Nuevos momentos críticos
Nuevos momentos críticos
En nuestra nota anterior, a grandes pinceladas mostrábamos cuál fue la herencia económica que al sector educativo particular le dejara el año lectivo 2019- 2020. Hoy queremos anticiparnos sobre los difíciles momentos que habrán de agregarse al sector después de la pandemia.
En efecto, como toda otra área del desarrollo y la producción, la educativa también será afectada en principio, por el atraso de clases que hará que tengamos un mes de egresos sin contraparte, pues el año lectivo por ley se lo prorratea para doce meses a partir del arranque por razón de los días obligatorios de clases.
La situación económica de la familia que habrá de reajustar y adecuarse a nuevas realidades, pérdida de trabajo, reajuste a la baja del sueldo, pérdida de clientes, en fin, todo lo que en una economía cuasi de guerra aparecerá, determinará sin duda reacondicionamientos, cambios e incluso abstenciones.
Por lo antes expuesto, creemos que es tiempo de que el gobierno nacional, por primera vez en los últimos cincuenta años, se percate de que hay un sector, un aliado estratégico al que no puede dejar perecer.
Se vuelve indispensable generar políticas de apoyo al sector educativo, castigado con todos los impuestos, tasas y aranceles de los otros sectores y además, obligado a contribuir socialmente, como el caso del 5 % obligatorio de las becas.
Es tiempo de que se piense en apoyos reales, créditos tributarios por ese 5 %, de exoneraciones y exenciones como existen en otros países para el desarrollo educativo y su crecimiento en ciencia y tecnología.
En fin, es tiempo de que repensemos la existencia de una educación privada que está ahí no solo para que los hijos de los ricos se eduquen sino para atender a un gran cantidad de familias de clase media que requieren de su calidad, sus servicios y el ejercicio de su derecho constitucional.
Que la señora ministra y el frente económico se den tiempo para pensar en estos puntos que son vitales para que no sea la quiebra o menoscabo de un sector que, si no indispensable, luce altamente necesario para cubrir las expectativas de los ecuatorianos.
OPINIÓN
Por Abelardo García
Columnista Invitado
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