El pronunciamiento
Si algo faltaba a la farsa política de respeto a la libre determinación de los pueblos por parte de la política exterior de las grandes potencias occidentales, acaba de darse con la intervención de los gobiernos de EE. UU. y de la Unión Europea (¡cómo pesa la ausencia de Ángela Merkel!) en el “caso venezolano”, negándose a admitir la contundencia de la realidad: el respaldo multitudinario del pueblo al gobierno de Nicolás Maduro, quien mediante los comicios presidenciales del año pasado fue elegido para un segundo mandato presidencial de seis años, que asumió hace apenas unos cuantos días.
De allí que resulte insólito que al presidente estadounidense Donald Trump se le ocurra reconocer como mandatario legítimo de Venezuela al opositor Juan Guaidó, el joven y ambicioso presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), que se autoproclamara presidente interino de la república.
Su pronunciamiento y acciones, envalentonado con el apoyo de Trump, de hecho constituyen una tentativa de golpe de Estado, acto de subversión a la autoridad por el que la Fiscalía debió haber ordenado abrir una investigación y de haber mérito, que por supuesto lo hay, disponer el enjuiciamiento de Guaidó.
Pero el gobierno de Maduro no lo ha hecho, quizá para no agravar la situación, que podría ser además lo que se estaría buscando a través de una campaña mediática absolutamente tendenciosa que intenta presentar a Venezuela como un país al borde del caos para justificar una intervención armada de EE.UU., que sin duda produciría una hecatombe sobre la que será imposible que se imponga una línea de sucesión, desconociendo al presidente Maduro y la voluntad chavista y socialista del pueblo venezolano, reafirmada incontrastablemente con la multitudinaria manifestación de respaldo al gobierno, que tuvo lugar hace pocos días en las calles de Caracas, contrastando radicalmente con el pobre número de manifestantes que siguen a Guaidó.
Más insólita aún ha resultado la posición de la UE al enviar al presidente Maduro una carta ‘ultimatum’ en la que le pedían convocar a nuevas elecciones, bajo prevención de reconocer a Guaidó como presidente interino de Venezuela en caso de no hacerlo. Fácil es suponer la respuesta que Maduro debió darles.
El pronunciamiento
Por Nelly de JaramilloEcuador News
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