Sobre Glas pesan actualmente tres condenas por delitos de corrupción, y desde abril de 2024 volvió prisión después de que Noboa ordenase asaltar la Embajada de México en Quito para recapturarlo y sacarlo a la fuerza, una vez que el exvicepresidente había recibido asilo del Gobierno mexicano, al considerarlo un perseguido político.
Esta cárcel fue impulsada por Noboa como respuesta a la crisis de violencia criminal que azota las prisiones ecuatorianas en los últimos años, donde han sido asesinados más de 600 reclusos desde 2021, la mayoría en una serie de masacres por enfrentamientos entre bandas rivales como Los Choneros, Los Lobos y Los Lagartos, entre otros.
Según detalló el ministro del Interior, John Reimberg, la prisión cuenta con «todas las medidas tecnológicas» para que «no pueda ingresar ningún artefacto ajeno a lo que debe existir dentro de este centro carcelario», además de disponer de «todo lo necesario para la atención médica» y así evitar que los presos tengan que salir hacia hospitales.
Se prevé, también, que el Gobierno contrate a policías y a militares retirados para que se encarguen de su seguridad, en lugar de los agentes del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI), la oficina del Ejecutivo encargada de administrar y custodiar las prisiones.
Las gran mayoría de prisiones de Ecuador están militarizadas desde enero de 2024, cuando el presidente Daniel Noboa declaró el «conflicto armado interno» para combatir la violencia en el país, que vive la peor crisis de su historia reciente al punto de situarse a la cabeza de Latinoamérica en índice de homicidios.
Violenta respuesta
El ministro del Interior, John Reimberg, declaró a una radio local que la violencia del domingo estalló después de que los reclusos se enteraran de los traslados a la nueva cárcel y pocos días antes de un referendo en el que Noboa busca la aprobación para bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano y para convocar una asamblea que reforme la Constitución. «Se les acabó la fiesta, se acabó las órdenes desde las cárceles (…) para generar violencia y caos», añadió Reimberg. «Hoy están en celdas diseñadas para que no tenga contacto ni comunicaciones con absolutamente nadie».
Al menos 31 reclusos murieron el domingo en la cárcel de Machala, en el suroeste de Ecuador, por enfrentamiento entre las bandas Los Lobos y Sao Box, ésta última una fragmentación de la primera por el control de esa prisión. De ellos, 27 fueron asfixiados por el grupo enemigo en represalias, según datos del gobierno.
En los frecuentes operativos de control al interior de los 36 penitenciarías de Ecuador, las autoridades han encontrado armas de fuego, municiones, teléfonos celulares, gallos de pelea e incluso cerdos.
La quejadera
«El crimen quiso desafiar al Ecuador y empezar su campaña. Hoy, el Ecuador le respondió con hechos», dijo Noboa en X, donde publicó fotografías de reclusos vestidos de naranja, con el pelo cortado, sentados en el piso uno a lado del otro, con la cabeza agachada y rodeados de militares.
«Ya empezarán con la quejadera», añadió junto a una fotografía en la que se veía cabello cortado en el piso.
Las cárceles de Ecuador, según se ha informado repetidamente, se han tornado en centros de operación de grupos narcotraficantes. Bajo esa dinámica, más de 500 reclusos ha muerto desde 2021 en enfrentamientos entre bandas rivales.
En 2024 los militares tomaron el control de los penales del país por orden del presidente Daniel Noboa, quien declaró al país en un conflicto armado interno ante una ola de violencia sin precedentes dentro y fuera de las cárceles. Sin embargo, en agosto de este año, ocho de los reclusorios, incluida el de Machala, fueron traspasados a la Policía.
La mayor matanza carcelaria en Ecuador se produjo en 2021, cuando más de un centenar de reclusos fueron asesinados en una penitenciaría de Guayaquil (suroeste).
Los presos llegaron a transmitir en vivo y por redes sociales los cruentos enfrentamientos, con cuerpos decapitados e incinerados.
Disparos
y explosiones
Las primeras cuatro muertes en lo de Machala, se produjeron en la madrugada del domingo. Habitantes del sector donde se encuentra la cárcel grabaron desde los exteriores los sonidos de disparos, explosiones y gritos de auxilio que salían desde el interior del penal.
El SNAI confirmó en un comunicado que cuatro personas fallecieron durante esos disturbios. Además, 33 reclusos y un policía resultaron heridos.
Equipos de élite de la Policía ingresaron «inmediatamente» al penal y retomaron el control tras el motín, señaló la institución. Agregó que se detectó a siete personas responsables y serán judicializadas por el hecho.
Horas más tarde, la autoridad penitenciaria anunció el hallazgo de otros 27 cadáveres de reos que murieron por asfixia en «un suceso distinto al ocurrido en horas de la mañana».
«Equipos operativos y personal médico forense continúan trabajando en el lugar», agregó el servicio en un comunicado.
A finales de septiembre, otra confrontación armada en esa misma cárcel causó 14 muertes, entre ellas la de un funcionario penitenciario.



