‘Quinta columna’
‘Quinta columna’
Quinta Columna es una expresión muy usada en la vida política para significar la presencia de un elemento que conspira internamente, al servicio de designios de fuera, contra la estabilidad o la seguridad del Estado, del gobierno, de un partido o de un proyecto político.
Se atribuye el origen de esta expresión, tan usada en la vida política, al general Emilio Mola (1887-1937), quien fue uno de los líderes del “alzamiento” en año 36 contra la república española.
Mola, como jefe de los ejércitos del norte en la guerra civil española, avanzaba hacia la conquista de Madrid con cuatro columnas y, al contestar la pregunta de un periodista sobre con cuál de ellas tomará la ciudad, contestó: “con la quinta columna” de los complotados falangistas contra la democracia española.
Pero hay quienes atribuyen un origen diferente a esta locución y sostienen que fue el general Queipo de Llano (1875-1951), desde los micrófonos de la Radio Sevilla, quien afirmó que avanzaban hacia Madrid cuatro columnas de las fuerzas nacionalistas y que una “quinta columna” estaba dentro de la ciudad lista a actuar en el momento oportuno.
Fue desde aquel tiempo que empezó a usarse la expresión “quinta columna” para referirse a la conspiración o sabotaje interno en un Estado o en cualquier otra entidad, y se denominó “quintacolumnistas” a quienes conspiraban desde el interior contra su propio país u organización.
Al final de la guerra civil española, el coronel Segismundo Casado, comandante del Ejército del Centro —que era la más importante unidad militar encargada de la defensa de la asediada Madrid— se sublevó contra el gobierno de la II República presidido por el socialista Juan Negrín e inició negociaciones de capitulación con el Cuartel General de las fuerzas franquistas, que culminaron con su rendición incondicional el 28 de marzo de 1939. La cual permitió a las tropas franquistas entrar a Madrid —el último bastión de la resistencia republicana— sin disparar un solo tiro, tras 840 días de asedio, y asumir el poder total con el “generalísimo” Francisco Franco a la cabeza. Toda esta traición a la causa republicana se hizo con el respaldo de la “quinta columna” que se había movido clandestinamente en Madrid. Tres días después —el 1 de abril— se leyó el “parte de guerra” firmado por Franco y expedido en el “Cuartel General del Generalísimo” en Burgos: “En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”. Y se iniciaron los treinta y seis años de la sangrienta dictadura franquista, con el apoyo del nazismo de Hitler, el fascismo de Mussolini y los reductos fascistas de varios países europeos.
OPINIÓN
Por Rodrigo Borja Cevallos
ExPresidente de la República del Ecuador
www.ecuadornews.com.ec