ES HORA DE LA RECONCILIACIÓN
Por: Holguer Mariano Jara
Los resultados del pasado domingo, parecen anticipar un giro en la orientación política del país, presagiando un eventual retorno del correismo al poder. Esta conclusión puede ser engañosa y determinante para quienes se creen triunfadores. Lo que prevalece es una reacción al desempeño político, más que un giro ideológico profundo, es hora de la reconciliación pueblo-gobierno.
A mi juicio, lo que ocurrió es que un número significativo de ecuatorianos abandonaron la izquierda y ante la implosión del centro político no encontró otro espacio disponible que la centro derecha, camuflada. Estas elecciones deben leerse más como el fracaso del gobierno, que como el golazo del socialismo o el triunfo del pueblo.
El fenómeno del outsider Noboa cayó de rodillas, como implorando clemencia por su falta de empatía, su tozudes para escuchar, su esclavitud al ego. Ese mismo éxito se transformó en una vulnerabilidad, con la rápida expansión de sectores medios precarios y la persistencia de instituciones heredadas y rígidas, incapaces de absorber nuevas demandas ciudadanas.
Si me obligan a marcar un punto de inflexión, lo situaría como un impulso a un diluvio, casi irresponsable de reformas simultáneas, tributaria, educativa, laboral e incluso constitucional. Más que ser la causa directa de la inestabilidad, las reformas simultáneas que proponía Noboa, actuaron como un catalizador que expuso tensiones acumuladas desde años antes.
El Presidente electo con gente y votos “prestados” de la izquierda, en un país exhausto de inestabilidad, se alineó con un ímpetu reformista, más parecido a un collage inconexo de cambios impulsado por un mosaico de grupos fragmentados, bajo un espejismo de mayoría inexistente y terminó siendo un fracaso espectacular y una oportunidad perdida que, para ese momento, amplios sectores de la ciudadanía ya estaban hambrientos de estabilidad.
Al comienzo se percibió a su gobierno como ingenuo, no habían gobernado nunca, pero cuando la ingenuidad dio paso rápidamente a la soberbia, la ciudadanía comenzó a tomar distancia. Uno de los temas que más tensionó al gobierno fue la seguridad. El gobierno combinó falta de experiencia ejecutiva con una sobre estimación de su mandato reformista, lo que derivó en errores estratégicos tempranos y una pérdida acelerada de capital político.
Esto sugiere un problema de oferta política, no un realineamiento ideológico profundo. El colapso del centro derecha, no responde a una desaparición de sus votantes, sino a la incapacidad de ADN para articular un proyecto moderado, creíble tras 2 años de desgaste institucional, crisis interna y pérdida de relato. El reto es gobernar con su propia gente, sacar a sus enemigos de las instituciones públicas y de cargos estratégicos.
ADN, debe realizarse una autocrítica, tiene una crisis profunda de credibilidad y equivocada lectura estratégica del momento político. RC5 hace muy mal en interpretar el triunfo del NO como una conversión duradera y a su beneficio y la guerra interna le está pasando factura.



